Así se hundió una conservera de Calvo tras romper con Mercadona
Los jueces vinculan la ruptura del contrato con Mercadona en el año 2008 al cierre de la planta de Calvo en Esteiro nueve años después
La ruptura del contrato con Mercadona hundió paulatinamente la fábrica de conservas de Calvo en Esteiro (Muros) hasta su cierre en 2017. Esa es la conclusión a la que llegan los jueces de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia para responder a una demanda presentada por CCOO contra el procedimiento que acabó en la clausura de la factoría y la subrogación de un centenar de trabajadores al centro del grupo conservero en Carballo (A Coruña).
Los magistrados detallan la deriva de la factoría, dedicada a la limpieza de lomos de atún y elaboración de conservas, hacia los números rojos advirtiendo que la ruptura de su relación comercial con la cadena de Juan Roig en 2008 supuso una pérdida del 60% de sus ingresos, un golpe del que no pudo o no supo reponerse.
Las cifras, en caída libre
Frente a los argumentos de CCOO, que alegaba, entre otras cuestiones, que no estaban probadas las razones económicas, productivas y técnicas para el traslado de los trabajadores, la Sala explica que la planta generó números rojos desde la finalización del contrato con Mercadona, nueve años antes del cierre definitivo de la factoría. Las pérdidas “se agravaron desde el año 2014”, de manera que el margen bruto cayó en tres años desde los 5,58 millones hasta los 3,65 millones.
Las pérdidas se fueron acumulando. En 2015 ascendieron a 1 millón; en 2016 a 863.00 euros; y en 2017 a 1,6 millones hasta octubre, mes en el que la distribuidora del grupo, Calvo Conservas, absorbe a su filial de Esteiro. El aumento del peso del gasto de personal en el balance y la caída del resultado de explotación (que arrojaba un resultado negativo de 1,3 millones en 2016) dieron la puntilla a la factoría.
La influencia de Mercadona
“Aunque pudiera entenderse que la conclusión de las relaciones comerciales con Mercadona carece de actualidad, dado el tiempo transcurrido desde que tuvo lugar (2008) hasta la adopción del acuerdo litigioso (2017), en cualquier caso se revela como antecedente necesario y original de la situación deficitaria de Conserveira de Esteiro SAU, por haber motivado, desde aquel ejercicio económico, las medidas decididas y duraderas que Grupo Calvo adoptó”, explica la Sala para descartar que la conservera creara una situación artificiosa para justificar el traslado de la plantilla por motivos productivos.
La sentencia, fechada el pasado 17 de julio, insiste en la influencia decisiva que tuvo la marcha de Mercadona, ahora cliente de referencia de la otra gran conservera gallega, Jealsa, para el declive de la planta. De hecho, indica que la pérdida del contrato con la cadena “no ocasional ni temporal sino definitiva, dio lugar a una situación de importante disminución de la previsión de producción futura con el consiguiente desajuste entre la plantilla de la empresa y las necesidades de producción, pues el descenso -en el caso, la ausencia- de pedidos determinó la reducción -ahora, la inexistencia- de los elementos o componentes a fabricar, con la consiguiente repercusión en su plantilla de trabajadores”.
La última bala de Calvo para salvar Esteiro
En los hechos probados, el fallo judicial explica que Calvo trató de reconducir su planta de Esteiro desde 2010, incorporando una línea de producción de platos preparados para posicionarse en un mercado premium, “realizando al efecto inversiones así como campañas de marketing”.
La iniciativa duró hasta 2016, poco antes de que el grupo decidiera echar el cierre asegurando que la planta de Esteiro tenía importantes deficiencias en “tecnología, calidad y medioambiente” y presentaba una productividad “muy inferior” a la planta de Carballo.