Así se defiende Shein, el gigante chino que ‘imita’ a Zara, en un juicio por copia
La matriz de Shein argumentó ante una denuncia de los propietarios de las botas Dr. Martens que su uso de marcas registradas era demasiado amplio y "trataba de expulsar a los competidores del mercado"
Las ventas de Shein, el gigante chino de Chris Xu, crecen a ritmo acelerado, aunque también sus polémicas. La ultra low cost se colocó bajo el foco mediático hace unas semanas cuando Bloomberg publicó que había iniciado negociaciones para cerrar una ronda de financiación para obtener unos 1.000 millones de dólares de liquidez. Una inyección de capital que, aseguran, situaría su valoración en unos 100.000 millones de dólares, 92.000 millones de euros, muy por encima de la capitalización bursátil actual de Inditex (unos 63.000 millones) o de H&M (21.000 millones).
En cualquier caso, el poderío que se le presupone, representa su cara A. Pero existe una B. Más allá de las dudas que despiertan sus políticas de sostenibilidad y la opacidad de sus cifras, las redes sociales han puesto el foco en su capacidad para ofrecer prendas que imitan, con un precio mucho más reducido, a otras de grandes gigantes del sector. La pasada semana, The Guardian apuntó a que tanto en Instagram como en TikTok son numerosos los perfiles que se dedican a comparar las supuestas copias de prendas de Zara que comercializa el gigante chino. Preguntado al respecto, y según la publicación, el grupo se limitó a contestar que sus proveedores “deben cumplir con el código ético de la empresa y certificar que sus productos no infringen la propiedad intelectual de terceros”.
El precedente de Dr. Martens
A pesar de la aseveración, hasta el momento, ya han trascendido distintas denuncias de marcas consolidadas que llegaron hasta los juzgados. En 2018, y según recogieron entonces medios internacionales, el gigante de los vaqueros, Levi Strauss, demandó a la compañía por haber copiado el patrón de costura que acostumbra a aparecer en los bolsillos de sus pantalones. La resolución del caso no trascendió y se habló de un acuerdo entre las partes.
Sin embargo, el procedimiento que aún continuaría en marcha en EEUU es el emprendido en 2020 por AirWair Internacional LTD, la propietaria de las icónicas botas Dr. Martens, que presentó una demanda contra ZoeTop Business Co Limited, que distintos medios identifican como matriz del grupo, por infracciones marcarias y competencia desleal a través de Shein y Romwe. Según la denuncia, estas plataformas comercializaban botas que copiaban dos de sus modelos: el 1460 y el Jadon.
En la demanda, a la que ha tenido acceso este medio, la propietaria de Dr Martens asegura que la imagen comercial de sus zapatos y botas es “mundialmente famosa” desde 1960 y, además, cuenta con registros en todo el mundo, también en EEUU, donde se inició la demanda. La firma acusa a ZoeTop de haber comercializado, distribuido y vendido “copias obvias” de dos modelos de su calzado. Asegura además que notificó a la matriz de Shein “sus reclamaciones de infracción y detalló los derechos de propiedad intelectual en múltiples cartas de cese y desistimiento desde diciembre de 2019 y hasta julio de 2020”, instando a la empresa a “dejar de vender ese calzado”.
En la demanda inicial de 2020, AirWair no solo solicitaba que la venta parase, sino también reclamaba una indemnización por daños y perjuicios.
La defensa de Shein
Fue posteriormente, en 2021, cuando ZoeTop presentó su defensa. Los de Chris Xu admiten que recibieron las cartas de AirWair en las que se les solicitaba parar la comercialización de esos modelos, pero no acreditan que lo indicado en la denuncia por la compañía inglesa sea cierto al no poseer “suficiente información”.
Sin embargo, rechaza que, como defiende Dr. Martens, el característico pespunte ribetado de sus botas, así como las suelas de plataforma ranuradas puedan ser una marca registrada al tratarse de elementos “genéricos” del calzado. “Una o más de las supuestas marcas comerciales y/o imágenes comerciales de AirWair no son válidas porque los elementos reclamados, incluidas las costuras ribeteadas, los tacos y las suelas, son principalmente funcionales”, opina.
Además, la compañía asiática entiende que la utilización que Dr. Martens lleva a cabo de sus marcas registradas no es correcta. “AirWair intentó utilizar sus supuestas marcas registradas y su imagen comercial de una manera demasiado amplia con fines anticompetitivos para expulsar a los competidores del mercado”, asegura.
Lo cierto es que no es la primera vez que la propietaria de Dr. Martens lleva a una compañía de moda ante los tribunales. También lo hizo con Inditex en Estados Unidos: denunció a la cadena Pull&Bear al entender que comercializó cuatro tipos de modelo de calzado que incorporaban “elementos distintivos” de la marca inglesa.
Aquella demanda, según The Times, la ganó Dr. Martens, aunque a medias. Un juez de California habría prohibido a los de Arteixo comercializar botas de características similares. Sin embargo, cuando se conoció la sentencia, la compañía ya no comercializaba los modelos en liza y, además, se desestimó la petición de los británicos de una compensación económica.
Demandas por copias, un proceso complicado
En cualquier caso, los procesos judiciales de este tipo suelen ser largos. Así lo apuntaban precisamente distintos expertos del sector en el reportaje publicado la pasada semana por The Guardian sobre las supuestas copias de Shein a Zara. Mike Flanagan, director ejecutivo de la consultora Clothesource, manifestaba que la producción ultrarrápida del gigante chino así como sus tiradas cortas favorecen, en cierta medida, la operativa.
“Supongamos que Shein robó una idea de Zara. Para cuando lo ve y se llega a demanda pueden pasar dos años. Ese diseño podría haber vendido solo cinco copias y luego desaparecer en unas semanas. Probar eso después de un tiempo es casi imposible”, apunta.