Así es la reinvención de Sandra Ortega y Kike Sarasola como hoteleros tras el divorcio por Room Mate
Mientras la hija de Amancio Ortega culmina el saneamiento de su filial inmobiliaria y busca nueva gestión para los hoteles anteriormente alquilados a la hotelera quebrada, Sarasola se define como un “ave fénix” que se mantiene como presidente de la compañía ahora en manos de Angelo Gordon
Nuevo año y nueva vida para las inversiones de Kike Sarasola y Sandra Ortega, empresarios que acaban de protagonizar un divorcio en toda regla tras la quiebra de Room Mate y la lucha judicial entre la mujer más rica de España y quien fue su mano derecha durante décadas, un conflicto en el que la fallida apuesta por la hotelera se encuentra en el epicentro.
Sandra Ortega heredó de su madre, Rosalía Mera, una participación de un 31% en Room Mate, la hotelera de Kike Sarasola. La compañía sufrió, como todas las del sector, el golpe del Covid, pero ya era deficitaria antes, un hecho que propició que no pudiese acceder a los rescates de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Las últimas cuentas publicadas del grupo son las correspondientes al ejercicio 2019: pérdidas de unos 10 millones de euros y patrimonio neto negativo (es decir, quiebra técnica) por valor de 50 millones.
Concurso fortuito
Esta situación desencadenó en que, tras el Covid, la compañía cayese en un concurso de acreedores que, para muchos, amenazaba la pervivencia dentro del sector de Kike Sarasola, muy expuesto mediáticamente precisamente por su papel en la guerra entre Sandra Ortega y José Leyte, su ex asesor. No obstante, con el paso de los meses, la realidad es que el empresario hotelero ha conseguido enderezar el rumbo y mantenerse al mando de Room Mate, o más bien de la nueva Room Mate en manos del fondo Angelo Gordon.
Activado el pasado verano, el concurso de acreedores de la compañía se resolvió de modo favorable, al ser adquirida por el citado fondo estadounidense y por la gestora Westmont. Además, la administradora concursal, PwC, declaró fortuita la caída en suspensión de pagos con lo que eximió de responsabilidades tanto a Sarasola como a la anterior cúpula directiva. Y este es el punto en el que comienza la nueva vida del empresario y jinete.
Sarasola, el ave fénix y el fracaso
Lo anunció él mismo esta semana. Sarasola regresa a la nueva Room Mate con el cargo de presidente ejecutivo y asegurando que la cadena va a continuar con su objetivo de expansión. Primero en Europa y luego fuera, indicó el ejecutivo, que apuntó a que la voluntad de Angelo Gordon es adquirir hoteles, algo que antes era prácticamente impensable, siendo alquilados la mayoría de sus inmuebles.
Con el objetivo de entrar en beneficios este ejercicio, Sarasola presume de forma pública de ser una suerte de “ave fénix” que ha logrado recomponerse tras el fracaso. Desde este jueves, en su perfil de LinkedIn figura una suerte de carta o declaración de intenciones en la que destaca el “renacimiento” de su proyecto. “Cuenta la leyenda, que el fénix es un ave única que vive más de 500 años. También cuenta que al final de su vida prepara un nido con serenidad para poder resurgir de sus cenizas. Lo que quizás no cuenta esa leyenda es lo complejo que resulta renacer”, arranca el empresario.
“La Covid se llevó mucho por delante, y Room Mate, la cadena que fundé en 2001 y en la que tanto tiempo y cariño invertí, no fue una excepción”, expone. “En julio de 2022, mi querida Room Mate entró en concurso voluntario de acreedores. Hoy, orgulloso e ilusionado puedo decir que Angelo Gordon y Westmont Hospitality Group son ahora los dueños de la cadena y que gracias al proceso concursal hemos podido mantener la continuidad del proyecto, además de conservar los empleos y el equipo. Ahora solo nos queda crecer mucho y muy rápido gracias a los nuevos socios”, comenta. “Como el fénix, Room Mate ha resurgido de sus cenizas”, resume, reivindicando la necesidad de usar el término “fracaso” de manera positiva. “Fracaso como sinónimo de intentarlo, de luchar, de renacer y de crecer”, apunta.
Costoso ‘divorcio’
Al menos sobre el papel, la quiebra de Room Mate le ha costado más a Ortega Mera, hoy ya desvinculada.
La empresaria decidió el pasado año poner a la venta su participación en Room Mate ante los evidentes problemas que esta inversión le causaba y su conflicto judicial con su antiguo hombre de confianza. Sin embargo, el concurso de acreedores se precipitó antes de su salida. La presidenta de Rosp Corunna no solo era socia de la hotelera, también prestamista y casera.
Lo cierto es que la patrimonial de la empresaria más rica de España figuraba como la mayor acreedora de Room Mate según los datos de la administradora concursal. Cuando cayó en suspensión de pagos, la cadena hotelera adeudaba cerca de 87 millones de euros al holding de Sandra Ortega. Una cifra que, además, queda desvelada en las memorias anuales de la firma coruñesa.
Las cuentas son claras: a finales de 2020, Rosp declaraba mantener unos créditos a largo plazo con la hotelera de la que era socia por valor de 27,5 millones de euros. Un año después, no obstante, la cantidad se elevó al contabilizar un crédito, en este caso a corto plazo, de 60 millones de euros.
Aunque sin referirse a Room Mate, en sus últimas cuentas publicadas, Rosp Corunna indica que era “cotitular de créditos y pólizas suscritas por algunas de sus sociedades vinculadas por un importe conjunto de 56,8 millones de euros”. En 2020, la firma mantenía una provisión por dicho importe por si tuviese que hacer frente a esos compromisos, algo que ocurrió durante 2021. Ante la “imposibilidad de pago por parte de la sociedad vinculada cotitular de las operaciones vinculadas”, los de Sandra Ortega tuvieron que hacer frente a esos pagos, registrando un crédito con Room Mate por esos casi 57 millones.
Una incógnita de 150 millones
Por si fuese poco, en 2021, los administradores de Rosp Corunna reconocieron haber recibido “reclamaciones no judiciales por parte de algunas entidades financieras de sociedades vinculadas por importe de 150 millones aproximadamente«.
La abultada cantidad estaría directamente relacionada con los créditos que las entidades bancarias abonaron en el pasado a Room Mate mediante unas comfort letters o cartas de patrocinio con la que Rosp respaldaba a la hotelera ante la banca. Esa especie de aval fue precisamente el germen de los desencuentros entre Ortega Mera y su asesor José Leyte, acusado de haber falsificado la firma de la ejecutiva sin su consentimiento para favorecer el negocio de Sarasola.
Si bien en mayo de 2022, un juzgado de A Coruña declaró el archivo provisional de la querella de Rosp contra el economista por este motivo, los de Ortega Mera no realizaron ninguna provisión por esta cantidad en sus últimas cuentas.
Pero, al margen de Room Mate, del mismo modo que su ex socio, Ortega Mera reinventa sus inversiones en el sector hotelero y turístico. Según adelantó El Confidencial el pasado diciembre, están en negociaciones con Barceló para que gestione tres de sus hoteles, anteriormente alquilados a la cadena de Sarasola: uno en Nueva York, otro en Miami y un tercero en Barcelona.
A través de su gestora estadounidense Crestline Hotel&Resort, Barceló ya administra otro activo hotelero de Sandra Ortega: el que tiene en Palo Alto, California.
El ladrillo vuelve al negro
Todo esto, mientras que la hija de Amancio Ortega y Rosalía Mera culmina el saneamiento de su filial inmobiliaria, sociedad a través de la que mueve sus grandes inversiones hoteleras en EE UU, hasta hora un agujero de pérdidas.
La misma semana en la que Sarasola anunciaba su retorno a la presidencia de Room Mate, el Registro Mercantil revelaba que la filial Ferrado Inmuebles acaba de acometer una nueva ampliación de capital por valor de cinco millones de euros. Hace un año llevó a cabo una operación idéntica, en este caso de 15 millones de euros.
Lastrada por las grandes pérdidas de los hoteles americanos, el año de la pandemia, Ferrado Inmuebles, dependiente de Rosp Corunna, entró en causa de disolución, presentando unas pérdidas de 128 millones de euros. Ortega Mera inició entonces un proceso de saneamiento, que derivó en que la compañía volviese en 2021 a beneficios de más de 54 millones.
Ese ejercicio, el patrimonio neto de la firma se disparó de los 16,4 a los 583 millones de euros, algo que se deriva de una operación de capitalización mediante la que Rosp Corunna perdonó a la filial inmobiliaria un crédito de más de 280 millones de euros, además de inyectarle otros 222 millones más para restablecer el equilibrio patrimonial de la empresa.
Es así como tanto Sandra Ortega como Kike Sarasola inician nuevas vidas en sus respectivos negocios hoteleros, nuevamente saneados.