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Jacobo Feijóo, presidente de Asefoga: “El abandono forestal es la gran amenaza para la sostenibilidad del sector”

La asociación promueve el uso, aprovechamiento y gestión responsable de los recursos forestales por parte de la sociedad

La Asociación Sectorial Forestal Gallega (ASEFOGA) es la organización de apoyo a la gestión forestal para todos los agricultores, ganaderos y población rural en general. En los últimos años, ha administrado programas de formación y asesoramiento a profesionales y a la sociedad, promoviendo el uso, aprovechamiento y gestión responsable y coherente de los recursos forestales de la comunidad.

El presidente de ASEFOGA, Jacobo Feijóo, ha hablado con Economía Digital Galicia sobre el papel de ASEFOGA en la concienciación de la sociedad para una mejor gestión de los bosques.

¿En qué consiste la actividad forestal realizada por ASEFOGA?

Como Asociación nos centramos en los servicios y en la defensa de los intereses de nuestros asociados, fundamentalmente agricultores y ganaderos en activo que tienen una propiedad forestal en gestión, o bien vecinos comuneros en Montes Vecinales en mano común.

Damos asesoramiento legal, jurídico o fiscal y facilitamos compra-venta de madera, o el acceso a la certificación forestal o la ordenación forestal. Además participamos en diversos foros e instituciones, donde llevamos la voz de nuestros asociados para que sea tenida en cuenta en la toma de decisiones que afectan a la propiedad forestal.

¿Cómo concienciar a la población de lo que aporta la gestión forestal?

Aporta rentas significativas a más de 150 mil familias y 3.000 comunidades de montes, ya que la propiedad forestal gallega está muy socializada, mantiene el rural vivo junto a la actividad agroganadera, genera puestos de trabajo industriales que ayudan a sostener el Estado del Bienestar con sus cotizaciones, previene los incendios forestales mediante la selvicultura, aporta algo más de la mitad de la madera de España, y fija anualmente el CO2 de aproximadamente el parque móvil de turismos de toda España.

Tenemos que aprender a comunicar hacia la sociedad, hacer llegar a la sociedad que el abandono del monte no es una alternativa a la gestión forestal sostenible, sino la receta probada mil veces en la práctica dentro y fuera de nuestras fronteras, para el desastre estructural de los grandes incendios forestales y el desastre medioambiental.

¿Cómo se puede incrementar la rentabilidad de los recursos forestales para generar más valor para Galicia?

Desde el punto de vista del sector base, de la producción del recurso, trabajando para aumentar la cantidad y la calidad de la madera producida en nuestros montes, y tomando las decisiones acertadas para disminuir costes de gestión en el monte. Y para que grupos de especies, como las frondosas caducifolias, que actualmente están fuera de la cadena de valor de los aprovechamientos, puedan ser valorizables económicamente por la industria forestal gallega.

Desde el punto de vista de la industria, manteniendo su competitividad en el mercado global, innovando en procesos y productos y generando mayor valor añadido, de forma que a su vez ese mayor valor permita remunerar mejor al propietario forestal, incentivando su interés y su apuesta por el monte.

¿Cómo valora los datos publicados hasta ahora del inventario forestal continuo de Galicia?

Entiendo que son una radiografía bastante exacta de la distribución de las especies en el territorio, ya que las tecnologías de teledetección y la capacidad de procesamiento de datos que tenemos hoy día, nos permiten conocer con mucha exactitud qué especies forestales hay en cada parcela del territorio, lo que es una revolución respecto de la capacidad de los inventarios forestales de hace apenas una década.

Nos ha permitido conocer que la presencia de las especies frondosas autóctonas es mucho más importante en nuestro territorio de lo que se pensaba, nada menos que el 43% de la superficie arbolada, pero que apenas suponen el 3% de la producción forestal, lo que abre un interesante campo de trabajo para este grupo de especies, llamadas a tener un papel más relevante en la cadena de valor forestal gallega. Y después ratifica el dato del descenso de la superficie de coníferas del que venía haciéndose eco una parte de la industria forestal gallega, ya que ha descendido la presencia de los pinos hasta el 29% de la superficie arbolada.

En cuanto a los Eucalyptus, el dato de 409.000 ha, es decir, un 28% de la superficie arbolada, pone de relieve que se trata de una superficie mucho más contenida y manejable que las más de 600.000 ha que se difundían en la opinión pública por parte de los más alarmistas. Una superficie muy productiva y necesaria que sigue aportando la mayor parte de la madera que se aprovecha en Galicia, del CO2 que fijan las masas forestales, de la superficie gallega certificada que garantiza la sostenibilidad de su gestión, y de las rentas del propietario forestal.

¿Hacia dónde va el sector forestal de Galicia?

Yo creo que hacia su consolidación y mejora. Siempre y cuando sepa navegar y evitar los escollos que están a la vista para quien los quiera ver, desde el abandono del rural, los déficits estructurales de la propiedad forestal, los errores intelectuales en la sociedad que generan polémicas estériles, o la falta de respeto hacia la autonomía del propietario forestal.

Son todos riesgos ciertos, pero también están las oportunidades de la productividad forestal más alta de Europa que tiene Galicia, y de que no partimos de cero como sector para enfrentar el futuro. Si dejan trabajar a los distintos eslabones de la cadena forestal, seguiremos adelante y aportando al medio ambiente y a la sociedad desde el sector.

Pero si no nos dejan trabajar, o se cometen errores de bulto en las decisiones clave de los próximos años, la cosa podría torcerse, y saldríamos perdiendo no solo el sector, también el conjunto de la sociedad. Recordemos que nada humano es seguro. La vida humana es inseguridad, también la economía.

¿Por qué la gestión forestal es considerada inviable por muchos propietarios?

Porque si no tiene un apoyo cercano que les ayude a lidiar con la burocracia que le acompaña desde que decide plantar hasta que corta la madera, lo más normal es que desista, especialmente el propietario medio que tiene 2,5 hectáreas de superficie dividida en 10 parcelas separadas y a quien le llegan constantemente noticias negativas, desde prohibiciones y sanciones hasta problemas fitosanitarios, o padece los incendios.

Por eso es tan importante el asociacionismo formal o informal, y que las empresas de aprovechamientos forestales funcionen a su vez como facilitadores de otros servicios, cooperando con la certificación forestal, las asociaciones, o las empresas de tratamientos silvícolas y servicios forestales.

¿Cómo garantizar a los propietarios los conocimientos y herramientas necesarias para gestionar su minifundio?

Se da una paradoja curiosa en el monte gallego, y es que la propiedad particular minifundista, es la que está produciendo 3 de cada 4 toneladas de madera del monte gallego, y la producción de nuestros montes, no disminuye, sino que aumenta.

A medida que aumenta la lejanía del propietario de sus parcelas, lo que es un problema real, están surgiendo en paralelo iniciativas empresariales y de la sociedad civil, que están sabiendo enfrentar ese problema, ofreciendo servicios a los propietarios forestales, y propuestas innovadoras como hacerse cargo de la gestión forestal y además pagando arrendamientos anuales a costa de los beneficios futuros de la corta. O que saben llegar hasta los propietarios para organizar lotes de corta rentables, la certificación o la posterior reforestación de las fincas.

La sociedad gallega, cuando la dejan y no la asfixian con burocracias y cargas varias, es innovadora, proactiva, busca soluciones, salta por encima de los obstáculos, encuentra soluciones. Y a pesar de los déficits estructurales de la propiedad forestal minifundista, de la deficiencia de la gestión de la propiedad en mano común, y de la baja productividad de los montes vecinales de gestión pública, los aprovechamientos forestales no van a menos, sino que crecen sostenidamente las últimas décadas.

Habéis hablado mucho sobre el abandono de la gestión: ¿Qué tendencia observáis?, ¿qué consecuencias tiene?

El abandono forestal es la gran amenaza para la sostenibilidad del sector forestal, y del medio rural. El medio rural funciona como un todo, especialmente en Galicia.

La agricultura y la ganadería protegen el monte, con sus prados, cultivos y tierras de labor que producen discontinuidades en el territorio y evitan eficazmente la propagación de incendios forestales catastróficos.

A su vez, el monte tiene que estar intervenido y en producción, con pistas abiertas que facilitan la llegada de medios en caso de incendio y facilitan la seguridad de las operaciones.

¿Cómo se puede revertir esta situación?

Con arbolado rejuvenecido con más capacidad de captar CO2 y de afrontar las plagas y enfermedades del monte. Las consecuencias del abandono del rural están relacionadas con la transformación estructural del territorio hacia el matorral, la continuidad del combustible, y la aparición de fuegos catastróficos imposibles de apagar cuando concurren circunstancias climáticas extremas por la acumulación de combustible.

Hace falta, pues, acertar con el desarrollo rural, de forma que el rural desde el punto de vista agrario, ganadero y forestal, siga en actividad, produciendo alimentos, materias primas y gestionando el territorio de forma sostenible. Ese es el reto, y el abandono no es nunca la solución, sino la receta segura y el camino más corto para el desastre medioambiental.

¿Qué papel juegan las agrupaciones de gestión forestal conjunta contra el abandono?

Tienen un papel fundamental en organizar al propietario, animarle, darle salida a sus problemas, acompañarlo en el turno de gestión de su monte facilitando información y servicios cuando los precisa en las distintas fases (desde la elección de especie, a la ejecución de selvicultura preventiva o de mejora, a la formación de lotes de madera para facilitar la rentabilidad del aprovechamiento).

Ence acaba de crear Ence Terra para impulsar el sector forestal. ¿Qué puede aportar una empresa como Ence al sector?

Creo que Ence Terra es un ejemplo de los que mencionaba anteriormente de responder con innovación a los problemas del sector forestal para buscar soluciones, en este caso una innovación desde el mundo de la empresa para anticiparse a los problemas estructurales de la propiedad forestal en una sociedad rural muy cambiante y en declive demográfico.

Las grandes empresas del sector tienen la responsabilidad de arriesgarse para poder acertar, a la vez que generar iniciativas tractoras que tiren e impulsen al conjunto del sector. Tienen que ser capaces de liderar soluciones, como la lucha fitosanitaria, la prevención de incendios, la promoción de la certificación forestal, o la mejora genética, la aplicación de modelos win to win con sus proveedores y el propietario forestal. Y deben trabajar de forma que se apoyen y colaboren con las pymes del sector, que muchas veces pueden llegar con más eficacia a donde la gran empresa no puede llegar.