Arranca el desguace de Viriato con la venta de siete millones en activos
Viriato ultima la liquidación y pone a la venta sus activos, valorados en siete millones, más de 1,2 millones correspondientes a la marca
Viriato ha puesto a la venta los activos de la empresa y la marca comercial en el proceso de liquidación que lleva el Juzgado de lo Mercantil número 2 de A Coruña, tutelado por la juez María Salomé Martínez Bouzas y el administrador concursal Ramón Gento.
El conjunto de los activos de la textil de Ordes están valorados en cerca de siete millones, de los que la marca, bien asentada en España y en plazas internacionales como Italia, superaría los 1,2 millones. Concretamente, “se mueve en una horquilla entre 1,2 y 1,7 millones” según fuentes conocedoras del proceso.
La valoración de los activos de Viriato no alcanza para cubrir toda la deuda, de 10,5 millones
La valoración de los activos de Viriato no alcanza para saldar la deuda con la que entró en concurso la empresa, una pieza importante para el dinamismo económico de la comarca de Ordes. La sociedad que dirigía Alejandro Ríos suspendió pagos con un pasivo de 10,5 millones, con una deuda subordinada de 2 millones.
Entre los principales acreedores están el Popular (en torno a 2 millones), Hacienda y Seguridad Social (1,3 millones), la Xunta (al menos un milón) y la propia plantilla (1,6 millones).
El juzgado ha abierto un plazo de dos meses para recibir ofertas. Además de la propia marca, está a la venta la maquinaria, equipo tecnológico, el stock de hilaturas y mobiliario, como avanzó el pasado viernes Modaes.es.
Viriato cerró recientemente sus tiendas de Madrid y solo mantiene abierto el punto de venta de Ordes
En la fábrica de Ordes quedan menos de diez trabajadores del centenar que empleaba la empresa. El 28 de febrero cerraron las dos tiendas de Madrid, restando como único punto de venta abierto el de Ordes. Se mantendrá hasta agotar existencias, “que no son excesivas”, según las mismas fuentes.
Viriato cayó cuando perdió las líneas de crédito a proveedores –confirming— que tenía abiertas con el Popular, una de las entidades que más respaldó a la firma, que llevaba año y medio en dificultades.
La restricción de la financiación, en pleno proceso de producción de la temporada otoño-invierno, impidió que la empresa pudiera suministrar a sus clientes, entre ellos, al principal, El Corte Inglés. La caída de ese cliente clave forzó la suspensión de pagos.