Apple se disfraza en España para facturar como una pyme
La multinacional declara este año sólo 4,9 millones de beneficios, lo mismo que Iberpapel o el puerto de Ferrol
Apple, la segunda compañía más valiosa del mundo que obtuvo 6.900 millones de beneficio por sus ventas globales, registró unos resultados en España casi ridículos. La multinacional fundada por Steve Jobs, que opera con dos empresas diferentes en el territorio nacional, apenas declaró 4,9 millones de euros de beneficio el año pasado, lo mismo que medianas empresas como Iberpapel, La Vasco Hullera o el Puerto de Ferrol.
El glamour de la empresa que deslumbra al mundo y que esta semana presenta el iPhone 6 se diluye en su contabilidad española. España, uno de sus principales mercados europeos, apenas representa el 0,07% de los beneficios mundiales del grupo, algo insólito si se toman en cuenta la creciente ventas de iPhones y su número de empleados directos: más de 1.200.
No hay ventas sino “prestaciones de servicios”
El truco contable se basa en una estructura ideada por la compañía para evadir impuestos en España. La multinacional opera bajo el nombre de dos empresas: Apple Retail Spain, que gestiona las tiendas Apple en una decena de ciudades españolas, y Apple Marketing Iberia. Ésta última factura la mayoría de sus ventas como servicios prestados a su filial irlandesa, donde el impuesto de sociedades (12,5%) es mucho menor al español (30% hasta este año).
La empresa Apple Marketing Iberia no registró ninguna venta durante el último ejercicio fiscal que cerró el 30 de septiembre de 2013, según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil de Madrid. Sólo registra “prestaciones de servicios” entre otros ingresos. Así, la mayor parte de las ventas españolas se registran en Irlanda.
La empresa que gestiona las tiendas propias obtuvo un beneficio de 2,1 millones de euros mientras que la compañía que desvía la facturación a Irlanda registró 2,7 millones de euros de beneficio.
140 millones que se esfuman
La filial que gestiona las tiendas propias pagó 1,4 millones de euros en impuestos sobre los beneficios mientras que la filial que sirve de puente con Irlanda declaró 2,2 millones, lo que suma 3,6 millones de euros para Hacienda.
Fuentes cercanas a la compañía explican que si la empresa no utilizase métodos de evasión fiscal, tendría que declarar una facturación cercana a los 500 millones de euros, lo que supondría pagar 150 millones de euros al fisco español.