Apagón total de Ferroatlántica en España por el precio de la energía
La compañía ha anunciado la parada indefinida de los hornos de la planta de Cantabria, debido al encarecimiento del coste de la energía, hasta que se controle el precio del megavatio
Ferroatlántica cesa su actividad en España por el precio de la energía. Al parón de la fábrica de Sabón (Arteixo) el pasado mes de junio, hay que sumar ahora el de la factoría de Boo de Guarnizo ( Cantabria). La compañía ha anunciado este jueves la interrupción de la actividad en la planta cántabra sin determinar cuándo se podrá retomar.
La dirección comunicó a los empleados que el próximo martes a las 23,00 horas comenzaría el paro de los hornos. Actualmente la planta tiene en marcha un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que entrará en vigor este mes de septiembre con una duración de nueve meses.
Desde el comité de empresa estiman que a partir de ahora los trabajadores se repartirán por otras instalaciones de la planta. En este sentido, «aprovecharán» las próximas reuniones para tratar el ERTE, que afectará a 150 empleados en Cantabria, para abordar la nueva situación ante la parada indefinida de los hornos.
No es la primera vez que la fábrica cántabra se ve obligada a parar todos sus hornos. En concreto, el pasado marzo, a consecuencia de la guerra en Ucrania, la planta también tuvo que ‘echar el cierre’ de forma temporal hasta que se redujera el precio de la luz.
Según ha podido confirmar Economía Digital Galicia, la actividad de la empresa a nivel nacional está completamente parada, a expensas de que la energía experimente una bajada. En el caso de la planta de Galicia, los empleados están a la espera de negociar el ERTE anunciado por Ferroatlántica el mes pasado.
Rescate de la SEPI
Las paradas de los hornos llegan apenas seis meses después de que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) aprobara una inyección de 34,5 millones en el grupo a cuenta del fondo de rescate a empresas afectadas por el Covid. Estos fondos se repartieron a partes casi iguales entre un entre un préstamo participativo (17,6 millones) y otros 16,9 millones mediante un préstamo ordinario.
Con esta inyección se pretendía aliviar las tensiones financieras de la compañía que le llevaron a principios de año a presentar un expediente de regulación de empleo (ERE) para 42 de los 140 operarios de su fábrica en Monzón (Aragón), a apagar tres de sus cuatro hornos en Boo (Cantabria) y a apagar un horno en Sabón.