Amper sigue buscando su caballero blanco
Tras la estampida de Bañuelos y descartada la opción Slon Capital, la refinanciación de deuda no se vislumbra por ningún lado
Amper, la empresa tecnológica presidida por Jaime Espinosa de los Monteros, sigue en la misma encrucijada desde hace diecisiete meses. Prórrogas y más prórrogas, de apenas unas semanas y sin viso alguno de que tengan una base sólida razonable, ante la imposibilidad de cerrar un acuerdo sobre la reestructuración de sus 120 millones de euros de deuda financiera.
El próximo 30 de septiembre vence el séptimo de estos alargues o stand still, por los que la tecnológica arranca de sus acreedores el compromiso de que no inicien acciones tendentes a ejecutar las garantía. Amper gana tiempo y los bancos se aseguran el cobro en efectivo de cualquier desinversión que se realice y aumentan el perímetro de la refinanciación al subir los intereses tanto del préstamo sindicado como de diversas pólizas de crédito.
Octava prórroga a la vista
Y todo hace pensar que se firmará una octava prórroga. O no. La propia empresa se cura en salud. En respuesta a una de las cuestiones planteadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en su último requerimiento, Amper reconoce que su capacidad de “continuar en funcionamiento depende de la finalización satisfactoria del proceso de refinanciación que, por el momento, no ha concluido y que, dada la complejidad del proceso y las circunstancias y condicionantes del mismo –incluyendo la obtención de nuevos fondos en una ampliación de capital dineraria–, existen riesgos de que no finalice de forma satisfactoria”.
Esa obtención de nuevos fondos es una de las condiciones impuestas por los 22 bancos acreedores para firmar el acuerdo de refinanciación de la deuda, de acuerdo con los acuerdos adoptados por la junta de accionistas el pasado 26 de mayo. Y que fueran de al menos 15 millones de euros como consecuencia de la ampliación de capital y/o suscripción y desembolso de la deuda convertible.
El fiasco de Slon Capital
Parecía que el acuerdo de Amper con Slon Capital para que el fondo se convirtiera en el inversor que pusiera esos 15 millones podría ser una salida. Pero no. Todo se fue al garete, como muchos se temían, el pasado 29 de julio.
La resolución ponía fin a la jugada que había promovido Enrique Bañuelos para intentar recuperar, tras su salida de la empresa en febrero, los 15 millones aportados. Tanto Bañuelos como Espinosa de los Monteros, a través de sus sociedades Veremonte y Emilanteos, respectivamente, habían acordado transmitir a Slon Capital casi 8,83 millones de acciones de Amper, representativas del 20% de la tecnológica.
Bañuelos, pendiente de cobrar
Al dejar sin efecto el acuerdo, Emilanteos mantiene la plena titularidad de las acciones que iban a ser adquiridas por Slon, así como el compromiso de pago de las mismas a Veremonte reflejado en el contrato de compraventa entre ambas sociedades el pasado 4 de marzo.
A cambio de inyectar esos 15 millones, tanto Amper como la inversora propusieron a los bancos refinanciar su deuda convirtiendo un tramo de 90 millones de euros en deuda convertible en títulos, y mantener como préstamo garantizado los restantes 30 millones. Pero nada ha salido como Bañuelos había pergeñado.
Fondo de maniobra negativo
Toda esta incertidumbre manifiesta sobre el futuro de Amper aparece en el balance de las cuentas cerradas el pasado 30 de junio y presentadas dos meses después. Tras reducir los ingresos un 28%, hasta 93,1 millones, y menguar su ebitda un 32%, saldó el periodo con unas pérdidas de 12,2 millones de euros, 700.000 menos que un año antes.
Y un dato preocupante, esos casi 106 millones de euros de fondo de maniobra negativo al clasificar como pasivo corriente esa cantidad de deuda financiera como consecuencia del incumplimiento de algunas de las obligaciones recogidas en el contrato de financiación.
Más desinversiones
Al margen de descartar la opción de Slon Capital como ese caballero blanco que pusiera los anhelados 15 millones de euros que los bancos quieren ver sobre la mesa para refinanciar la deuda, Amper ha seguido desinvirtiendo en activos no estratégicos para destinar lo obtenido a amortizar esa deuda.
Así, el pasado 31 de julio fue elevado a público el contrato privado de compraventa del 51% del capital de su filial Amper Programas Electrónica y Comunicaciones a Thales España, por un importe inicial de cinco millones de euros, sujeto a posibles ajustes negativos por un importe máximo de hasta 1 millón de euros. La operación queda pendiente de la aprobación por parte del Consejo de Ministros al tratarse de una empresa del sector de Defensa.
Litigio con Cable Andino
En el capítulo de los litigios internacionales y también dentro del proceso de refinanciación de la deuda, Amper cerraba la pasada semana uno que llevaba abierto dos años en un juzgado de Miami, en Florida (Estados Unidos), al paralizarse una demanda interpuesta por Cable Andino.
La sociedad colombiana solicitaba la ejecución de una sentencia, emitida en 2005 por un
juzgado colombiano, por la que se condenaba a Amper a pagar 17 millones de dólares convertidos en moneda colombiana, más intereses moratorios desde el 28 de noviembre de 2001.
La propuesta de acuerdo pasa por el pago de aproximadamente 3 millones de euros en los próximos 4 años y la entrega de 20 millones de opciones sobre acciones de Amper a 0,55 céntimos por acción cuyo plazo de ejercicio comenzará, en su caso, después de la ampliación de capital de 20 millones de euros y se extenderá hasta un plazo aproximado de 4 años a contar desde dicha ampliación.