Aludium y Alibérico: el aluminio español, en el plan B del Gobierno para salvar Alcoa
El Gobierno reconoce la existencia de “potenciales compradores interesados” en la planta de San Cibrao, entre los que se encontraría un grupo del sector del aluminio con implantación en España
El Gobierno reconoció esta semana a los representantes de la plantilla de Alcoa que, al margen de Liberty, existen «más interesados» en la planta de San Cibrao. De momento, eso sí, no se han producido ofertas en firme, sino llamadas de interés. De forma pública, el Ejecutivo no ha dado nombres, aunque distintas fuentes consultadas por este medio apuntan a que entre esos potenciales compradores de los que habla Industria hay “un grupo del sector con plantas en España”. De las grandes empresas del aluminio en el estado español destacan dos que ya cuentan con activos que en su día fueron de Alcoa y que, a la vez, son clientes de la misma: Aludium y Alibérico.
Nada es fácil en lo que atañe a Alcoa San Cibrao. Cuando a principios de este año la multinacional americana abrió la puerta a retomar las negociaciones con la SEPI, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, para que esta se hiciese con el activo de A Mariña lucense, el camino por recorrer no parecía sencillo, pero sí, al menos, despejado. Tras llegar a un acuerdo, el Estado traspasaría la planta de aluminio primario al único grupo que había presentado una propuesta en firme: el conglomerado británico GFG, liderado por el magnate Sanjeev Gupta. No obstante, la quiebra de Greensill, su principal financiador, despertó los recelos sobre la compañía. A este hecho, hay que sumarle que la Audiencia Nacional abrió una investigación sobre la presunta despatrimonialización fraudulenta de las plantas de Alu Ibérica en A Coruña y Avilés, que Alcoa traspasó en 2019 al fondo suizo Parter en una operación que contó con el beneplácito del Gobierno. Con estas cartas sobre la mesa, el Ejecutivo central no puede permitirse ahora otro patinazo. Debe conseguir llegar a un acuerdo con Alcoa pero, además, debe asegurarse que el futuro dueño de la planta posea una solvencia contrastada.
Liberty, la oferta en firme
Por ahora, el Ejecutivo mantiene sobre la mesa la opción de GFG. Según informó el comité de empresa de San Cibrao este miércoles, el secretario general de Industria, Raül Blanco, les trasladó en la mesa informativa celebrada este martes que el Gobierno mantendría esta misma semana una reunión con la dirección de Alcoa para “desbloquear las condiciones de compra y adecuarlas a la ley”, así como un encuentro con Liberty para “concretar la solvencia y el estado financiero del grupo”. A pesar de que, según recogieron medios internacionales la pasada semana, los de Gupta solicitaron un rescate de 200 millones al Gobierno de Boris Jonhson para mantener a flote su negocio de acero en Reino Unido, GFG mantendría su interés en la planta de aluminio primario. Si bien es cierto que el grupo atraviesa una situación muy complicada, también lo es que su división de aluminio, Alvance, estaba menos expuesta a Greensill que su negocio de acero inglés, el que se encuentra más asfixiado en estos momentos.
No obstante, y a la espera de las reuniones del Gobierno con Alcoa y con Liberty, en la mesa informativa del pasado martes, Blanco, uno de los altos cargos del Ejecutivo que lidera las negociaciones con el grupo de Roy Harvey, habría destacado la existencia de más interesados en la planta de aluminio primario de San Cibrao. Unos interesados que no habrían presentado ofertas en firme, pero sí llamadas de interés. En el comunicado emitido por el comité de empresa este miércoles se indica que los representantes de Industria no concretaron si esos posibles compradores “pertenecen al sector industrial”, si bien distintas fuentes consultadas por este medio, entre ellas del sector empresarial, indican que aunque el Gobierno nunca ha dado nombres propios, sí habría destacado el interés de un grupo industrial con activos en España.
El sector mira a Aludium
Estas mismas fuentes apuntan hacia Aludium, grupo que nació en enero de 2015 con la compra de las plantas de Alcoa en Alicante y Amorebieta, además de la planta de Castelsarrasin, en Francia, por parte de Atlas Holding. La compañía ya se interesó por las plantas de los de Pittsburgh en A Coruña y Avilés, que fueron traspasadas a Parter y, posteriormente, a Grupo Industrial Riesgo (Alcoa llevó a los juzgados al fondo suizo por este motivo, al entender que se habían incumplido los acuerdos de compraventa).
No obstante, y aunque en el sector se da por hecho que este sería el grupo del negocio del aluminio radicado en España que estaría interesado en la factoría de A Mariña (de hecho es uno de los principales clientes de la planta de lucense), recientes declaraciones de su directiva indicaban que tras la caída de ventas durante la pandemia (tuvo que aplicar ERTEs por causa del Covid) la estrategia del grupo se centrará en aparcar el crecimiento y buscar una mayor rentabilidad, ampliando los márgenes de sus productos.
Por otro lado, también hay que recordar que en el mercado español existe otro grupo, Alibérico, presidido por el gallego Clemente González Soler, que siempre ha estado presente en todas las quinielas como posible comprador cuando Alcoa ha acometido alguna desinversión. El verano pasado, después de que los americanos anunciasen su intención de deshacerse de la factoría de Cervo, la compañía sonó con fuerza como posible interesada en la planta. Los de González Soler nunca lo confirmaron, aunque sí manifestaron que la planta es “estratégica para España y para Galicia” y no debía de cerrarse. Alibérico ya estuvo interesada en las alumineras de Alcoa hace cinco años y se desmarcó en último momento de la puja por la factoría de A Coruña en el año 2019.
Pero, de forma pública, el Gobierno ha hablado de “varios” pretendientes. De hecho, la propia Alcoa estaría remitiendo al Ejecutivo a los posibles interesados que se hubieran puesto en contacto con ella.
Las dificultades de la negociación
Compradores a un lado, tanto para la Xunta de Galicia como para los sindicatos, lo principal ahora es que Gobierno y empresa lleguen a un acuerdo para el traspaso de la aluminera a la SEPI. Y eso no parece tarea sencilla por una cuestión: los americanos piden que se garantice su indemnidad ante eventuales reclamaciones. Es decir, quieren un blindaje, algo que el propio Raül Blanco ha puesto en entredicho. “Eso son elementos que las administraciones públicas no pueden permitir”, dijo a Europa Press el pasado martes.
Alcoa indica, no obstante, “que la referencia a la indemnidad es similar a la discutida en las negociaciones de 2020 con la SEPI y que fue aceptada por ella”. La multinacional insiste en que su voluntad es la de negociar y asegura que ha ofrecido vender la planta por un euro y “transferir una suma muy importante de efectivo a la SEPI”.
Sobre la agilidad que le demanda el Ejecutivo, afirma que aún está a la espera de recibir una respuesta y “comentarios” a la propuesta de pliego de condiciones, el denominado term sheet, que presentó a la SEPI el pasado 4 de febrero.