A Altia le ‘cuesta’ once millones limpiar Noesis, su joya portuguesa

La compra de Noesis deja una factura de 11 millones en la compañía de Tino Fernández entre ajustes contables, indemnizaciones y reestructuración de deuda

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La crisis desatada por el coronavirus y la integración de la portuguesa Noesis marcan el año 2020 para Altia. La compañía presidida por Tino Fernández ha remitido al Mercado Alternativo Bursátil (MAB) sus resultados de primer semestre del año, periodo en el que ha logrado duplicar sus ventas hasta alcanzar los 69,7 millones, pero en el que ha visto cómo su beneficio neto se ha recortado hasta los 96.000 euros como consecuencia de la digestión de la lusa Noesis, adquirida a finales del año pasado.

«La incorporación del subgrupo Noesis al perímetro de consolidación ha lastrado en este primer momento y tal y como se preveía, por su menor rentabilidad y solidez financiera, los buenos resultados del resto del grupo y, en especial, de la matriz a nivel individual», reconocen desde Altia en una memoria semestral en la que hacen un repaso a todos los ajustes que han puesto en marcha para que Noesis se acerque a la compañía gallega en términos de rentabilidad.

Ajustes totales por más de 11 millones

Altia explica en su memoria anual que ha efectuado ajustes en el patrimonio neto de Noesis por valor 7,22 millones de euros para el «saneamiento de saldos relativos a ejercicios anteriores», algo que ya estaba contemplado en el acuerdo de compra, que se cerró por 14,08 millones de euros. Además de este ajuste de carácter contable, la compañía capitaneada por Tino Fernández ha puesto en marcha una hoja de ruta para dimensionar «los costes de estructura de Noesis». 

«Se está prescindiendo de perfiles de bajo rendimiento o que históricamente no han estado asociados a proyectos facturables. El objetivo en este sentido es acercar Noesis a las métricas de Altia en cuanto a horas facturables o los tiempos entre proyectos facturables, aunque siempre se van a respetar las diferencias lógicas existentes por la distinta tipología de servicios y productos», explican desde Altia.

Y es que, además del ajuste contable por valor de 7,22 millones de euros en el patrimonio neto, Altia ha inyectado 3,5 millones de euros en Noesis para reordenar su pasivo y ha abonado 526.000 euros en indemnizaciones por la primera fase de la reestructuración de plantilla. «El análisis citado y la eventual adopción de decisiones es una tarea todavía abierta que podrá conllevar a corto plazo nuevos gastos de reestructuración, pero con la contrapartida de una estructura de personal mejor dimensionada y más eficiente», explican.

Altia abre la puerta a más adquisiciones

Con todo, Altia explica en su memoria remitida al MAB que esta serie de ajustes ya estaban previstos desde el momento en que se cerró la compra de Noesis y aseguran que es el camino correcto para disparar su rentabilidad. Para ello ponen el ejemplo de Exis. Se trata de una sociedad que Altia compró en el año 2013 y que «con el paso del tiempo y con un modelo de gestión propio basado en la generación de flujos de caja, ha derivado en una compañía que, considerada individualmente, es sólida y solvente, tiene un balance saneado y una total independencia financiera».

El objetivo de Altia es repetir el mismo proceso en Noesis y lograr que la mejora en la facturación del grupo se traslade progresivamente a su beneficio neto. «Confiamos que estas políticas vayan progresivamente dando sus frutos», recalca la compañía presidida por Tino Fernández, que lamenta que la «estrategia de crecimiento de Noesis de estos últimos años ha penalizado sus resultados porque sus gastos de estructura se habían situado por encima de lo necesario para el nivel de ventas actual y había aumentado su dependencia de financiación ajena», aunque valora positivamente la «base de negocio y excelente complementariedad de oferta, mercados y clientes» que existe entre ambas. 

La compra de Noesis marca el camino para futuras adquisiciones ya que, a juicio de Altia, buena parte de las posibilidades de expansión de cara al futuro pasan por el crecimiento inorgánico. «Se hace estratégicamente necesario ganar tamaño y adquirir nuevas capacidades que permitan entrar en los nuevos mercados que se constituyen o bien en aquellos en los que no se tiene presencia o ésta es anecdótica, para así poder consolidar el proyecto”, argumenta la firma presidida por Tino Fernández.

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