Alcoa ‘salva’ su planta de Australia tras una oleada de ayudas públicas
La multinacional garantiza la continuidad de su planta en Portland tras acordar ayudas por interrumpibilidad de casi 50 millones de euros con el Gobierno australiano
El Gobierno australiano amarra la continuidad de Alcoa en la isla con un paquete de ayudas millonarias. La multinacional estadounidense ha anunciado que ha sellado nuevos contratos eléctricos con AGL, Alinta Energy y Origin para alimentar su planta de Portland, que además contará con respaldo del Gobierno federal australiano.
El Ejecutivo presidido por Scott Morrison se ha comprometido a abonar hasta 14,8 millones de dólares (unos 12,4 millones de euros al cambio actual) anuales durante cuatro años en concepto de una suerte de mecanismo de interrumpibilidad, por el cual la planta puede quedarse sin suministro eléctrico en momentos en los que la alta demanda (por ejemplo, en verano, como consecuencia del consumo de aire acondicionado) colapse este mercado.
Alcoa celebra el acuerdo
“En nombre de Portland Aluminium [el nombre de la joint venture con la que Alcoa opera la planta australiana], reconozco la cooperación y la dedicación de todos a la hora de alcanzar los acuerdos energéticos que ayudan a mejorar la competitividad de la planta”, ha celebrado el presidente de Alcoa, Roy Harvey. A juicio del máximo ejecutivo de la multinacional, el Gobierno federal y el de Victoria “subrayan la importancia que la planta tiene para la economía y el rol vital que juega a la hora de asegurar la red eléctrica de Victoria”.
Según recalca Alcoa a través de un comunicado remitido a la bolsa americana, la planta de Victoria colmará el 30% de sus necesidades energéticas a través de fuentes renovables y abre la puerta a elevar este porcentaje hasta situarlo en línea con el objetivo del 50% que marca Victoria.
Paquetes millonarios de ayudas
Alcoa blinda así la continuidad de una planta que supone por sí sola el 10% del consumo eléctrico de todo el Estado de Victoria y que veía cómo en este 2021 expiraba el paquete de ayudas por valor de 240 millones de dólares (casi 200 millones de euros) que el Gobierno australiano había implantado en 2017 para reiniciar la actividad en la fábrica.
La multinacional capitaneada por Roy Harvey, que opera la planta junto a su también socio en la planta de alúmina de San Cibrao (Alumina Limited), da así el paso para salvar del cierre una planta que emplea de manera directa a 600 trabajadores (cifra ligeramente superior a los casi 550 de la planta de aluminio de San Cibrao, cuyo futuro sigue sin despejarse con la incertidumbre en torno a su potencial comprador (Liberty Group) y el efecto dominó por la crisis en Alu Ibérica como telón de fondo.