Alcoa presume de estar en su “mejor momento” tras decidir abandonar San Cibrao
Mientras avanzan las negociaciones para vender la planta de aluminio de Lugo, Alcoa asegura que el crecimiento de la demanda “es fuerte” y que la reducción de capacidad de China empujará los precios al alza
Tras años atribulada y aplicando reducciones de capacidad que todavía continúan, como muestra el proceso de venta en la planta de aluminio de San Cibrao (Lugo), Alcoa muestra ahora un optimismo inédito en los últimos años. Al menos así lo traslada su vicepresidente y director financiero, William Oplinger, que en una conferencia organizada por Deutsche Bank aseguró que la compañía está en su mejor momento desde 2016, cuando se produjo la segregación entre la división de aluminio primario (Alcoa Corporation) y Arconic, dedicada a productos de mayor valor añadido.
“La compañía se encuentra en su mejor posición desde que se convirtió en una empresa independiente. Nuestros fundamentos comerciales tienen bases sólidas y hemos podido cumplir los aspectos clave de nuestro plan estratégico. Ofrecemos la gama más amplia de productos sostenibles de la industria del aluminio y tenemos contratos de fundición a largo plazo basados en energías renovables”, señaló el directivo en su intervención.
Dos aspectos empujan el optimismo de la multinacional norteamericana, que mantiene conversaciones con al menos seis compañías para traspasar, con la mediación de la SEPI, la planta lucense de aluminio primario, donde pretendió aplicar un ERE para más de 500 empleados. Por un lado, un fuerte crecimiento de la demanda. “Hemos visto un crecimiento de la demanda significativamente fuerte año tras año en todas nuestras regiones y todas nuestras industrias”, dijo Oplinger.
Por otro, el lado de la oferta y la posición de China, que arrastra un exceso de capacidad difícil de digerir para el mercado global, apuntan a una contención que elevará los precios. “Los precios del aluminio en China y el resto del mundo han subido un 40% este año”, recordó.
El factor chino
El director financiero de Alcoa, que solo mencionó la fábrica de San Cibrao para recordar su intención de venderla a la SEPI, cree que China está comprometida con la descarbonización y con limitar la producción a 41 millones de toneladas en 2025.
“Creemos que los recientes movimientos de China hacia la descarbonización tienen el potencial de abordar el persistente exceso de capacidad en el país. Y eso puede impulsar un cambio positivo significativo en los fundamentos de la industria global del aluminio”, razonó.
“Creo que somos la compañía adecuada, en la industria adecuada y en el momento adecuado. El aluminio es un elemento integral de la economía baja en carbono de hoy y de mañana. Tiene propiedades inigualables y una capacidad de reciclaje infinita. Y eso la convierte en la solución preferida para el transporte, la electricidad, el embalaje, la construcción de edificios, la maquinaria y otros segmentos”, concluyó.