Alcoa premia a su jefe mundial con incentivos millonarios por el cierre en San Cibrao

El año que Alcoa selló un acuerdo con los trabajadores de San Cibrao para hibernar durante dos años la planta de aluminio primario de A Mariña, la única que quedaba en activo en España, fue también el que volvió a beneficios. En un ejercicio con los precios del metal disparados (ahora aún lo están más debido al riesgo de desabastecimiento), la multinacional ganó 429 millones de dólares, algo más de 378 millones de euros. Unos resultados récord que la compañía tuvo en cuenta a la hora de repartir pagos por incentivos a su cúpula, según se evidencia en la información anual recientemente publicada por la multinacional aluminera.

Sin embargo, a la hora de calcular estas compensaciones a sus principales ejecutivos, el grupo con sede el Pittsburgh analiza, al margen de la consecución de objetivos financieros, otros hitos de rendimiento. De hecho, el comité de compensaciones de la compañía lleva a cabo una revisión cualitativa de las actuaciones de sus directivos.

La reducción de capacidad en la planta de aluminio de Lugo o el asesoramiento en los procesos legales en España derivados de las ventas de las funciones de Avilés y de A Coruña (las actuales factorías de Alu Ibérica en proceso de liquidación) fueron algunos de los méritos a tener en cuenta a la hora del reparto de compensaciones.

Compensaciones millonarias para Roy Harvey

Alcoa reservó unos 2,6 millones de dólares para su CEO a nivel mundial, Roy Harvey, en concepto de incentivos. El comité encargado del reparto de los mismos destaca, en el caso del ejecutivo, que “bajo su liderazgo, la compañía entregó unos resultados sobresalientes en 2021, que mejoraron significativamente con respecto a 2020”. Pero, además, el directivo “impulsó acciones adicionales para fortalecer la posición financiera de la compañía” y, entre otras actuaciones, dio un impulso a la revisión de la capacidad operativa del grupo en el segmento del aluminio, un proceso que tuvo como resultado el cierre permanente de la fundición de Wenatchee en Estados Unidos, las mejoras y reinicios energéticos anunciados en la planta australiana de Portland y en la brasileña de Alumar, y “la reducción prevista de dos años para la fundición de aluminio primario de San Cibrao, en España”.

Lo cierto es que, tras más de un año de negociaciones, batallas judiciales e intentos frustrados de venta, el acuerdo alcanzado por Alcoa para parar las cubas de San Cibrao durante dos años y evitar las ingentes pérdidas derivadas del precio eléctrico no semeja un hito menor para el grupo. Sobre todo, si se tiene en cuenta que los americanos estimaban a finales del año pasado que, aún con las cubas paradas, las pérdidas en Cervo se situarán este 2022 entre los 20 y los 25 millones de dólares. Una cantidad que supondría reducir a la tercera parte las pérdidas con las que preveía finalizar el pasado ejercicio, y que alcanzarían los 65 millones según sus previsiones y debido a unos precios eléctricos “exorbitantes”.

Papel activo en las negociaciones

Harvey, que habla castellano y en 2007 fue nombrado director de la fundición de San Cibrao, tuvo un papel activo en las negociaciones con el Gobierno sobre el futuro de la planta, que da empleo a más de medio millar de personas. Negoció directamente con la ministra de Industria, Reyes Maroto, quien llegó a viajar a Pittsburgh el verano pasado para tratar de desbloquear la situación.

Además de esto, la compañía también indica, para justificar el pago de compensaciones a Harvey, que el ejecutivo lideró los avances del grupo en materia de sostenibilidad “lo que condujo a la presentación de una serie de investigaciones orientadas al futuro y programas de desarrollo dirigidos a reducir las emisiones de carbono tanto en la refinación de alúmina como en la fundición de aluminio”.

Incentivos para el responsable legal por Alu Ibérica

Este reguero de incentivos en la cúpula de Alcoa también ha llegado al responsable legal de la multinacional. Jeffrey D. Heeter se embolsó 2,65 millones de dólares a lo largo de 2021, de los cuales apenas una quinta parte se corresponden a su salario fijo.

En concreto, Heeter percibió 523.000 dólares de salario base, a los que se suman otros 1,51 millones como stock awards (pago de variables en acciones) y 557.000 dólares como parte del plan de incentivos tras acreditar en su haber su gestión de la guerra judicial en Alu Ibérica.

Según recalca Alcoa en el documento remitido a la SEC estadounidense, Heeter «identificó y/o ayudó a gestionar riesgos clave y potenciales responsabilidades». Entre los asuntos legales gestionados se encuentran, según reconoce la propia Alcoa, «las ventas de las factorías de Avilés y A Coruña», un asunto por el que la propia Alcoa ha sellado sendos acuerdos con las plantillas para pagar despidos con indemnizaciones de 60 días por año trabajado a cambio de que estos retiren sus demandas contra ella.

«Heeter y sus equipos fueron fundamentales en la ejecución de ciertas iniciativas comerciales clave en 2021». Entre ellas, la multinacional incluye «las ventas de varios activos secundarios», así como el «acuerdo alcanzado con los trabajadores de la fundición de aluminio de San Cibrao para suspender la producción en la fundición durante dos años y reiniciarla en enero de 2024″.