Alcoa logra fundir sin emisiones y vincula el futuro de sus fábricas al aluminio verde
La compañía logra producir en su centro de investigación de Quebec, que contó con 55 millones de ayudas públicas, aluminio industrial y comercializable sin emisiones de carbono
Cuando la antigua Alcoa se segregó en dos empresas en 2016, la división de metales especializados, que producía para la industria aeronáutica y la automoción, pasó a conformar la nueva sociedad Arconic. Con aquella idea de partirse en dos, Alcoa se quedó con el aluminio primario y la alúmina, pero huérfana del área de mayor valor añadido.
La amputación y el incesante proceso de reducción de capacidad que emprendió la multinacional norteamericana desde aquellos años, siempre bajo la presión de las oleadas de producto chino inundando los mercados, no ofrecieron la mejor imagen de la compañía. Sin embargo, la falta de horizonte que constriñe a la fábrica de San Cibrao, sin comprador, sin inversiones y sin precio competitivo de la energía; contrasta con los desarrollos innovadores que impulsa Alcoa en otros territorios.
Primer aluminio sin huella de carbono
Eso es lo que sucede en Saguenay, en Quebec, donde hilvanó una alianza con la minera Rio Tinto y con la administración canadiense, que aportó 80 millones de dólares (unos 55 millones de euros) para impulsar la fabricación de aluminio verde sin huella de carbono.
A través de Elysis, el fruto de la joint venture con Río Tinto, está desarrollando una tecnología propia en el Centro de Investigación y Desarrollo Industrial de Canadá que pretende reemplazar el sistema tradicional de fundición por uno libre de emisiones de efecto invernadero. Aunque el primer paso tecnológico (la fundición de ánodo inerte sin carbono) se dio en Pittsburgh, sede de Alcoa, y algunos de los productos ya fueron aplicados por Apple o Audi, en Quebec se intenta elevar esta innovación hacia una producción industrial y a celdas de aluminio de tamaño comercial.
Esta semana, Elysis ha alcanzado un importante hito en el camino hacia sus objetivos. Produjo con éxito aluminio sin carbono utilizando un diseño industrial completo y en un tamaño comparable a las pequeñas células de fundición que operan actualmente en el sector. El siguiente paso es repetir lo mismo en 2023, pero con células más grandes.
Objetivo 2024
Con la vía de desarrollo actual, Elysis prevé tener su tecnología disponible para su instalación a partir de 2024 e iniciar la producción masiva de aluminio libre de carbono dos años después, cuando la fábrica lucense ya debería haber cambiado de dueño o, al menos, haber resuelto el atasco en el que ahora se encuentra.
Elysis prevé comenzar el próximo año el diseño de una instalación que pueda producir los materiales patentados para el nuevo proceso de fundición. Asegura que esta tecnología “tiene el potencial de reducir drásticamente la huella ambiental de la industria mundial del aluminio” y expresa su compromiso de que la nueva industria nazca y se desarrolle en Canadá y Quebec por el apoyo recibido por parte de ambos gobiernos. Entre Río Tinto y Alcoa operan una decena de fundiciones en el país.
La determinación de la multinacional prueba que existen condiciones para que pueda crecer, invertir e innovar en un territorio, aunque sea difícil de entender en España, donde ha hecho justamente lo contrario, hasta quedarse solamente con una planta, la de Lugo, para la que ha planteado un ERE o una venta.