Alcoa, Inditex, PSA… Así golpea el coronavirus a sus proveedores
Si bien Alcoa e Inditex no han recurrido a ajustes de empleo, proveedoras y auxiliares, como Caamaño o Reymogasa, sí han aplicado ERTEs
A estas alturas del estado de alarma, Galicia suma 232.891 trabajadores afectados por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Según los datos aportados este lunes por la Consellería de Economía de la Xunta de Galicia, desde el pasado jueves, 2.000 empleados más pasaron a engrosar la lista. Es cierto que, a pesar de la cuarentena, muchas de los grandes grupos gallegos han resistido los embates de la pandemia y no han aplicado ajustes en su plantilla. No obstante, la historia ha sido distinta para empresas auxiliares y proveedoras, en las que el parón económico ha impactado especialmente.
Inditex y Alcoa son dos de las grandes compañías de la comunidad que han aguantado el estado de alarma sin tener que recurrir a un ERTE. En el caso de la textil, la amenaza estuvo presente ya que, en un inicio, se planteó la posibilidad de aplicar un expediente temporal que afectaría a 25.000 trabajadores de las tiendas de la multinacional en España, cerradas al público desde el pasado 14 de marzo. La posibilidad, en cualquier caso, quedó desechada, después de que el grupo indicase en un comunicado que asumiría con recursos propios, como siempre, los sueldos de toda su plantilla, al menos hasta el 30 de abril. En el caso de Alcoa, por su parte, la posibilidad de un ajuste laboral nunca estuvo sobre la mesa, si bien es cierto que nunca paró al tener consideración de empresa esencial.
No obstante, en uno y otro caso, la reducción de la producción, sobrevenida por una crisis sanitaria a nivel mundial, ha tenido consecuencias en el universo de sus proveedoras y auxiliares.
Primeros ERTE en auxiliares de Alcoa
Hace casi dos semanas, Alcoa comunicó que no reconstruirá las cubas de electrólisis de la factoría lucense cuando lleguen al final de su vida útil. Para los sindicatos, esta decisión está directamente relacionada con el hecho de que dos empresas auxiliares, Reymogasa y Cyrgasa, hayan anunciado la presentación de sendos ERTEs que afectan a unos 50 trabajadores encargados de las tareas de rebrascaje de las cubas. La plataforma coordinadora de auxiliares de la factoría ha mostrado su total desacuerdo con estas medidas. “Hace tan solo unas semanas todo el cuadro de personal de estas empresas y del resto de auxiliares fuimos tratados como trabajadores esenciales, por lo que no podíamos para nuestra actividad laboral mientras el Estado español atravesaba la peor crisis sanitaria del último siglo”, recordaban. “Ahora parece que ya no somos tan esenciales”, apuntan desde el sindicato CIG.
Pero, mientras esto ocurre en Lugo, en A Coruña, una histórica proveedora de Inditex, Grupo Caamaño, negocia ya su segundo ERTE en mitad de la crisis del Covid-19. Como ya informó este medio, el pasado 18 de marzo, la empresa de montaje de estructuras, que tiene en la dueña de Zara a uno de sus principales clientes –aunque no el único–, activó un primer ajuste de empleo, en este caso acogiéndose a la nueva categoría de ERTE de causa de fuerza mayor impulsado por el Gobierno de Pedro Sánchez para las empresas sacudidas por la pandemia del coronavirus. En este momento, y según confirma la propia empresa, cuya mayoría está en manos del conglomerado vasco Kider desde mediados del año pasado, se negocia la puesta en marcha de otro segundo expediente que se aplicaría una vez finalizado el estado de alarma.
Proveedores textiles
La compañía no ha dado, de momento, más información sobre a cuántas personas afectará ni por cuánto tiempo se extenderá. Conformado por distintas sociedades, los últimos datos conocidos del grupo cifraban en 700 el número de trabajadores directos en las instalaciones de Culleredo, a los que se suman otros 1.750 indirectos. Hay que tener en cuenta que la caída del negocio textil por causa del Covid-19 golpea especialmente a un grupo que cuenta con un gran pico de producción anual relacionado con las campañas de otoño-invierno del sector (en su cartera de clientes, además de Inditex, también figuran otras grandes de la moda, como es el caso de Mango).
También a finales del pasado mes de abril, el comité de empresa de Noa Madera Creativa indicaba a los medios que la dirección de la empresa les había transmitido la intención de presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) extintivo para la mitad de sus empleados, unos 90, mientras que el resto se verían afectados por un ERTE de quince meses de duración. La maderera está en manos de Malasa, grupo con sede en Cerceda (A Coruña) que también tiene en Inditex uno de sus principales clientes, para el que realiza el montaje de establecimientos comerciales de algunas de sus marcas. Este caso, no obstante, reviste diferencia con el de Caamaño, ya que los desencuentros entre dirección y representantes de los trabajadores han sido constantes ya en los últimos meses.
La automoción se encomienda a PSA
Según los datos de la Xunta de Galicia, de las cuatro provincias gallegas, es Pontevedra la que concentra el mayor número de trabajadores afectados por ERTEs, en concreto 81.420 frente a los 65.346 de A Coruña. Para muchos, este hecho está directamente relacionado con el potencial industrial de la provincia y su dependencia del sector de la automoción, especialmente golpeado por la crisis del Covid-19. El Grupo PSA, que al contrario de Inditex y Alcoa sí se vio abocado a la presentación de un ERTE de fuerza mayor y a negociación de otro de carácter ordinario hasta final de año, tiene previsto reanudar su actividad el próximo día 11 de mayo.
No obstante, a lo largo de este último mes y medio, los expedientes de regulación de empleo han impactado con fuerza en las empresas auxiliares. El parón de PSA arrastró a históricas firmas auxiliares como Benteler, Faurecia, Gestamp, Denso o Lear Componentes.
A pesar de todo, la reactivación de la factoría viguesa y del sector en general arroja luz sobre estas firmas. Treves, una de las primeras empresas del sector de la automoción que alertó del impacto de la crisis del Covid-19 en Galicia, retomó este lunes su actividad en el polígono industrial de O Campiño, en Pontevedra, para poder suministrar piezas a la planta que Volkswagen tiene en Portugal. La reapertura de PSA en Vigo y en Zaragoza aumentará su carga de trabajo.