Aena logra (otra vez) los mejores resultados de su historia

Las ganancias del gestor aeroportuario Aena alcanzan los 1.232 millones de euros, el 5,8% más que el año anterior, impulsadas por el récord turístico

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La máquina de hacer dinero de Aena no se apaga. El gestor aeroportuario volvió a obtener un beneficio récord en 2017 y alcanzó unas ganancias de 1.232 millones de euros, el 5,8% más que el ejercicio anterior. Los números llegan sin más secreto que gracias a los 250 millones de viajeros que pasaron por la red de aeropuertos de la cotizada, otra cifra jamás registrada por la empresa.

El crecimiento de la compañía presidida por Jaime García-Legaz podría haber sido mayor de haberse comparado con un ejercicio normal. En 2016, el gigante semipúblico pudo liberar unas provisiones almacenadas por una previsible expropiación de terrenos en el Aeropuerto de Madrid-Barajas por motivos medioambientales. Sin esta partida, la subida hubiera sido del 21,9%.

Por ello, el consejo de administración de la compañía acordó proponer a la junta de accionistas el pago de un dividendo de 6,5 euros por título, lo que supone el 80% del beneficio neto de 2017. De este modo, el Estado se embolsará 497,25 millones de euros a través de Enaire, el representante público que posee el 51% de Aena.

Los ingresos comerciales de Aena crecieron el 11,3% impulsados por los restaurantes en los aeropuertos

Con unos ingresos de 4.027,6 millones de euros, el negocio aeronáutico reportó 2.692,4 millones de euros a las cuentas del gestor, un crecimiento del 5,6% respecto al ejercicio anterior.

A mayor velocidad crecieron las ventas del departamento comercial, que subieron el 11,3% hasta los 1.060,6 millones de euros. La cara fueron los ingresos por la sección de restauración, con una subida del 13,7% y la cruz los de las tiendas, con una subida de apenas el 2,3%.

El negocio internacional, una piedra en el zapato de Aena

Mientras, el negocio internacional de Aena dio una de cal y otra de arena. Enfocada en la internacionalización desde hace años, la cotizada no logra dar el salto al extranjero más allá de la gestión del aeropuerto londinense de Luton. Los ingresos subieron el 3,6% hasta los 215,5 millones pero su contribución al Ebitda cayó el 9,4% hasta los 64,6 millones.

A pesar de obtener un crecimiento de los pasajeros del 8,6%, la devaluación de la libra –de un 7%, según los cálculos de la compañía— y un ajuste del plan de pensiones del personal –con un coste de ocho millones— segaron sus buenos resultados.

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