Tras años atascada en la AP-9, Abanca ha conseguido traspasar el 23,8% del capital que poseía de Itínere, la dueña de la concesionaria de la autopista, Audasa. Lo hace en una operación conjunta con Kutxabank y Sacyr. Los tres accionistas del grupo dedicado a la gestión de infraestructuras venden su participación a Globalvía, otra vieja conocida de Galicia, pues la compañía es concesionaria de la autopista central gallega (Acega), que une Santiago y Alto de Santo Domingo (Ourense).
La operación se cierra en 723 millones, según ha trasladado Sacyr a la CNMV. Proporcionalmente a su porcentaje en el capital, al banco de Juan Carlos Escotet le corresponderían unos 310 millones. Sacyr controlaba el 15,5% del capital y Kutxabank el 16,3%. La venta valora Itínere en 1.300 millones de euros.
La venta estaba atascada en un proceso de arbitraje
Abanca, al igual que Sacyr y Kutxabank, llevaba tiempo atascada con esta desinversión. Su salida de Itínere quedó condicionada a un proceso de arbitraje por un conflicto entre accionistas.
El propio Juan Carlos Escotet, durante la presentación de resultados de Abanca este jueves, reconoció que el entuerto no se resolvería antes de octubre, pero que cabía la posibilidad de “un acuerdo privado previo” al margen del arbitraje. El acuerdo está ya sobre la mesa, con nombres y apellidos.
Grandes autopistas gallegas en manos de los fondos
Con la operación, Globalvía se hace con el control mayoritario de Itínere, la dueña de la concesionaria de la AP-9, que vertebra Galicia de norte a sur (Ferrol-Tui). Además de la gestión de este vial, Itínere también es la dueña de Autoestradas de Galicia, que explota la AG-55 (A Coruña-Carballo) y la AG-57 (Puxeiros-Val Miñor).
Globalvía está controlada por los fondos OPTrust (Canadá), PGGM (Holanda) y USS (Reino Unido), que suman el 100% del capital. A las concesiones de Itínere hay que sumar la explotación de la autopista que une Santiago con Ourense a través de Acega.