Abanca toma este lunes el control de Nueva Pescanova
La entidad de Juan Carlos Escotet formalizará en la junta general de este lunes la toma de control de Nueva Pescanova, que renovará su consejo
Abanca tomará formalmente el control de Nueva Pescanova este lunes, después de que el banco de Juan Carlos Escotet anunciase la adquisición de los paquetes accionariales en manos de Sabadell y Caixabank, lo que le permitirá hacerse con el 80,46% del capital. La pesquera celebra la junta general de socios en las instalaciones de Chapela-Redondela (Pontevedra), en la que está previsto en el orden del día la renovación del consejo de administración.
Abanca adelantó que su intención es reforzar la estructura financiera de la compañía y mejorar prácticas de gobierno corporativo así como de gestión, para «fortalecer su posicionamiento competitivo y potenciar su crecimiento».
Además, ha incidido en que retendrá «una participación importante» en el accionariado para «avanzar en la búsqueda de un socio industrial, que permita construir un proyecto de valor a largo plazo desde Galicia». Entre los objetivos marcados por la entidad financiera está el de «devolver los órganos de decisión de la compañía a Galicia» y reforzar su apoyo al complejo mar-industria de la comunidad gallega.
Renovación del consejo
En la Junta de Socios del lunes se fijará el número de miembros del Consejo de Administración (actualmente son 12, pero es previsible que se reduzcan), y se renovará este órgano «por caducidad». Se iniciará, de ese modo, una nueva etapa en la multinacional pesquera gallega, que ha pasado por diversas vicisitudes desde que, en 2013, inició una particular ‘travesía por el desierto’ tras solicitar el preconcurso de acreedores y desvelarse su elevada deuda.
Abanca tomará el timón de Nueva Pescanova tras un año, el 2019, en el que ha habido un incremento de ventas que, no obstante, no ha estado acompañado por los resultados. El grupo pesquero aún no ha presentado las cuentas de 2019, aunque sus cifras han quedado reflejadas en el informe anual de la propia Abanca, que apuntaba unas pérdidas de al menos 32,2 millones de euros.