Abánades arriesga lo justo ante el fiasco de la ampliación de Quabit
Sin la posibilidad de que Rayet –el máximo accionista de la inmobiliaria– acuda a la ampliación por estar en concurso, las posibilidades de suscribir 778 de los 1.000 millones de nuevas acciones, el mínimo necesario para evitar lo peor, son muy remotas
Nuevo match ball para Quabit, la inmobiliaria presidida por Félix Abánades. Logró escapar por los pelos del concurso de acreedores durante todos estos años posteriores al estallido de la burbuja inmobiliaria.
Pero la ampliación de capital que tiene en marcha, convertida en imprescindible para cumplir con el primer hito de su plan de negocio –pagar a la Sareb, su principal acreedor, 36 millones de euros antes del próximo 31 de diciembre–, se ha convertido en una operación de máximo riesgo para los inversores por la falta de garantías de que salga adelante.
Campaña publicitaria y road show
Ni la potente campaña publicitaria ni el road show con inversores por media España ni las entrevistas en clave positiva realizadas por Abánades en varios medios parecen haber surtido el efecto deseado.
Tan mal estaba yendo la cosa en esa primera semana de suscripción de derechos preferentes, que, el pasado viernes, el propio presidente de Quabit anunciaba que se había endeudado con capital suficiente para suscribir acciones por al menos 2 millones de euros, lo que supondrá la suscripción del 4,4% de la operación, incluso por debajo del 5% que Quabit anunciaba en el hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Desplome de la cotización
Lo hacía a la vista de cómo los títulos de la inmobiliaria caían durante cinco sesiones bursátiles consecutivas generando más dudas de las ya existentes. La acción, que cerraba el viernes 13 de noviembre en 0,081 euros, antes de iniciarse el periodo de suscripción, lo hacía una semana después en 0,064 euros.
Una pérdida acumulada del 25,2%, cuya tendencia, a pesar del volantazo a la desesperada de Abánades, se mantenía ayer lunes en la recta final para suscribir derechos, con el próximo viernes 27 de noviembre como último día hábil para hacerlo. Nuevos retrocesos superiores al 3% para dejar la acción en 0,062 euros.
Con todo, a los actuales accionistas mayoritarios (Abánades, a través de la concursada Rayet, y Juan José Galiano, por medio de Martibalsa, acumulan el 29,2% y el 19,7% del capital de Quabit) y para el resto de pequeños inversores no les va a quedar más remedio que suscribir acciones. Rayet dispone de 433 millones de títulos y Martibalsa 270.
Rayet, convenio pero no salida del concurso
Pero Rayet no puede, por seguir en concurso de acreedores, a pesar de que el juez de lo Mercantil 3 de Madrid acaba de aprobar el convenio, y porque Galiano tampoco ha confirmado que lo vaya a hacer. Además, uno de ellos –todo a punto a Galiano– no solo no compra, sino que el pasado 17 de noviembre vendió 47 millones de derechos, lo que dejo el nominal de esos derechos en ese céntimo de euro que parece inamovible.
Si finalmente la ampliación no sale, los inversores perderían el céntimo por título del derecho de suscripción preferente, pero recuperarían lo aportado por la suscripción de acciones. Si no entran, perderán igualmente ese céntimo por acción, equivalente a casi el 17% de la inversión. Y, para no perderlo, están vendiendo sus títulos.
Pérdidas para accionistas y nuevos inversores
Así, si un inversor nuevo se gasta 6.000 euros en comprar 600.000 derechos a un céntimo, le darían la posibilidad de suscribir 400.000 acciones a 0,045 euros, desembolsando 18.000 euros adicionales. Pero, si no la ampliación no sale, Quabit devolvería esos 18.000 euros, pero el inversor perdería los 6.000 euros de los derechos.
En el caso de que ya fuera un accionista de Quabit con 600.000 acciones al precio de 8 céntimos, a los que la inmobiliaria cotizaba antes de abrirse el periodo de suscripción, la compra de los derechos a, pongamos 0,015 euros, dejaría su acción en 0,065.
Si no vende y acude a la ampliación con los 600.000 derechos, le darían 400.000 acciones por 18.000 euros. Pero si al final no se suscriben esos casi 778 millones de acciones, la inmobiliaria devolvería esos 18.000 euros, pero el accionista perdería los 9.000 euros del valor teórico de los derechos.
Abánades no corre riesgos
Al final, lo que muchos inversores han deducido del anuncio de Abánades es que el presidente de Quabit no tiene intención alguna de acudir a la ampliación a través de la compra de derechos, sino hacerlo directamente con la adquisición de acciones a 0,045 euros para ahorrarse los derechos.
Básicamente, porque con esos 2 millones de euros podría haber comprado 50 millones de derechos, y no, como se recoge en el hecho relevante del CNMV, su intención de comprar las acciones en segunda vuelta.
Suscripción mínima
A falta de cuatro días para que finalice el periodo de suscripción preferente, la negociación de los derechos ha sido mínimo, con órdenes de suscripción por unos 200 millones de derechos, aproximadamente el 13% del capital, quedan, por tanto por suscribir unos 1.300 millones de derechos.
Si no se llegan a suscribir esos 778 millones de nuevas acciones, el cuento de la lechera de Quabit quedará hecho migajas, al no poder atender el pago de 35,6 millones de euros que debe realizar antes de que acabe 2015 a la Sareb, según el acuerdo de refinanciación firmado el pasado 23 de septiembre.