Altri, la idea que nació con la pandemia, cautivó a directivos de Inditex y dividió a Galicia

El comité de expertos que asesoró a Feijóo en plena crisis del Covid, con directivos del grupo de Amancio Ortega, abrazó la idea de un proyecto tractor de fibras textiles sostenibles, germen de lo que es hoy la iniciativa de Altri, de la que ha tomado distancia la multinacional de Arteixo

Reunión del ahora ex presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en abril de 2020, con el comité de expertos en asuntos económicos que asesoró al Gobierno gallego en pandemia.

Reunión del ahora ex presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en abril de 2020, con el comité de expertos en asuntos económicos que asesoró al Gobierno gallego en pandemia. Foto: Xunta Galicia

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Mediados de abril de 2020. Plena pandemia, cuando la nueva normalidad era todavía un sueño colectivo y se acababa de aprobar el plan de desescalada. Nace el comité de expertos que asesoraría a Núñez Feijóo en la tarea de salir de la crisis derivada del Covid. Conselleiros, profesores y catedráticos universitarios, reconocidos empresarios y conocidos ejecutivos. Entre ellos, nada menos que el director general de Finanzas de Inditex, convidado sorpresa. Aquello duró hasta junio, pero las recomendaciones de los gurús de Feijóo todavía retumban hoy en Galicia.

Hasta cuatro documentos de conclusiones de sus trabajos elaboró el grupo de expertos. Y fue en ese momento cuando nacieron los conocidos ya como proyectos tractores, de los que tiempo después, y no sin sucesivas mutaciones y cambios, idas y venidas, emergió Altri como opción industrial sólida y visible. Esta es la historia.

Los gurús de Feijóo y las fibras sintéticas

Como una oportunidad que trajo la pandemia se plantea “la ampliación de la estructura económica de nuestra comunidad”, decía el documento final. “En este sentido”, explicaban los gurús, “debe irse más allá de la recuperación de los sectores afectados, para sentar las bases para convertir a Galicia en un territorio atractivo para la inversión, fomentando la implantación de nuevas actividades económicas o la ampliación y modernización de las ya existentes”.

Los ámbitos preferentes para implantar proyectos tractores recomendados por los expertos de Núñez Feijóo incluían seis sectores tradicionales, entre los que estaban el textil y el forestal. Como palanca de cambio, la circularidad. Y entre las iniciativas planteadas, modelos de negocio innovadores; “desarrollo del diseño circular y de materias primas más sostenibles”, y “desarrollo de tecnologías de reciclaje químico de fibras sintéticas procedentes de residuo textil y definición de las pautas para la implementación y escalabilidad a nivel industrial”. Había nacido la idea, la planta de fibras textiles como proyecto tractor.

Del entendimiento a la frialdad

En las sucesivas reuniones del comité de expertos Ignacio Fernández, el director general de Finanzas de Inditex, era escuchado con atención, según diversas fuentes consultadas al respecto, porque aquello de las fibras textiles sostenibles encajaba como un guante en las necesidades del gigante textil de Amancio Ortega, siempre preocupado por los cumplir con los más exigentes estándares y los nuevos requerimientos que llegan desde Bruselas. Todavía hoy, cuando se pregunta a los directivos de Altri, empezando por Bruno Dapena, por cuáles serán los futuros clientes de la fábrica de Palas, apuran en señalar a Portugal, Marruecos y Turquía como mercados clave, precisamente los tres países que concentran los proveedores de proximidad de Inditex.

Sin embargo, al grupo textil, ante la dimensión que iba alcanzando el proyecto de fibras y la insistencia de los medios, le faltó tiempo para tomar distancia. Era la etapa final de Pablo Isla y Carlos Crespo, y aunque desde Arteixo siempre se abrazaron proyectos sostenibles, algo había en todo aquello que no acababa de encajar. “Nuestros proveedores conocen nuestra política de costes, y saben que el precio es un factor determinante; quien venga, quien sea, tendrá que competir con otros vía precios”, apuraban a señalar fuentes oficiales del equipo de Isla. Inditex tomaba así distancia de un proyecto que hoy se ve muy lejos desde Arteixo.

Dos fábricas en una

La doble apuesta de Altri tardó todavía tiempo en conocerse. Fue en febrero de 2022 cuando trascendió que el grupo luso diseñaba dos fábricas en una: planta de pasta soluble y otra de fibra ecológica lyocell. Semanas después de las elecciones que ganó Alfonso Rueda, en febrero del año pasado, fue cuando se conoció la dimensión real del proyecto, con números y miles de toneladas a producir, al salir a exposición pública la iniciativa de Altri en Palas.

La intención del grupo portugués era doble: una fábrica de pasta de madera soluble (DWP), que es la materia prima para diversas fibras textiles; y otra de lyocell, el tejido sostenible que está de moda, muy versátil y totalmente biodegradable. Esta última iniciativa fue la que adelantó la Xunta cuando avanzó los primeros datos del proyecto. Y ese mix, el de la fábrica de pasta soluble (celulosa), por un lado, y la planta de fibra ecológica lyocell, por otro, permitirá que la primera unidad de producción nutra a la segunda. Algo parecido a lo que hace Alcoa en San Cibrao con Alúmina y Aluminio Español. La diferencia, los miles de toneladas de excedente de celulosa que saldrán directamente al mercado desde Palas de Rei cuando esté levantada la primera pata del proyecto.

Caminos separados y sociedad dividida

Aunque cueste creerlo ahora, Altri no fue pasto de la campaña electoral de las pasadas autonómicas. No hubo debate. Ni mucho menos. Y aunque sí se conocían sus intenciones finales con trazo grueso, la palabra macrocelulosa ni había calado en la sociedad gallega ni la dividía, como hace ahora.

Mientras tanto, Inditex ha decidido no esperar y ha lanzado su propio plan para abastecerse de fibras textiles. Esté o no Altri, la multinacional con sede en Arteixo prevé que en 2030 el 100% de sus prendas sean confeccionadas usando fibras textiles con materias primas preferentes o de menor impacto. En este tiempo, por ejemplo, ha apostado por un grupo de fibras textiles finlandés denominado Infinited Fiber Company, un proyecto muy dispar al de Altri. La principal diferencia radica en el reciclaje de prendas usadas, algo que el proyecto de Palas de Rei desarrollará aún en una segunda fase. Cuando llegue. Si llega.

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