Sin empleo a los 50: cómo los trabajadores sénior pueden volver al mercado laboral
Si un trabajador de más de 50 años queda en el paro tiene pocas posibilidades reinsertarse laboralmente. A menos que apueste por estas claves
Durante siglos la economía mundial se rigió en torno a la agricultura y ganadería, con leve espacio para la manufactura; hasta que la Revolución Industrial del siglo XVIII cambió las reglas del juego.
El siglo XX fue la transición del liderazgo de la industria pesada y liviana al de las tecnologías, donde en las últimas décadas se reforzó el papel de ese segmento entre los sectores productivos.
Según recuerda Caixabank en su blog, el Foro Económico Mundial considera que la tecnología continuará imperando por mucho tiempo más, al punto que el 23% de los trabajos cambiarán radicalmente en los próximos cinco años.
Esa transformación irá acompañada por un aumento de la esperanza de vida, que llevará a que la edad de jubilación se retrase (lo que está sucediendo con la reforma de las pensiones en España y Europa), y que las carreras profesionales sean cada vez más largas, lo que lleva a la necesidades de una constante actualización de capacidades y conocimientos.
Actualizar y mejorar los conocimentos
Aquí entran en juego dos conceptos, el reskilling y el upskilling, a los que se unen denominaciones como las softskills y las hardskills.
Más allá de estos anglicismos que les encanta a los expertos en recursos humanos, vamos a ver qué significa cada uno.
Los trabajadores tienen que estar preparados para adquirir nuevos conocimientos que les permitan expandir sus horizontes laborales
El reskilling es la adquisición de nuevas capacidades que permitan realizar funciones distintas a las que siempre se realizó. Por ejemplo, que un periodista tenga nociones de marketing digital y posicionamiento web, que un cocinero sepa manejar nuevos sistemas de administración o que un carpintero adquiera nociones de diseño.
En cambio el upskilling se refiere a mejorar o ampliar las capacidades actuales, para tener un desempeño más eficaz en el trabajo diario.
En cuanto a las softskills, son las competencias blandas o las habilidades, como pueden ser el pensamiento crítico, el liderazgo, la creatividad o la innovación.
Y las hardskills son los conocimientos específicos o las competencias duras, o sea la capacitación técnica que le permite desarrollar un oficio o profesión.
Las actividades que más apostarán por los cambios
El Foro Económico Mundial, en un estudio llamado The Future of Jobs Report 2023 (Estudio sobre el futuro del trabajo), precisó que las actividades que requieran del pensamiento analítico absorberán el 10% de los cursos, talleres y otras actividades de formación, seguidas por las profesiones que requieren un pensamiento creativo, con el 8%.
En tercer lugar se encuentran la capacitación de los trabajadores que necesitan perfeccionarse en el uso del big data y la inteligencia artificial. De hecho un 42% de las empresas consultadas por el Foro Económico Mundial consideran que esta será una de sus prioridades.
Otros campos donde se necesitará una mejora de las habilidades y una capacitación continua es en la administración ambiental, el marketing y el manejo de medios y redes, el diseño y experiencia de usuario; y el campo del liderazgo e influencia social (junto con la resiliencia, agilidad y flexibilidad).
Claro que toda capacitación requiere una inversión de tiempo y dinero por detrás, pero dos de cada tres empresas consideran que es una acción necesaria que les permitirá mejorar en la movilidad, la productividad o en una mayor satisfacción del empleado.
Qué pasa con los trabajadores mayores
Uno de los sectores que más necesitan aprovechar las herramientas del aprendizaje continuo, así como la del reskilling y el upskilling son los trabajadores de 45, 50 o más años.
En muchos campos laborales quedarse sin empleo a esas edades es casi una condena al ostracismo, por las dificultades a las que se enfrentan para encontrar trabajo en un mercado que privilegia a las personas más jóvenes.
De hecho, según la Fundación Adecco, tres de cada cuatro parados de más de 55 años creen que ya no podrán volver a trabajar; y están seguros que los expertos en recursos humanos descartan automáticamente cualquier solicitud de empleo de alguien que haya superado los 50 años.
La necesidad de la capacitación y actualización
Por ello, según Caixabank, es necesario -casi obligatorio- que ese segmento de trabajadores se capacite en nuevos campos y en paralelo actualicen los conocimientos que han desarrollado toda su vida laboral.
El objetivo es tener las habilidades necesarias para que sus perfiles sean más competitivos en el mundo profesional, para que el talento senior prime sobre la edad; y que tengan un valor añadido que le sea útil a la empresa.
En este sentido, cabe recordar que el éxito de las compañías depende de las competencias de sus equipos y de cómo se pueden adaptar frente a las transformaciones del mercado y la sociedad.
De esta manera apostarán más por el talento antes que por la edad de sus empleados.