Unicaja y Liberbank trazan la misma hoja de ruta incluso por separado
Tanto el andaluz como el asturiano quieren centrarse en reducir activos problemáticos para reforzar resultados y se preparan para emitir deuda no preferente
Nueva etapa para la banca mediana tras la frustrada fusión entre Unicaja y Liberbank. Después del cese este viernes del hasta ahora consejero delegado de Unicaja Banco, Enrique Sánchez del Villar Boceta, que el banco desliga complementa del fracaso de la integración con el asturiano, la entidad presidida por Manuel Azuaga ya ha marcado las líneas generales de lo que será su plan en solitario a partir de ahora. Y existen muchas coincidencias con la hoja de ruta individual de Liberbank.
Unicaja Banco apunta que la elección de Ángel Rodríguez de Gracia se justifica en que su perfil es «el más idóneo para iniciar una nueva etapa de reforzamiento de su plan estratégico», señala. El banco, que ahora mismo cuenta con un plan estratégico que estará en vigor hasta el año que viene, adelantó cuáles van a ser los ejes de la estrategia que quiere reforzar: centrarse en «la capacidad de generación de resultados, la dinamización de la actividad comercial, el mantenimiento de los elevados niveles de solvencia y la holgada posición de liquidez, así como en la reducción de los activos no productivos», enumeró en su comunicado a prensa.
Rodríguez de Gracia, que lleva en la entidad desde 1992, se ha encargado justo de supervisar el proceso de limpieza de cartera de la entidad. Aunque Unicaja cuenta con unos niveles de cobertura elevados, liberar activos le ayudará a mejorar los resultados y a impulsar la rentabilidad, que, al ser baja, alimenta la expectativa de que su continuidad pase por impulsar fusiones. Unicaja está deshaciendo posiciones en ciertas inversiones, como en su cartera de autopistas, aunque en este sentido no cuenta con un plan prefijado.
En paralelo, Liberbank también está drenando su saldo de activos malos. Hace pocas semanas nuevas iniciativas para reducir su cartera de improductivos con ventas a particulares, pero no descarta desprenderse también de carteras en el mercado mayorista. El asturiano se ha autoimpuesto un objetivo de reducción activos no productivos exigente. Así, espera reducir su ratio por debajo del 5,5% en 2020, frente al 11,4% con el que cerró el primer trimestre de 2019. Para el conjunto de 2019, su meta es que se quede por debajo del 8%.
El otro eje en el que quiere progresar es en materia de retribución al accionista. De acuerdo con Moody’s una de sus propuestas es conseguir elevar el dividendo para que alcance el 40% del beneficio en 2020. Unicaja, hasta el momento, también ha mantenido los pagos al a los propietarios como un objetivo básico.
Liberbank y Unicaja, sin perder el tiempo
Otro punto de entendimiento es que ninguno de los dos quiere perderle la pista a las grandes entidades del IBEX, que en apenas tres semanas han aprovechado la caída de los tipos de interés para reforzarse con más 7.000 millones de euros en deuda no preferente.
Con la emisión de Bankinter, de 750 millones, cerrada esta jueves, todos los bancos del IBEX ya han probado el apetito del mercado con estas emisiones. Estos bonos están diseñados para engordar el colchón de activos que tendrán que retener los bancos de forma obligatoria para hacer frente a un hipotética resolución. Es lo que se conoce como exigencias de MREL (Minimum Required Eligible Liabilities), que son diferentes por cada entidad y cuyo tamaño lo marcan los reguladores.
Aunque ambos bancos cuentan con más tiempo para construir estos colchones que las entidades del IBEX su intención sería lanzarlas este mismo año.