Palabra de Draghi: hay que reducir gastos y no subir impuestos
El presidente del BCE mantiene los tipos de interés en el 0,50% y no ve peligro de deflación
“Los bancos centrales han salvado al mundo”. Esa afirmación, rotunda, la pronunciaba José Viñals, el director del departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI en las jornadas del Círculo de Economía en Sitges en pasado sábado. Pero ahora el banquero central del que se esperaría la asunción de un mayor riesgo, Mario Draghi, camina con pies de plomo. En la reunión de este jueves en Fráncfort, el Banco Central Europeo, el BCE, ha decidio mantener los tipos de interés, en el mínimo histórico del 0,50%.
A su juicio, bajarlos, aunque había dejado la puerta abierta a tomar esa decisión, no variará mucho la actual situación de falta de crédito. Esa interpretación es similar a la que formulan los analistas de mercado. Draghi ha asegurado que los peligros macroeconómicos se mantienen y que el BCE debe ser cauto. “La percepción del riesgo macroeconómico sigue estando ahí”, ha afirmado, y ello explica el poco riesgo que han decidido correr las entidades financieras.
Inflación controlada
Pero la inflación, el verdadero campo de batalla del BCE, está controlada, por debajo del 2%. Es más, podría haber un peligro real de deflación, el gran enemigo del sistema capitalista, que necesita como algo consustancial a su naturaleza el aumento de precios a lo largo del tiempo.
Para Draghi, en cambio, ese peligro no es real. Así que el BCE, que tanto ha hecho para que la periferia europea, como España o Italia, haya podido colocar deuda en los mercados con relativa facilidad en los últimos meses, quiere actuar ahora con prudencia.
Conclusión por ahora: los planes para facilitar la financiación a las pymes, siguen sin concretarse. Están en estudio. La posibilidad de pasar a negativa la tasa de depósitos de los bancos, “ahora” no se ha decidido, y los tipos se mantienen.
Renuncia al margen de actuación
La paradoja, es que Draghi ha rebajado las previsiones sobre la inflación. Será, según el BCE, del 1,4% en 2013; frente al 1,6% que se había anunciado en el mes de marzo. Y se quedará en el 1,3% en 2014. Es decidir, una inflación muy controlada, que podría permitir algo más de margen. Expertos como el ex economista jefe del FMI, Kennet Rogoff, sigue defendiendo una inflación moderada del 4% o del 5% que podría ser muy beneficiosa para el conjunto de la zona euro. Pero no hay señales en ese sentido.º
Al revés. Agua al vino. Draghi ha mantenido que lo mejor que ha hecho el BCE es esa compra de deuda pública, o el anuncio de que lo hará masivamente cuando sea necesario. Y ha destacado que las exportaciones de países como España están yendo bien, y que esa es la salida.
Pero ha constatado que la práctica del BCE, cuando se necesite, no debe llevar a engaño. Los países con mayores problemas deben seguir la senda de las reformas y los ajustes. Y aquí llega la receta de Draghi, desde hace meses. Ante la posibilidad de una mayor acción por parte del BCE, defiende que países como España deberían haber reducido gastos, y no subir impuestos.
Los estados deben reducir gastos
La vía “correcta” era reducir gastos, algo que el Gobierno español ha hecho a medidas, incidiendo más en la vía de los ingresos, aumentado los impuestos directos como el IRPF, una decisión equivocada, según el consenso de los expertos. Por tanto, trabajo interno de los estados, y menos quejas por las decisiones del exterior.
El estratega de mercados Daniel Pingarrón, de IG, señala que toda la política posible del BCE no ha permitido una mayor fluidez del crédito. Y, “más allá de la reacción de las bolsas, la medida con más potencial sobre la economía real debe ser de tipo no convencional”.
La prima de riesgo, subiendo
La decisión del BCE, y la incertidumbre que también se vive en Estados Unidos, ha dejado a las bolsas en números rojos. En el caso de España, la prima de riesgo ha vuelto a subir, y se ha situado en 316 puntos, respecto a la deuda alemana. El bono a 10 años ha pasado al 4,6%, cuando hace un mes estaba en el 4%.
Y en la colocación de deuda del Tesoro de este jueves, los tipos de interés han aumentado ligeramente respecto a la última subasta. Las turbulencias, por tanto, podrían volver.
Pero el BCE, lejos de las políticas adoptadas por otros bancos centrales, como el de Japón, el de Inglaterra o el de Estados Unidos, prefiere ser cauto. Por “ahora”, como ha recordado Draghi.