Los sueldos más bajos se desploman un 28% desde la crisis
España es el cuarto país europeo con más desigualdad social, una brecha que es mayor con las diferencias de género
La división salarial entre clases se ha profundizado durante la crisis, en donde el sector de menores recursos ha sufrido un impacto cuatro veces mayor: mientras que el salario medio ha caído el 6,1% entre 2008 y 2014, en el 10% de la población más pobre los sueldos se han derrumbado un 28%. En el otro extremo de la pirámide social, el salario del 10% que más cobra (un promedio de 5.628 euros mensuales) se ha mantenido casi sin variaciones: apenas ha bajado un 0,6%.
España se encumbra como el cuarto país con más desigualdad de Europa, sólo por detrás de Irlanda, Serbia y Reino Unido. Si en el 2006 la renta del sector más rico era diez veces más alta que el segmento más pobre, en el 2015 esta diferencia se amplió a quince veces, según estadísticas de Eurostat.
Una ejemplo gráfico se puede ver en los salarios de los directivos de las empresas del IBEX 35 y sus empleados: a los primeros les basta con trabajar medio mes para cobrar lo que ganarán los segundos en un año.
Las mujeres llegarían al nivel salarial de los hombres…en 2133
Estos datos son presentados en el informe ‘Bajan los salarios, crece la desigualdad: el impacto de las diferencias salariales en los hogares’, que Oxfam Intermón ha elaborado a partir de la estadística Muestra Continua de Vidas Labores de la Seguridad Social.
La desigualdad entre las clases no es la única consecuencia de la crisis: las diferencias de género también se han profundizado. Según este informe, en el 2015 las mujeres ganan un 18,8% menos que los hombres por el mismo trabajo, y para estar compensados, deberían trabajar 50 días más por año. Pero como esto no es posible, a este ritmo recién en 2133 se podría cerrar esta brecha.
Para acabar con estas diferencias, Oxfam Intermón reclama un aumento progresivo del salario mínimo interprofesional, actualmente fijado en 764 euros al mes, hasta alcanzar los 1.000 euros en 2020. Con ello, España cumpliría la recomendación europea para que el mínimo sea el 60 % del salario medio.