Los jóvenes ‘pasan’ de los bancos para administrar sus finanzas
Dos de cada tres utilizan Paypal para sus transferencias y alimentan las pesadillas de Botín y González sobre las nuevas plataformas
Internet ha puesto todo patas arriba. También uno de los sectores históricamente más intocables: el de las finanzas. Los grandes bancos del mundo ya han comenzado a darse cuenta que en la batalla por el último cliente tendrán enfrente a nuevos rivales, muchos de ellos de rostro desconocido, o al menos con un traje diferente a la clásica corbata del mundo financiero.
Los gigantes tecnológicos, los operadores de móvil y otras compañías emergentes ofrecen al usuario métodos de pago alternativos al tradicional ¿efectivo o con tarjeta?, que permiten gestionar el dinero sin la necesidad de un soporte físico.
El entorno digital
Uno de los grandes casos de éxito entre estas plataformas es PayPal, que facilita las transferencias vía internet con un sencillo registro a través del correo electrónico. Este sistema, según un informe realizado por la consultora PwC, ya es utilizado por el 67% de los españoles entre 25 y 34 años, un porcentaje que se reduce entre las capas de población más altas (a partir de los 55, sólo el 21% reconoce usarlo).
Apple, Google o Amazon son algunas de las multinacionales que ya ofrecen servicios de pago pensados y ofertados en un entorno plenamente digital. En octubre de 2014 la compañía de la manzana sacó al mercado estadounidense Apple Pay, un producto que combina la tecnología móvil (contactless) y la identificación a través de la huella dactilar del usuario.
Pensado para el pago en tiendas, cuatro meses después de su lanzamiento, 750 bancos ya estaban asociados a este sistema, que podía ser utilizado en más de 200.000 máquinas expendedoras (en quioscos, parkings, lavanderías y otros puestos de autoservicio).
Apple Pay aterrizará este próximo mes de julio en Gran Bretaña y se espera que lo haga muy pronto en el resto de Europa. El marketing de la compañía de Sillicon Valley es una baza importante a su favor. Antes incluso de que llegue a España, los usuarios ya lo ven como el nuevo método de pago con más proyección, según el informe de PwC.
El temor de los banqueros
Aunque han tardado, los principales banqueros de nuestro país ya le han visto las orejas al lobo. Francisco González, presidente de BBVA, hablaba en febrero directamente de la «desaparición de miles de bancos» en los «próximos 15 años», ante el auge de las alternativas tecnológicas y digitales en el mundo de las finanzas. Para el jefe del segundo banco del país, estas compañías, aunque con cautela, ya se están posicionando para «copar la cadena de valor» que tradicionalmente había sido monopolio de las entidades financieras.
El discurso del principal rival del banco azul va en la misma línea. Durante la Cumbre Mundial del Turismo que se celebró en Madrid el pasado abril, Ana Patricia Botín arengaba a los suyos a perderle el miedo a competir en la arena de Internet con las grandes tecnológicas del mundo, y adaptarse así a los nuevos hábitos de los clientes.
En su intervención, sobre la urgencia de la innovación en el mundo empresarial, pronunciaba toda una declaración de intenciones: «No cambiar no es una opción, tenemos que liderar los cambios».
Los otros rivales
Los rivales de los bancos en esta batalla no se reducen a las multinacionales líderes en el sector Internet. Las grandes compañías de distribución o retailers, las apps que permiten pagar con el móvil, las monedas virtuales (bitcoins) o los operadores de telefonía, también luchan por su parte del pastel.
El teléfono móvil, ese depredador digital que va camino de comerse todas las industrias que encuentra a su paso (entretenimiento, comercio, información…), ha encontrado, hasta el momento, mayores dificultades en el campo financiero. Los expertos, sin embargo, anticipan que una vez se mejoren aspectos clave como la experiencia de uso, la versatilidad o la seguridad en las transacciones, la tecnología móvil sustituirá a los métodos de pago tradicionales.
El último punto de los citados es, quizás, donde la banca de toda la vida tiene mayor terreno ganado. No sólo la seguridad, sino también la percepción respecto a esta (es decir, la confianza) es uno de los puntos clave para convencer a los nuevos tipos de clientes. Entre los agentes implicados en el pago de bienes y servicios, los españoles confían sobre todo en las entidades bancarias (81%), por delante de las compañías tecnológicas (64,6%) y los operadores de telefonía (53,8%).