La Caixa tendrá que mutar otra vez en cinco años
El Banco de España lanza una nueva norma que obliga a las fundaciones bancarias a apalancar más recursos o a vender parte de los bancos que controlen
El Banco de España ha aprobado este jueves la circular sobre fundaciones bancarias, que supone el pistoletazo de salida para la creación de un plan de reserva y financiero que incluya la diversificación de inversiones y, si es necesario, ventas. Se trata de una vuelta de tuerca más en el cerco del Gobierno a las fundaciones propietarias de bancos, la más importante de las cuales es La Caixa.
Con la aprobación de la circular, se inicia un periodo de cinco años durante los cuales las fundaciones que controlen el 50% o más de un banco deberán crear y dotar un fondo de reserva para atender a necesidades de solvencia de la entidad participada. En caso contrario, deberán desinvertir de la participada; Caixabank en el caso concreto de La Caixa.
Cinco fundaciones afectadas
Este incremento de las exigencias afecta a cinco de las 13 fundaciones bancarias que hay en España, ya que estas cinco tienen más de un 50% del capital de un banco. Se trata de las fundaciones de La Caixa, BBK, la Kutxa, Ibercaja y Unicaja, según han explicado fuentes de la patronal de cajas CECA.
La más importante es la de La Caixa, que controla, a través de Criteria, el 53,9% de Caixabank. La Caixa se transformó en fundación en 2014 y, desde entonces, ha adaptado su operativa y su consejo a la nueva normativa, que ahora la obligará a crear dicho fondo de reserva y a diseñar un nuevo plan financiero.
Incentivar la desinversión
Según el real decreto desarrollado poel Banco de España, se deberá hacer uso del fondo siempre que se produzco una disminución significativa de los recursos propios en la entidad participada y se ponga en peligro el cumplimiento de la normativa.
Sin embargo, la normativa no esconde que el objetivo final es que las fundaciones terminen por perder peso en el accionariado de los bancos: el real decreto recoge que «el fondo de reserva es un mecanismo que permite mejorar la solvencia de la entidad de crédito participada y, al mismo tiempo, incentiva la desinversión en la misma».
El Banco de España ofrece una alternativa a la creación del fondo de reserva, que sería diseñar un plan de desinversión del banco. En el caso de las fundaciones con participaciones de entre el 30% y el 50% en una entidad financiera, la norma es más laxa y sólo exige la creación de un protocolo de gestión y de un plan financiero anual.