La banca se conjura para minimizar el impacto del Supremo
Los grandes bancos se oponen a la retroactividad del impuesto de la hipoteca y critican la inseguridad jurídica que puede crear el Tribunal Supremo
El próximo lunes 5 de noviembre el Tribunal Supremo (TS) se pronuncia sobre quién debe pagar el impuesto de actos jurídicos documentados de las hipotecas, si los bancos o los clientes. Parece que la banca da la batalla por perdida y asume que puede tocarle a ella, como ya determinó el TS en una sentencia de la que después se retractó por la caída de los mercados. Sin embargo, lo que más preocupa al sector es la retroactividad de dicha medida.
Los grandes bancos se han posicionado uno tras otro en contra del carácter retroactivo del impuesto. Si el Supremo declara que debe haber retroactividad, las entidades no solo se harían cargo de pagar las tasas en las nuevas hipotecas que firmen sino también en las de los últimos cuatro años.
Esta medida supondría un coste que los bancos no aclaran a cuanto asciende. Sin embargo, algunas agencias como Moody’s calculan que la factura sería de unos 2.300 millones de euros. Además, Moody’s también pronostica el gasto anual del sector por el impuesto de las hipotecas: 640 millones de euros anuales.
Aún así, los grandes bancos no piensan que vaya a haber retroactividad en el impuesto, pero dejan claro que, de haberlo, los costes aumentarían y repercutiría en el precio de las hipotecas. Es decir, de alguna manera volvería al cliente.
La banca defiende la seguridad jurídica
El consejero delegado de BBVA, Carlos Torres, es tajante con la retroactividad del impuesto sobre las hipotecas: descarta por completo que se imponga. Asegura que el Tribunal Supremo «no puede penalizar al que ha cumplido la ley».
«No puede aplicarse un cambio a hechos pasados. En eso consiste la seguridad jurídica, y en eso se fundamenta nuestro estado de derecho, que es una garantía para todos, para los ciudadanos y también para las empresas», comenta. De hecho, la seguridad jurídica es uno de los argumentos más repetidos entre los grandes bancos para oponerse a la medida.
El consejero delegado del Banco Santander, José Antonio Álvarez, destaca la necesidad de establecer un marco hipotecario «claro y seguro». «Cuando uno presta a 25 años no puede estar sujeto a revisiones permanentes hacia atrás, porque se convierte esto en un riesgo demasiado elevado y de una u otra manera acabaría trasladándose a la capacidad de hacer negocio, tanto en volumen como en precio», argumenta.
Si el TS decreta que los bancos deben abonar el impuesto podrá repercutir en el precio de las hipotecas
Álvarez, que no ve «ninguna razón» para la retroactividad, aseguró en la presentación de los resultados del tercer trimestre de 2018 de su entidad, que si el Tribunal Supremo decide que se debe abonar el impuesto de manera retroactiva, el Santander «cumplirá con la ley». Eso sí, deja la puerta abierta para traspasar el coste a los clientes, que dependerá de «la dinámica competitiva que se produzca en el mercado».
También Gonzálo Gortázar, consejero delegado de Caixabank, cree que se encarecerán las hipotecas si cambia la ley, aunque se negó a realizar provisiones en la presentación de sus resultados del tercer trimestre. «No tiene sentido hablar de sanciones por cumplir la ley vigente», defiende.
Harán lo que marque la ley
Por el contrario, Bankia no piensa que las hipotecas se vayan a encarecer. José Sevilla, consejero delegado de la entidad, entiende que la repercusión en el precio «va a depender de la competencia» y añade que en el segmento hipotecario esta es «muy fuerte». Además, apoya la idea de que los bancos no deben ser penalizados por «haber cumplido la ley».
«Los bancos hemos hecho en los últimos años lo que marca la ley y esperamos un pronunciamiento claro y nítido. Si se cambia la ley, lo normal es que no hubiera retroactividad, ni penalización», comenta.
Por su parte, el consejero delegado del Banco Sabadell, Jaime Guardiola, considera que «no tiene sentido» aplicar la retroactividad a este impuesto. Guardiola explica que si la decisión del Supremo es que sea la banca quien se haga cargo del impuesto, Sabadell acatará el cambio, pero afirma que «lo más razonable» es que el pago del ese gasto sea a futuro.
La consejera delegada de Bankinter defiende que el sector no ha influido en la decisión del Supremo
El consejero delegado del Sabadell adelanta que si finalmente el banco tiene que asumir ese impuesto puede cambiar su política comercial, aunque no aclara si ello supondrá un encarecimiento de las hipotecas.
No se sabe si el posicionamiento y la opinión de las entidades sobre el pago del impuesto de las hipotecas influirá en la decisión del Tribunal Supremo, o si tuvo algo que ver con su anterior decisión de retractarse. La consejera delegada de Bankinter, Maria Dolores Dancausa, defiende que el sector bancario «no ha influido de ninguna forma» sobre la decisión del TS.
Dancausa explica que Bankinter actuará acorde con la ley, pero defiende que tomará medidas «para seguir siendo competitivo y no perder dinero». «No podemos dar hipotecas que no sean rentables, no se puede vender por debajo del coste», precisa. Sin embargo, añade que «no repercutirá todo el coste sobre el cliente».