La alianza entre banca y automovilísticas irrita a los concesionarios
La explosión de ofertas de renting de coches para particulares en la red bancaria es un motivo de preocupación para los canales habituales de venta
Si los bancos españoles mantienen las espadas en alto ante la amenaza de que Google, Amazon, Facebook o Apple irrumpan en su negocio, ellos también se están convirtiendo en una fuente de preocupación para otros sectores. La necesidad de diversificar ingresos para mejorar su rentabilidad les está llevando a ser más agresivos en algunos productos que antes eran secundarios, como, por ejemplo, el renting, lo que está levantando ampollas en el sector de los concesionarios.
La patronal del sector, Faconauto, ha manifestado en diciembre su inquietud por la alianza entre marcas y entidades financieras a «espaldas» de los concesionarios y mostraba su preocupación «por el importante incremento que han experimentado durante este ejercicio las matriculaciones a particulares comercializadas a través de canales cuya actividad principal no es la venta de vehículos, como entidades financieras», señalaba. «De esta manera, se entra en conflicto con los intereses legítimos de los concesionarios», recrimina Faconauto.
En los últimos meses, la banca ha llevado al terreno de los clientes particulares las anteriormente exclusivas ofertas de renting de vehículos para empresas, que difieren, aunque hay coincidencias, en marchas y modelos. Entre las entidades del IBEX, Banco Santander, BBVA, Caixabank, Bankia o Banco Sabadell ya las están explotando; mientras que Bankinter por el momento la mantiene solo para empresas.
Caixabank, que es uno de los pocos que ha facilitado datos concretos, adelantó en los resultados del tercer trimestre, que en los nueve primeros meses del año había comercializado más de 14.500 coches en sus oficinas. Es una cifra que equivale a un 1,4% de las matriculaciones que realizaron los concesionarios hasta el 30 de noviemebre. La entidad de origen catalán, además, habría dado el paso de firmar acuerdos directamente con fabricantes para impulsar el negocio del renting; que, en algunos casos, como en el caso de los Mini One, habrían sido muy exitosos, según Expansion.
Aunque desde el banco liderado por Gonzalo Gortázar señalan que los contratos son confidenciales y no aportan datos adicionales a Economía Digital, fuentes consultadas apuntan que, en ciertos casos, la evolución de los acuerdos ha sido tan positiva que los fabricantes han tenido que reforzar incluso la producción de algunos modelos.
La fuerza comercial de la banca es un aliciente muy importante para un sector, como el del motor, que está viviendo años complicados, en medio de la guerra comercial impulsada por Donald Trump, la transformación tecnológica hacia el vehículo eléctrico, y la guerra inacabada del gobierno socialista de Pedro Sánchez contra el diésel.
Pedro Sánchez y la inestabilidad generada en el diésel
La alianza entre bancos y el sector del automóvil es histórica, con financiación directa de la venta del coche, o a través de pactos con los concesionarios, que colocaban los préstamos de la entidad con la que tenían acuerdo. De hecho, la hipoteca y el «préstamo coche» son dos productos básicos de la oferta de la banca, pero en el entorno actual de tipos de interés está inclinando la estrategia comercial del sector hacia el segundo; y hacia productos derivados, como el renting, que estaría dando respuesta a nuevos hábitos de consumo o limitando el riesgo regulatorio.
Con el renting «el hecho de elegir un coche diésel no es un problema para el usuario, ya que se beneficia de las características de los vehículos con este tipo de motor, y llegado el vencimiento del contrato se elige otro o se cambia, sin preocupaciones de pérdida de valor para el usuario», señala Javier León, Presidente del Consejo de renting de la AELR.
La agresiva campaña contra este tipo de combustible durante la anterior legislatura desde el ministerio liderado por Teresa Ribera, fue especialmente dañina para los coches diésel; pero es un riesgo que se acota con el renting.
Primero, porque evita el desembolso inicial -se paga un alquiler mes a mes que se computa como un gasto en el caso de las empresa-; después, porque elimina el riesgo de comprar un vehículo que en el futuro pueda perder su derecho a circular. Aunque normalmente los contratos de renting se firman a medio plazo – a partir de 36 meses- para romperlo es suficiente con abonar una compensación; por lo que el cliente se siente menos atado.
De hecho, las entidades financieras ya están extrapolando el renting para particulares desde los coches a la tecnología. Móviles o portátiles son algunos de los productos que ya se podrían obtener en renting en la ventanilla de algunos bancos. Con estas ofertas, las entidades exploran oportunidades de negocio basadas en los nuevos hábitos de consumo, en los que cada vez es más habitual cambiar de móvil y ordenador con regularidad para contar siempre con el último modelo; especialmente los tecnoadictos.
Del renting al negocio de la segunda mano
La competencia de los bancos con los concesionarios puede ir a más en los próximos años según se vaya configurando un mercado activo de segunda mano procedente de los renting de coches de primera matrícula. Caixabank o Banco Santander venden coches de segunda mano a través de sus filiales de renting –Caixabank Equipment Finance o Bansacar – y BBVA cuenta con un acuerdo con ALD Automotive para comercializar a través de su ecommerce sus vehículos, que proceden en muchos casos de renting a empresas.
El negocio de segunda mano, un sector en el que también operan los concesionarios de Faconauto, es el círculo perfecto para dar salida a los vehículos de renting de modelos más antiguos. Si la tecnología medioambiental queda absoleta en el futuro por los retos medioambientales, sería coches aptos, sin embargo, para el mercado de la exportación.
De acuerdo con Faconauto, durante 2019, las entidades integradas en la patronal venderá dos millones de vehículos. De las intermediaciones llevadas a cabo por la banca en el sector de los vehículos de segunda mano no existen datos.