Grecia y Alemania chocan públicamente por el futuro de la deuda helena
La Comisión Europea avala a la troika como organismo para mantener las negociaciones con el Gobierno de Alexis Tsipras
«Nos hemos puesto de acuerdo en que no estamos de acuerdo». El ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, ejemplificaba con esta broma la conclusión del encuentro que ha mantenido con su homólogo griego, Yanis Varoufakis, para negociar el futuro de la deuda helena.
Las posturas entre el Gobierno de Syriza y los liberales de Angela Merkel son tan alejadas que la tensión entre ambos ministros se ha manifestado en la rueda de prensa que ha tenido lugar tras la reunión. «No se ha llegado a ningún acuerdo, ni tan siquiera en estar en desacuerdo», ha sentenciado Varoufakis en un choque ante las cámaras con Schäuble.
Paralelismo con la Alemania pre nazi
El Ejecutivo heleno mantiene públicamente que las condiciones de su rescate son negociables y que, al final, los halcones de Merkel darán su brazo a torcer. Es consciente, y así lo admite Varoufakis, que sin el respaldo alemán no saldrá adelante ningún plan alternativo al actual.
Para alcanzar el objetivo, Syriza no duda en sacar las armas pesadas. El ministro de Finanzas ha enfatizado el paralelismo de la situación actual en Grecia con la «depresión de los años 30 que dividía Europa». Varoufakis compara la ascensión de Amanecer Dorado como la tercera fuerza política del Parlamento heleno con la eclosión del nazismo en el Bundestag. «Ninguna otra nación puede comprender la situación en Grecia mejor que Alemania».
Sostenibilidad de los bonos
El ministro griego ha dejado igualmente claro que el 67% de los contenidos del actual plan de rescate serían válidos. Pide al Ejecutivo germano que abra la puerta a renegociar la sostenibilidad de la deuda para evitar el default.
Berlín mira con recelo este objetivo. Merkel no ha renunciado a la doctrina de la austeridad y no está dispuesta a aceptar una nueva quita a la deuda griega. «Se ha llegado a los límites legales a la hora de prestar asistencia», ha sentenciado Schäuble.
El ministro ha subrayado el respeto del Gobierno alemán a la voluntad de los ciudadanos griegos que apoyaron a Syriza. Pero eso no implica un cambio radical en la política en clave interna del país. «No hay nada malo en tratar de poner en práctica lo prometido, pero cuando es a costa de otros no es realista».
Varapalo también en Bruselas
La Comisión Europea también ha dado un varapalo a Syriza este jueves. El comisario de asuntos económicos, Pierre Moscovici, ha avalado a la troika como interlocutor de Grecia en el proceso. Ha insistido en que el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) deben seguir «implicados» en el país junto con Bruselas.
Eso sí, no se cierra a dotar a la tríada de «mayor legitimidad democrática» con «cambios en su constitución». El comisario recuerda que no se trata de una idea nueva y que el presidente de la Comisión, Jean Claude Juncker, ya la propuso en 2014.
Reunión del Eurogrupo
Sobre la rueda de contactos internacionales que han emprendido los máximos representantes de Syriza en Europa para sumar apoyos, el comisario ha tachado de «contactos constructivo» las reuniones.
Bruselas marca el encuentro del Eurogrupo del próximo 16 de febrero como la fecha clave para decidir el futuro de Grecia. El Gobierno heleno es consciente de la transcendencia de la reunión. Tendrá lugar cinco días después de que el BCE le corte el crédito directo.