Fusión Caixabank-Bankia: el teletrabajo es una vía para moderar el ERE

La coincidencia en áreas como Madrid o Valencia abre la puerta a que el ajuste se matice con movilidad. Los sindicatos pedirán optar por el teletrabajo

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La pandemia de coronavirus podría generar cambios en las líneas generales de negociación entre los sindicatos y los representantes de la futura Caixabank-Bankia si finalmente cristaliza la fusión. La integración de ambas entidades, planteada como una vía para reducir costes y mejorar la rentabilidad, se espera que venga acompañada de una intensa reestructuración, que se especula que podría implicar a entre 4.700 y 12.000 trabajadores.

Los sindicatos esperan, tal como adelantó Economía Digital, que las bajas se sustenten sobre prejubilaciones y salidas voluntarias, y reconocen que la movilidad puede ser otro tema crítico. CCOO pretende poner sobre la mesa otra alternativa, como es el teletrabajo, para moderar el impacto en la plantilla que pudiera tener que plantearse un traslado de residencia, si la integración requiere un ajuste de empleo especialmente fuerte en ciertas áreas geográficas en las que ambos bancos cuentan con gran densidad de red. 

De acuerdo con los analistas de Barclays, Madrid y la Comunidad Valencia serían las zonas donde se produciría un mayor solapamiento de sucursales. Además, habría otras áreas en las que también se podrían producir ajustes. 

«Creemos que la posible nueva entidad combinada parece razonablemente bien posicionada en términos de cuota de mercado de préstamos, excepto por 5.000 millones de euros combinados en las Islas Canarias, Baleares, Navarra y Murcia, donde la cuota de mercado por sucursal asumiendo la cuota de mercado de préstamos basada es superior al 30%», enumeran en un reciente informe.

La movilidad en la experiencia de Banca Cívica

La experiencia de anteriores ERE es que la movilidad a medio plazo se puede convertir en un problema de desarraigo para algunos de quienes optan por ella. Uno de los ejemplos fue la adquisición de Banca Cívica por parte de Caixabank en 2012. «Nos hemos pasado años gestionando la vuelta de trabajadores a sus lugares de origen tras esa operación», señala Ricard Ruiz, secretario general de CCOO en Caixabank. «Muchas personas se movieron, pero sus familias continuaron viviendo en otras provincias», añade.

En aquel ERE, que se diseñó para un máximo de 2.600 personas, se incluyó un programa de movilidad para 800 personas, recuerdan desde la UGT. 400 de ellas se trasladaron a larga distancia (a más de 150 kilómetros desde su lugar de origen), y otras 400, a corta.

Ruiz reconoce si se proponen iniciativas de este tipo tras la fusión de Caixabank y Bankia, el sindicato planteará la posibilidad de que en vez de la movilidad, se incentive el teletrabajo, después de que la pandemia haya demostrado que puede ser un modelo laboral válido. Una posibilidad que no existía en 2013, cuando se firmó el acuerdo de Cívica, pero que ha quedado validado tras la experiencia con la Covid-19

Desde este sindicato creen que también es además de para los servicios centrales, el teletrabajo es aplicable a las oficinas, porque los trabajadores podrían atender clientes de forma remota ampliando la zona geográfica de servicio. Con ello, CCOO apunta a que se podrían corregir hipotéticos problemas de exclusión social.

Tanto Caixabank como Bankia son especialmente sensibles a este último asunto. El banco que lidera Gonzalo Gortázar ha mantenido su red de oficinas rural, a pesar de que tiene en marcha un plan de reestructuración de sucursales, que ha conllevado numerosos cierres y la transformación de muchos de sus centros de servicio urbanos.

Por su parte, el banco que preside José Ignacio Goirigolzarri, opera los ofibuses, que son autobuses-oficinas móviles, que dan servicio a zonas en riesgo de exclusión financiera. En agosto, la entidad explicó que habían atendido con estos autobuses a más de 250.000 personas. También estuvieron en funcionamiento durante el estado de alarma.

El teletrabajo para un ERE sin salidas forzosas

La movilidad es, con las prejubilaciones y las salidas voluntarias, una vía para evitar que se produzcan salidas forzosas especialmente si la bolsa de posibles prejubilados o de bajas voluntarias no es suficiente en algunas zonas para cubrir el hipotético excedente de trabajadores que pueda generar la integración. 

Un ERE asentado en prejubilaciones y salidas voluntarias sin criba por provincias podría provocar que se generara demanda de empleo en ciertas zonas y, en este caso, la movilidad podría ser un componente interesante para redistribuir físicamente a los trabajadores.

Por el momento, se desconoce exactamente el plan de reestructuración que conlleva la fusión y los primeros datos claros podrían retrasarse hasta después de la junta de accionistas extraordinaria en la que se apruebe. Si el consejo da luz verde a la integración este fin de semana, estaríamos hablando de al menos mediados de octubre (el plazo mínimo para reunir a los accionistas es un mes).

No obstante, dado el interés del mercado, tampoco se puede descartar que Caixabank y Bankia decidan acompañar el acuerdo con alguna pincelada sobre los posibles ahorros de costes y las sinergias en la información que remitan a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

 

 

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