El Popular debe vender el doble de casas para reducir el agujero en 15.000 millones
Al margen de los 6.000 millones a segregar en una sociedad fuera de balance, la entidad está obligada a obtener 4.500 millones anuales en los próximos dos años
Al mal tiempo, buena cara. Intentó Pedro Larena, el nuevo consejero delegado del Banco Popular, en su primera comparecencia ante los medios para explicar los resultados de la entidad al cierre del tercer semestre de 2016, dejar sentado que la entidad es todo «un bancazo» en cuanto se produzca la segregación del negocio inmobiliario, pero los pasos previstos en el plan estratégico para alcanzar los objetivos van a resultar complicados de conseguir.
La principal pata de este objetivo pasa por reducir, al menos un 45%, los actuales 33.000 millones de euros brutos de activos no rentables. A partir de la consecución de este logro, por añadidura, se lograría rebajar la ratio de eficiencia por debajo del 45%, aumentar por encima del 12% el capital y de un 9% su valor tangible (ROTE), y acabar reportando a los accionistas un aumento del dividendo en efectivo del 40%.
Provisiones de 4.700 millones al cierre de 2016
El problema es que ese primer logro no va a resultar sencillo. Para empezar, la escasa cobertura del 36,6% de los activos improductivos obligará a que, al cierre del presente ejercicio, la entidad presidida por Ángel Ron tenga que reconocer unas provisiones de 4.700 millones. «Unas 4.400 para provisiones de crédito y el resto para cubrir el coste del ERE», reconocía Larena.
Brutales provisiones que arrojarán unas pérdidas que se vislumbran históricas, en torno a los 2.500 millones de euros tras mitigar el impacto de las provisiones con lo obtenido por la ampliación de capital.
La segregación de 6.000 millones de activos, en el primer trimestre de 2017
La siguiente etapa en esa reducción de activos improductivos pasa por cerrar el denominado proyecto Sunrise, de cara a segregar activos valorados en 6.000 millones de euros en una sociedad fuera del balance. «El proyecto está en marcha, avanza a buen ritmo y esperamos que se cierre durante el primer trimestre de 2017», adelantaba el consejero de la entidad.
Larena reconocía que la recompra del 51% de Aliseda vendido a los fondos Värde y Kennedy Wilson es una de las opciones que se está barajando para que la segregación de activos a la nueva y su salida a bolsa «resulte más atractiva».
Fondos propios de los clientes
Respecto a la fórmula para financiar esta compra, el director financiero Javier Moreno señalaba que se haría con «fondos propios procedentes de los recursos de los clientes».
Con estos 6.000 millones euros brutos menos de activos problemáticos fuera del balance, al Popular le quedarían por reducir, entre 2017 y 2018, otros 9.000 millones de euros los activos improductivos, básicamente por la venta de inmuebles.
Articular todas las palancas de venta
La apuesta resulta complicada. Supone vender más del doble de casas que la entidad está vendiendo anualmente, aunque Pedro Larena mostraba su confianza en conseguirlo porque «no hemos articulado todas las palancas con las que contamos», refiriéndose a la mejora de la comercialización a través del canal web, las comercializadoras externas, las propias sucursales, la venta de carteras o la asociación con terceros.
Y la cosa no pinta bien. En el acumulado de los nueve primeros meses del año, el Popular ha reducido en 34 millones lo ingresado por venta de inmuebles, con lo que la previsión hecha de acabar el ejercicio con la obtención de 2.800 millones se atisba complicada de lograr, ya que prácticamente debería de ingresar unos 1.350 millones entre octubre y diciembre, cuando entre enero y septiembre el importe de lo ingresado fue de 1.554 millones.
Cierre del ERE esta semana
Respecto al ERE que está en marcha, Larena confiaba en que el asunto esté cerrado esta semana, y que lo haga en los términos negociados con los sindicatos. Un ajuste de unas 2.600 personas, de las que 1.900 se prejubilarán y otras 700 se repartirán entre bajas incentivadas y y excedencias voluntarias.
En cuanto a las condiciones ofrecidas, el consejero delegado aseguraba que «no han querido ser más agresivos para evitar tener más batalla con los sindicatos», decía.
Fusión de 302 oficinas
Además de estas salidas, el banco reducirá la plantilla en 2016 en 231 empleados, básicamente por los acuerdos de jubilación alcanzados, y acabará teniendo unas 43 oficinas menos, al cerrar unas 60 y abrir en torno a 20.
En esa optimización de la red y de los servicios centrales, el Popular va a proceder a la fusión de 302 oficinas en el cuarto trimestre de 2016, a suprimir 14 direcciones regionales y 2 territoriales y a reducir los días de apertura en poblaciones pequeñas.