El FMI condiciona la recuperación del PIB al control de la pandemia
El fondo mejora sus estimaciones para 2021, hasta un crecimiento del 7,2%, pero pide visibilidad sobre el plan de reducción de deuda
El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantiene sus estimaciones para España en su última revisión. Según ha avanzado este mediodía el organismo, espera que la economía española se contraiga un 12,8% este año; una previsión que coincide con la publicada en junio.
Por el contrario, el FMI es más optimista con el escenario para el año que viene ahora que hace tres meses. Anticipa que la economía española crecerá un 7,2% el año que viene, frente al 6,3% que publicó en junio, cuando todavía Europa no había dado luz verde completamente al fondo de reconstrucción.
No obstante, el FMI apunta que la reactivación para el año que viene incluye muchos condicionantes, entre ellos la evolución de la pandemia y también cómo se apliquen los fondos europeos, a los que califica de gran oportunidad para impulsar “la transformación estructural de la economía española”.
“Ya en el primer semestre, la economía española sufría la caída más pronunciada del PIB entre las grandes economías avanzadas. Mantener controlada la segunda oleada de infecciones será crítico para las perspectivas económicas”, afirma el fondo en sus conclusiones.
Asimismo, destaca que existen factores externos que podrían repercutir en la salida del próximo año. “Un fracaso a la hora de controlar nuevos brotes, un progreso más lento que el previsto en materia de vacunas y tratamientos, un Brexit sin acuerdo y una escalada de las tensiones comerciales podrían empañar aún más las perspectivas”, enumera.
Sostener las medidas de apoyo a la economía
El fondo recomienda mantener las medidas para sostener al tejido empresarial en los próximos meses, así como los ERTE, que son una pieza clave para sostener las rentas.
“De forma análoga, otras medidas de mantenimiento de las rentas y de apoyo a la liquidez (tales como los avales con fondos públicos, y diversas modalidades de medidas de mantenimiento de rentas) deberían revisarse minuciosamente y adaptarse en la medida de lo posible con vistas a prevenir “efectos precipicio” graves y generalizados (tales como quiebras, pérdidas de ingresos y créditos fallidos) cuando llegue su vencimiento y deban reembolsarse”, señala el FMI en su análisis.
En paralelo, aboga por trabajar en un plan B para sostener la economía si fuera necesario. “En caso de producirse un acusado deterioro de las perspectivas económicas, deberían estar dispuestas a intensificar temporalmente el apoyo en función de las necesidades derivadas de la pandemia”, señala el fondo en sus recomendaciones.
El FMI insta a visualizar un plan de consolidación de la deuda
En línea con el discurso que ha mantenido hasta el momento el Banco de España, el FMI también considera que es necesario que España dé a conocer pronto un plan de consolidación de la deuda para dar confianza a los inversores.
Esta misma mañana se ha conocido que el endeudamiento ya había alcanzado el 110% del PIB y aunque el fondo cree que las medidas de consolidación deberían posponerse hasta que la economía avance de forma sostenible -algo que retrasa como pronto a 2022-, pero ve necesario lanzar un mensaje de tranquilidad al mercado con anticipación, en el que se establezcan las líneas maestras del plan de ajuste.
“A corto plazo, el anuncio anticipado de un plan de ajuste gradual (supeditado a la situación de la economía) podría enviar una señal clara a los mercados y promover la transparencia de las medidas de política económica. El plan debería incluir medidas estructurales sostenibles, especialmente del lado de los ingresos, que ayudarían a reconstruir los colchones fiscales al tiempo que apoyarían más inclusión e innovación”, señala.
El FMI recuerda que el sistema bancario estará sometido a tensiones ante el previsible incremento de la morosidad y les insta a mantener el ritmo de creación de provisiones. “Reconocer a tiempo los activos problemáticos sigue siendo también esencial. Los bancos deberían además proseguir con la racionalización de costes y la inversión en tecnología”, recomienda.
Tras el acuerdo entre Caixabank y Bankia para fusionarse, el FMI, no obstante, cree que existe margen para nuevas operaciones, que ve como una ventaja para impulsar la rentabilidad del sector.