El alquiler con opción a compra por fin se abre paso en España

Esta alternativa híbrida, que tiene mucho éxito en otros países, todavía es desconocida en el país. Su aplicación tiene diversos puntos a favor y en contra

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Aunque no está regulado en el Código Civil en forma explícita, el alquiler con opción a compra sí está aceptado por el Reglamento Hipotecario y por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). Su aplicación es beneficiosa para el vendedor y el comprador, aunque también cuenta con algunos inconvenientes.

Entre los rasgos positivos que tiene el alquiler con opción a compra, se puede destacar que el arrendatario puede beneficiarse si ejerce su derecho de compra, ya que un porcentaje de las mensualidades del alquiler pueden destinarse al pago de la vivienda. Por lo que es una opción para aquellas personas que necesiten un tiempo extra para seguir ahorrando para solicitar una hipoteca.

Más ventajas

Para el arrendador puede suponer una ventaja cuando el mercado inmobiliario está estancado. El alquiler con opción a compra puede ayudarle a encontrar una salida rápida a la vivienda. Además, a los inquilinos les beneficia que el precio de la compra se establezca en la firma del contrato, debido a que los precios de la vivienda están remontando y serán más elevados en dos o tres años.

El propietario puede obtener una rentabilidad al alquilar el inmueble, además de no tener vacía la vivienda hasta el momento de la compra. Y en cuanto a los beneficios fiscales, los arrendatarios que hayan firmado un alquiler antes del 1 de enero de 2015 pueden deducir un 10,5 % en su declaración de la renta. Los arrendadores, por su parte, pueden disfrutar de una reducción única del 60 % del rendimiento neto declarado por el alquiler de la vivienda.

Puntos en contra

Pero hay diversos matices que pueden perjudicar al bolsillo del propietario o del arrendador de una propiedad, por lo que según la situación económica de cada uno, cabe analizarlos antes de decidirse por esta opción.

Un punto en contra es que una vez concluido el tiempo del alquiler, si el inquilino decide no hacer efectiva la opción de compra, acabará perdiendo la prima inicial por reservar esta opción. Inclusive, la posibilidad de compra suele generar unas cuotas mensuales más elevadas, por lo que se puede pagar más que otra persona, en la misma zona, y con un contrato de alquiler corriente.

Además, al fijarse el precio de la compra en la firma del contrato, el propietario puede perder dinero si el precio de mercado de la vivienda se revaloriza en ese periodo. Y el inquilino podría perder si en este tiempo el precio medio de la vivienda disminuye.

En tanto, el propietario debe ser consciente de que está arrendando la vivienda pero no vendiéndola, al menos en primera instancia, por lo que estará obligado a realizar las labores de mantenimiento de la vivienda que se fijen en el contrato.

El alquiler con opción a compra puede resolver el problema para todas aquellas personas que no acaban de decirse por una opción u otra. Por ello se sugiere que antes de apostar por la compra o el alquiler se debe calcular cuál de las opciones es la más adecuada para el núcleo familiar

Economía Digital

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