El ajuste duro de Erste Bank restará 26 millones en dividendo a Caixabank
El banco austríaco no abonará el dividendo del año 2011. Caixabank, dueño del 10% del capital, pierde unos ingresos jugosos a la espera de los números rojos definitivos de su participada
Erste Bank es otro de los bancos azotado por su alta exposición a la deuda soberana. En este caso de deuda periférica europea, concretamente rumana y húngara. El resultado es que el banco austríaco ha anunciado que perderá entre 700 y 800 millones de euros cuando termine 2011. Para hacer frente a los números rojos aplazará la devolución de las ayudas públicas que ha recibido durante la crisis y congelará el pago del dividendo correspondiente a este año.
Caixabank, dueño del 10% del capital del Erste, es uno de los mayores damnificados. Dejará de ingresar los 26,7 millones de euros que su participación del 10% le reportó el año pasado en concepto de dividendos. El grupo que preside Isidro Fainé se queda sin unos ingresos que había recibido ininterrumpidamente desde su entrada en el capital.
Hasta ahora, Erste había distribuido entre el 20% y el 25% su beneficio entre los accionistas. Para el grupo financiero español, el dividendo de su participada supuso dos millones de euros en 2008, 10 millones en 2009 –en noviembre de ese año amplió su participación desde el 4,9% hasta el 10%– y los 26,7 millones citados el año pasado.
Diferente contabilidad
Desde La Caixa se explica que la forma de contabilizar los dividendos en Caixabank es poco comparable respecto a como se hacía en Criteria antes de la reestructuración del grupo, por lo que es difícil cuantificar exactamente qué parte del dividendo se deja de ingresar.
De momento, los problemas de Erste no han pasado factura alguna a Caixabank en bolsa. El lunes fue el gran banco que más subió en el Ibex –el 1,3%– y el martes avanzó otro medio punto porcentual con el selectivo a la baja. Analistas consultados opinan que los problemas del banco austríaco ya estaban descontados en parte y recuerdan que las medidas excepcionales con las que hará frente a los números rojos no afectarán al capital básico (o Tier 1), que el grupo espera mantener en el 9,2%.
Plan de reconversión de la entidad
El plan de choque del Erste Bank es de altos vuelos. El grupo, que ya ha recortado su exposición a deuda soberana de Grecia, Portugal, Irlanda, España e Italia desde 1.900 a 600 millones de euros, asumirá una depreciación por importe de 312 millones por sus activos en Hungría y provisionará otros 450 millones brutos adicionales en relación con la intervención del Gobierno húngaro en el mercado bancario doméstico y el aumento de la morosidad.
Además, el banco austriaco tiene que inyectar otros 600 millones de euros para recapitalizar su filial húngara y amortizará hasta 700 millones por sus activos en Rumanía. El impacto de las pérdidas de Erste Bank en Caixabank será una incógnita hasta que al cierre del año se conozcan las pérdidas definitivas.
Opción hasta el 20%
Lo cierto es que el valor de mercado de Erste Bank es de 7.115 millones de euros, lo que otorga a la participación del 10% de La Caixa un valor de 711 millones de euros. Es decir, sólo 83 millones más de lo que la entidad española pagó en marzo de 2009 sólo por el primer 4,9% del capital. Luego, cuando La Caixa amplió al 7,85% la capitalización bursátil del banco austríaco era de 8.500 millones, un 16% más que ahora. Caixabank cuenta con la opción de alcanzar hasta el 20% del Erste.
Cuando se presentó la operación, el entonces director general de Criteria, Francisco Reynés, resaltó que el Erste obtuvo unos beneficios en 2008 de 800 millones de euros y que no estaba entre los bancos con problemas que debían ser rescatados.