El FROB inyectó en la CAM 3.000 millones desconocidos hasta ahora
El FROB reconoce en el juicio del caso CAM que pidió 3.000 millones al Banco de España para salvar in extremis la liquidez de la caja
El FROB y el Banco de España inyectaron en secreto 3.000 millones en la antigua Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM). El administrador del fondo de rescate en la entidad levantina, José Antonio Iturriaga, ha admitido en el juicio contra ocho exdirectivos de que, de haber reformulado las cuentas de 2010, las pérdidas habrían sido «bastante superiores» a los 1.136 millones detectados tras la reexpresión.
En calidad de testigo, ha calificado de «juego contable» el hecho de que la CAM pasara de arrojar pérdidas a beneficios tras impuestos, y ha señalado que el FROB consideró únicamente los estados contables disponibles a julio de 2011 para evaluar la calidad crediticia tras la intervención del Banco de España y no los del ejercicio anterior, pues «no eran necesarios».
Iturriaga ha insistido en que desconfió en todo momento de las ganancias mostradas por la entidad, cuya liquidez era «muy, muy, muy escasa», pues «no parece normal que esté generando beneficios y pida la administración del Banco de España», institución a la que el FROB tuvo que solicitar «una póliza de 3.000 millones» para ganar liquidez.
La revisión de las cuentas
Acerca de la reexpresión de cuentas, ha asegurado que, como administradores, retrotrajeron todas las operaciones que habrían dado un supuesto beneficio ficticio «a su sitio, como si nunca se hubieran realizado», siguiendo las instrucciones del Banco de España y cumpliendo con las indicaciones de la auditoría externa de KPMG.
Entre estas actividades ha incluido las titulizaciones de activos, que según el escrito del fiscal permitieron reflejar 65 millones de beneficio en vez de 1.136 millones de pérdidas, y ha matizado que éstas generaron «un pequeño problema» pero no explican el «enorme agujero» patrimonial.
Asimismo, ha reconocido haber mantenido reuniones «permanentes, e incluso informales» con los directivos de la CAM, entre ellos la que fuera directora general, María Dolores Amorós, acusada junto al resto por estafa continuada, falsedad documental, apropiación indebida y falsedad en documento mercantil entre 2010 y 2011.
Los posibles socios huyeron
Durante la sesión también ha intervenido el director de finanzas y desarrollo corporativo de Liberbank, antes al frente del área de empresas participadas de Cajastur, Jesús Ruano, que ha explicado que el motivo por el que no se produjo la integración en el denominado Banco Base fue el «deterioro de la situación financiera de la CAM», haciendo «incumplibles» las previsiones de la entidad.
Al respecto, ha asegurado que las sospechas comenzaron después de que la inspección realizada por el Banco de España en 2010 revelase una reclasificación de riesgos «muy importante» que hizo que el patrimonio de la caja «fuera muy inferior» a lo previsto.
Ruano, que ha aseverado que la cartera continuó deteriorándose en el primer trimestre de 2011, se ha referido a las titulizaciones como operaciones realizadas de forma «puntual» con carácter próximo al cierre de los estados que generaban resultados «positivos llamativos».
Para el entonces presidente de Cajastur, hoy en Liberbank, Manuel Menéndez, el proceso de integración en Banco Base fracasó ya que «no era un proyecto de interés porque no tenía viabilidad», conclusión a la que llegaron en enero de 2011 tras conocer el análisis del patrimonio neto, el déficit reconocido y las previsiones para ese año.
«Lo peor de lo peor»
Circunstancias a las que se añadieron el malestar por la decisión unilateral de la CAM de trasladar a la nueva entidad las cuotas participativas, ha añadido Menéndez. La CAM acabó en manos de Banc Sabadell tras un tortuoso proceso de subasta. El gobernador de entonces, Miguel Ángel Férnandez Ordóñez, reconoció en público que la entidad era “lo peor que había visto”.