Calviño sale al rescate de Sánchez ante la CEOE y la UE
La vicepresidenta está actuando de dique contra la falta de prudencia de Iglesias y comprometiendo su reputación en Europa
Pedro Sánchez ha tenido que recurrir otra vez al dique de Nadia Calviño para poner orden a las imprudencias de Pablo Iglesias intentando frenar en seco la derogación de la reforma laboral, cuyo debate considera «absurdo».
El inesperado pacto del PSOE y Podemos para desmantelar la reforma laboral a cambio de una abstención innecesaria de EH Bildu para sacar adelante la prórroga del estado de alarma, ha dejado en suspenso el diálogo social y ha provocado que la CEOE plantara ayer, jueves, al Ejecutivo del PSOE-Unidas Podemos.
La gran patronal española se sigue agarrando a la ministra Calviño. Son conscientes que fue ella la que forzó que se introdujera la nota aclaratoria que rebaja el contenido del acuerdo con UP y Bildu.
Fuentes de la CEOE indican que Calviño siempre ha sido partidaria de avanzar hacia el nuevo estatuto de los trabajadores del siglo XXI “sin pararse” en la derogación de la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2012.
Calviño necesitaría, sin embargo, algo más de apoyo desde otras partes del Gobierno para que su posición quede por encima de la de Pablo Iglesias.
El rating de España en el horizonte
El silencio de Pedro Sánchez no es exactamente lo que se llama un mensaje firme que tranquilice a Europa, a los empresarios y los inversores, que desde hace muchos meses están preocupados por dar marcha atrás a esta norma. Entre otras razones, porque Sánchez -aunque después cambió de posición- también ha defendido que había que poner punto y final a los cambios introducidos por el Partido Popular en 2012. De hecho, era uno de los puntos de encuentro con Podemos junto con el impuesto a la banca -por ahora también olvidado-.
Este pasado y ya provocó que antes de las elecciones del 10-N, agencias de calificación como Moody’s, advertían que una derogación total de la medida podía dañar al rating de España.
En un momento de debilidad económica como la actual, abrir de nuevo esa puerta, que Nadia Calviño había cerrado con el apoyo del Banco de España tras la toma de posesión de Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, es una mala carta de presentación para atraer inversores y dar confianza a los empresarios extranjeros.
Los deberes de la Comisión Europea
La Comisión Europea esta misma semana ponía como deberes a España, una vez se deje atrás la pandemia, poner en marcha un plan de consolidación que reduzca el endeudamiento que va a dejar la crisis -el Gobierno calcula que este año se irá al 115%- y atraer inversiones.
Calviño sabe muy bien que la inseguridad jurídica es algo que podría echar por tierra este segundo encargo tanto desde fuera, como desde dentro de España. De hecho, fue algo que le afeó a Pablo Iglesias este jueves, cuando señaló que abrir ahora el debate de la derogación de la reforma laboral era ponerla en riego; algo que justo era lo que no necesitaba España en medio de la mayor crisis durante un periodo de paz.
España, que necesita casi 300.000 millones este año para afrontar este año vencimientos de deuda y cubrir la emisión de 130.000 millones en nuevas colocaciones, depende de que se confíe en la capacidad del Gobierno para gestionar la crisis y crear consensos. Probablemente, también lo es de cara a los socios europeos y la capacidad de adoptar políticas «solidarias» con las que pagar conjuntamente y con deuda común la reconstrucción económica.
Diálogo suspendido
En estos momentos, pocos creen en la capacidad del Gobierno para generar consensos. Fuentes de la CEOE precisan que el diálogo social no está “roto” sino que se ha “suspendido” a causa del acuerdo que el PSOE, Unidas Podemos y Bildu alcanzaron el miércoles para derogar la reforma laboral.
La comisión tripartita de Gobierno, patronal y sindicatos del próximo miércoles medirá las relaciones
A causa de esta suspensión, los representantes de la patronal no acudieron a la reunión convocada ayer, jueves por la tarde, por el ministro José Luis Escrivá, titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Tampoco irán a la habitual reunión de los viernes sobre diálogo social. En la agenda, queda la reunión de la comisión tripartita del miércoles de la próxima semana, que mostrará a las claras si se ha recompuesto el diálogo o sigue en suspenso.
En la CEOE insisten en que las formas mostradas por el Gobierno ponen en evidencia su “desprecio” hacia la patronal. No se enteraron del acuerdo político sobre la derogación de la reforma laboral hasta que se hizo público avanzada la noche del miércoles. Tal como subrayó Antonio Garamendi, la patronal mantiene que “el Gobierno ha sido el que ha roto los puentes”. Que se reconstruyan, queda en manos de Pedro Sánchez.
«Tener cintura»
Sobre las consecuencias del acuerdo político entre PSOE, UP y Bildu, las fuentes patronales consultadas indican que “genera una desconfianza brutal y la desconfianza paraliza las inversiones. Y cuando estas cosas ocurren, acaba afectando al empleo”.
Advierten que una derogación introduciría “mayores rigideces” en un momento en que hace falta flexibilidad para adaptarse a la situación de crisis causada por la pandemia de coronavirus.
“Lo que hace falta es tener cintura”, insisten. Ponen como ejemplo de ello los ERTEs progresivos acordados hace unos días entre el Gobierno, los sindicatos y la patronal.