Banco Santander prepara la venta de 4.000 millones de suelo
El banco presidido por Ana Botín crea una nueva sociedad a la que traspasará su exposición al ladrillo
Banco Santander ya trabaja para reducir su exposición al ladrillo. La entidad presidida por Ana Botín creó en febrero una sociedad a la que traspasará suelo por un valor bruto de 4.000 millones de euros. El nuevo vehículo avanzará en los trámites urbanísticos en los que andan inmersos los diferentes activos con el objetivo final de salir a la venta si llegan ofertas atractivas.
Por ello, el Santander creó Landmark Iberia, informa Cinco Días. Al frente puso a Javier García-Carranza, director general adjunto de la entidad y el hombre encargado de dirigir la estrategia inmobiliaria. El valor bruto de los activos ronda los 4.000 millones, aunque el precio de la sociedad en el mercado se movería alrededor de los 2.000 millones.
De este modo, el banco está ahora mismo vistiendo la estructura de la nueva filial y ya ha iniciado el proceso de contratación de un directivo del sector inmobiliario. Así, Landmark se erigirá como uno de los mayores propietarios de suelo de toda España.
El mismo medio asegura que Landmark se diferencia de proyectos parecidos porque no se trata de un simple servicer que gestione créditos fallidos. La empresa tratará de revalorizar los terrenos con tal de sumar suelo finalista –con los permisos en regla— con tal de poder venderlos por un precio superior.
Banco Santander sigue el mandato del Banco Central Europeo
Los activos no se quedarán en el balance del grupo, que ya participa en el sector a través de la inmobiliaria Metrovacesa. Banco Santander tiene claro que el objetivo final es el de vender los activos heredados durante la crisis del ladrillo tal y como pide el Banco Central Europeo.
La entidad ya redujo en 2018 el 55,9% su exposición al ladrillo en términos brutos. 10.333 millones de la cifra obedecen a activos adjudicados, como el suelo. Mientras, el crédito promotor cayó el 25,6%.
Las dos principales operaciones que redujeron el riesgo fueron el Proyecto Quasar, valorado en 30.000 millones brutos, con el que Blackstone adquirió el 51% del ladrillo de Banco Popular y la venta de 35.700 edificios a Cerberus por 1.535 millones.