Agosto arroja la factura de la luz más cara del año
La menor aportación de las renovables impulsa el cuarto encarecimiento intermensual consecutivo del año
La factura de la luz en agosto subió cerca del 11% con respecto al mismo mes de 2017, convirtiéndose en la más elevada en lo que va de 2018. La menor aportación de las renovables –como la eólica y la hidráulica– es una de las razones del aumento en el precio, puesto que esta situación obliga a utilizar en mayor medida las centrales de gas natural y carbón, que son más caras.
A falta de un día para termine el mes, la luz subió un 2,6% de precio en relación a julio, el cuarto aumento intermensual consecutivo después de un comienzo de año con precios relativamente bajos. En promedio, el recibo de la luz para un consumidor tipo se sitúa en 61,83 euros, frente a los 55,74 euros que el mismo usuario pagó de media en agosto de 2017.
Según los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el recibo de la luz comenzó el año con un descenso en enero del 7,6% en la tasa intermensual y encadenó bajadas hasta mayo, cuando repuntó un 7,7%. En junio aumentó el 0,27%, en julio el 3,16% y en agosto el 2,6%.
La menor capacidad de renovables dispara la factura de la luz
La subida del precio de la electricidad en el mercado mayorista empuja el encarecimiento. El mayor uso de las tecnologías más caras, como las centrales de gas y carbón, y el aumento de las importaciones desde Francia por la indisponibilidad de una parte de su capacidad nuclear dictaron los movimientos en el mercado durante el mes de agosto.
Los precios eléctricos mayoristas suponen en torno al 35% de la factura, mientras los costes regulados y fijados por el Gobierno llevan años congelados. El precio diario de la electricidad en el mercado mayorista se situó el miércoles en 70,99 euros por megavatio hora, el nivel más alto del año, por encima de los 68,51 euros registrados el 6 de agosto.
El precio medio mayorista en agosto fue de 64,2 euros por megavatio hora, un 24% más que en ese mes de 2017, cuando era de 51,6 euros. A este factor se suma el encarecimiento de los combustibles y de los derechos de emisión de CO2, además de que las altas temperaturas en Francia presionaron al alza los precios, al pasar la interconexión de sentido importador a exportador.
Los expertos comentaron a Efe que es probable que este comportamiento se prolongue, según reflejan los mercados de futuros. Sin embargo, cerca del 60% de los consumidores están en el mercado libre, por lo que tienen garantizado el precio de la energía durante al menos un año, con lo que evitan el posible impacto de los cambios en el precio. El 40% están sujetos a la evolución del mercado minorista.