Zabalza aguanta un nuevo chaparrón en la junta de accionistas
Los minoritarios piden de nuevo la dimisión del presidente de Ercros, quien asegura que “la frustración se esperaba” al volver a cerrar en rojo: -12,47 millones. Con todo, afirma que la química “está sólidamente instalada en la senda de crecimiento”
Un año más, el presidente de Ercros, Antonio Zabalza, ha aguantado estoicamente el chaparrón que le ha caído en la junta de accionistas celebrada este jueves en Barcelona. Los minoritarios le han vuelto a pedir la dimisión de él y de todo su equipo e incluso le han acusado de comprar votos para conseguir aprobar todas las propuestas que se han presentado a la sala. “Un accionista invierte en una compañía para ganar dinero. Ha llegado un punto en que ustedes nos toman el pelo”, ha asegurado uno de los indignados con la gestión de los directivos que ha intervenido en la junta.
Y es que el grupo químico ha vuelto a cerrar un ejercicio en rojo: en 2010 han perdido 12,47 millones de euros. “Todavía es negativo, pero supone una mejora de 37,01 millones frente al resultado de 2009, que fue de -49,48 millones de euros”, ha declarado Zabalza. Asimismo, asegura que el grupo “está sólidamente instalado en la senda de crecimiento”. Una valoración que los minoristas no comparten. “Si en 15 años no han sabido hacer nada positivo, ahora es todavía más difícil. Váyase”, le ha pedido otro de los asistentes
El presidente ha querido quitar hierro al asunto y se ha mostrado “comprensivo” con la “frustración esperada de parte de los accionistas”. Asimismo, deja claro que seguirá lloviendo en las juntas de los próximos tres años, ya que la situación financiera de Ercros les obliga “a continuar con la política estricta de costes, recorte de gastos y devolución de la deuda. Tenemos que absorber el duro golpe que que la crisis ha propiciado a la compañía”.
Refinanzar la deuda
Los próximos 15 días serán clave para la química, inmersa en conversaciones con varias entidades para refinanciar la deuda de 130,99 millones de euros. Zabalza ha entrado en la junta después de firmar “una prórroga del pacto de espera, que finalizaba este jueves, hasta el próximo 15 de julio”. El día D para Ercros, ya que si el proyecto no concluye con éxito su continuidad operativa está en entredicho. Así lo indican los auditores, Ernst & Young, en un párrafo al que han denominado “de énfasis” en el informe de la compañía.
El presidente no ha querido dar más detalles de este proceso, donde han centrado todos sus esfuerzos. Una vez concluida la junta, ha señalado que para refinanciarse podrían ampliar el capital social del grupo o emitir bonos, aunque por el momento no tienen en mente usar estos dos vehículos. Asimismo, también rechaza realizar otra desinversión como la venta de la división de Emulsiones, que les supuso ingresar “9,2 millones de euros , generando una plusvalía de 0,6 millones”.
Multa Comisión Europea
Los accionistas también han recriminado al equipo de Zabalza los 15 millones de euros que les impuso la Comisión Europea como multa por haber pactado precios. “Los tendrían que pagar de sus bolsillos. ¿Porqué tenemos que asumir nosotros la mala gestión?”, les han recriminado. Una vez más, el presidente de Ercros ha aguantado las reprimendas y ha comentado que la decisión de la UE fue fruto “de una mala interpretación de un comportamiento imprudente. No teníamos intención de saltarnos ninguna normativa, conversamos con otros empresarios en un congreso y creyeron que habíamos traspasado los límites marcados por ley”.
A lo largo de toda la junta, el empresario ha destacado el “éxito” del plan de mejora de la eficiencia y ajuste de la producción del grupo. Unas actuaciones “que han permitido una importante reducción de los costes fijos de la compañía que, en el periodo de referencia 2007-2010, se cifran en 47,33 millones de euros”. Es decir, del 23%.
En los últimos tres años y medio se han ejecutado varios ERE. Han salido de Ercros 465 personas, “el 22% de la plantilla que había al inicio del periodo”. Con todo, Zabalza ha anunciado que “durante 2011 seguirá siendo necesario aplicar ajustes adicionales a nuestras estructuras”. El primero de ellos, en la fábrica de Palos de la Frontera (Huelva).