Ximo Puig replica con Ford el error de Cataluña con Nissan: lo fía todo a la dirección local
La Generalitat valenciana mantiene una relación fluida con la cúpula de la automovilística en España, pero el futuro de la fábrica de Almussafes se decide en Michigan
Un runrún de incertidumbre se ha instalado alrededor de la fábrica de Ford en Almussafes (Valencia). La automovilística estadounidense presentó un expediente de regulación de empleo para 600 personas en abril y guarda en silencio sus planes de futuro para la planta española a pesar de ensamblar modelos exitosos como el Ford Kuga. La Generalitat Valenciana monitoriza la situación desde hace meses, pero su interlocución se produce básicamente con la dirección local, algo que sus homólogos catalanes ya hicieron –sin éxito– con la instalación de Nissan en Barcelona.
Es evidente que la situación de Ford en Almussafes está todavía lejos de la que provocó el cierre de Nissan en Barcelona. El Ford Kuga es un producto exitoso, igual que la furgoneta Transit. Sin embargo, el futuro no parece asegurado una vez termine el ciclo del producto actual, aproximadamente en 2025. Más en un momento en el que el fabricante rediseña la estrategia en Europa y no ha confirmado ninguna inversión en la Península Ibérica.
Además, la cúpula de la empresa en España, liderada por Jesús Alonso, trasladó la semana pasada a la plantilla que para atraer nuevos modelos al centro era necesario pensar en “recortes salariales”. El ajuste se propuso en la mesa de diálogo que desde el 4 de octubre está constituida con el comité de empresa para tratar el futuro de la fábrica acorde con los deseos de la nueva Ford: menos volumen de producción a cambio de centrarse en los vehículos híbridos y eléctricos.
Fuentes de la Generalitat Valenciana admiten que siguen el asunto con atención y que la relación con la dirección en el país es estrecha gracias a una comisión de seguimiento que monitoriza los acuerdos en materia de formación e infraestructuras sellados. «Tenemos confianza», explican. Los encuentros se producen cada seis meses.
El presidente de la comunidad, el socialista Ximo Puig, introdujo matices. «Si Ford va a continuar en Europa, creo que Almussafes tiene una gran oportunidad; hay que estar lo mejor posicionados posibles», dijo a comienzos de este mes. En condicional.
El problema: la información no llega a Valencia procedente de Michigan, donde se decide el futuro de la compañía en los cuarteles generales de Ford. Ni siquiera el poder decisorio está en Ford Europa, con la que Puig sí se ha reunido en varias ocasiones a lo largo de los últimos años. La última vez que se vio las caras públicamente con Stuart Rowley, presidente de Ford Europa, fue en enero de 2020.
La importancia de visitar a los fabricantes de coches en su casa
Si Puig puede aprender algo de sus vecinos catalanes es como actuar ante una crisis en el sector de la automoción. En el panorama empresarial son recordados los viajes de Jordi Pujol a Wolfsburgo para reunirse con la cúpula de Volkswagen y defender la fábrica de Seat en Martorell (Barcelona) durante los años 90 o la misión de José Montilla a la sede de Nissan en 2009.
En cambio, cuando la Generalitat de Cataluña y el Gobierno de España quisieron despertar con el cierre de Nissan (en 2019) y viajaron a Japón solo pudieron verse las caras con directivos de cuarto rango del fabricante: Osamu Goto, vicepresidente de Asuntos Gubernamentales, y Miyuki Takahashi, directora de Relaciones Internacionales.
La interlocución, igual que ahora hace el equipo de Ximo Puig, se basó en conversaciones con la dirección local. Y la entonces consellera d’Empresa, Àngels Chacón, lamentó el error al oficializarse el cierre. “¿Por qué no nos dieron toda la información para ayudar antes?”, dijo en una entrevista. «En el caso de Nissan ha habido menosprecio y ocultación de información», añadió.
Pedro Sánchez se reunió con el presidente de Ford España el pasado abril
Tampoco es garantía de nada verse las caras con la dirección europea. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sí se vio con su homólogo en Ford España el pasado mes de abril para conocer la estrategia de la marca en el mercado europeo. Se abordaron «los últimos anuncios nacionales y europeos de Ford, incluyendo el compromiso de tener una gama de turismos 100% eléctrica en 2030, la estrategia de abastecimiento de baterías y la importancia del apoyo del Gobierno en el contexto de los fondos Next Generation de la UE».
Al menos Sánchez no terminó el encuentro garantizando la supervivencia de la instalación valenciana como al reunirse con dirigentes continentales de la alianza Nissan-Renault meses antes del cierre de la planta catalana. «El mantenimiento del empleo en la planta de Nissan en Barcelona está garantizado”, dijo en Twitter.
Las inversiones europeas de Ford
A los problemas estructurales de Ford en España se une la falta de semiconductores, que golpea a la totalidad de la industria. Así todas las partes coinciden en que la situación es “crítica” ahora mismo: no hay previsión de que aterricen nuevos productos a la fábrica y el volumen de coches sacados a la carretera será el menor desde el año 2012.
Por dinero no es. La firma estadounidense anunció también la pasada semana una inversión de 230 millones de libras (273 millones de euros, al cambio actual) en la fábrica de Halewood, en el Reino Unido. Servirán para transformarla y construir nuevos componentes para los automóviles eléctricos, tanto comerciales y de pasajeros, de Europa. Garantizada está también la continuidad de la infraestructura de Colonia (Alemania).
No obstante, otra planta del grupo atraviesa un momento similar a la valenciana. En la fábrica de Saarlouis, en Alemania, la dirección también pidió recortes salariales para garantizar el futuro del centro. Y el poderoso sindicato IG Metal parece estar por la labor de concederlos.
En Alemania la plantilla ya amenaza con huelgas ante el fantasma del cierre de Saarlouis
Con una plantilla de 5.000 personas, Saarlouis produce el Ford Focus. A la espera de conocer si recibe nuevos modelos, la dirección continental de Ford advirtió que hasta la próxima primavera no tomará una decisión sobre la supervivencia de la planta. Está a la espera de ver que sucede en Almussafes, la fábrica con la que se disputa la adjudicación de un vehículo totalmente eléctrico que garantizaría la vida de la infraestructura durante una década.
Según Handelsblatt, la planta valenciana parte con ventaja sobre la de Saarlouis, que también compite con Colonia (Alemania) y Craiova (Rumanía). Sin embargo, sin un acuerdo para recortar salarios todo puede saltar por los aires.
En principio, el cierre de plantas no llegaría hasta 2025 aproximadamente. Sin embargo, en Alemania la plantilla ya comenzó a presionar a la dirección con la amenaza de huelga. En España en cambio el discurso de los sindicatos fue pedir “calma”.