VW baraja convertir Seat en una marca de servicios de movilidad
El futuro de la tradicional firma sigue en el aire, mientras la automovilística prepara la expansión internacional de Cupra
La tradicional marca Seat podría convertirse en una operadora de servicios de movilidad urbana. Con su futuro aún en el aire tras no recibir la asignación de ningún modelo eléctrico, el grupo Volkswagen baraja la posibilidad de reservar la histórica marca española para la micromovildad eléctrica, entendida por motos y pequeños vehículos urbanos, u opciones parecidas al sharing, mientras que Cupra se posiciona como el futuro de la empresa española.
Según ha explicado el CEO de Seat y Cupra, Wayne Griffiths, durante la presentación de los resultados de la empresa este miercoles, la enseña Seat «también necesita transformarse» en el futuro eléctrico de la empresa y «su rol dentro del grupo podría ser operar electromovilidad en entornos urbanos», sobre todo para la gente joven.
Seat ya opera este tipo de servicio junto a Silence con las motocicletas MO, pero esta línea de negocio podría crecer y trabajar también con vehículos a cuatro ruedas. «Estamos estudiando expandir este proyecto y discutiendo con nuestros socios la posibilidad de hacer una fórmula de macromovilidad», ha añadido el directivo. Griffiths no ha mencionado directamente a la filial de Acciona, pero se ha rumoreado en repetidas ocasiones que el minicoche que ensamblará en la antigua fábrica de Nissan de la Zona Franca podría llevar el sello de Seat.
La tradicional marca que ensambla modelos como el Arona o el Ibiza no tiene asignado, por ahora, ningún coche eléctrico, la tecnología escogida por el consorcio alemán para su descarbonización, bajo su nombre. La factoría de Martorell ensamblará tres modelos eléctricos pequeños a partir de 2025, el Volkswagen ID2all, un Skoda y el Cupa UrbanRabel. Seat y su matriz están negociando la instalación de una segunda plataforma eléctrica que garantizaría el empleo en el centro y atraería nuevos modelos a la marca.
500.000 Cupras vendidas al año
Mientras, la compañía catalana se prepara para continuar con su expansión de Cupra. La marca deportiva dobló sus ventas en 2022 y ya ha entregado más de 300.000 coches en apenas cuatro años de vida, posicionándose como la firma que más crece en Europa y redireccionando el negocio de la empresa hacia la rentabilidad.
En un futuro próximo, la enseña aspira a convertirse en una de las 100 mejores marcas globales, empezando por expandirse a nivel internacional. En 2023, tiene previsto representar el 50% de la facturación de la empresa, tras abrir nuevos City Garages, además de crear 500 concesionarios más para llegar a los 2.000. Por otro lado, actualmente está estudiando su entrada en Norteamérica con una prueba piloto con clientes potenciales, con resultados «muy prometedores».
Su mayor ofensiva llegará en los próximos dos años, con el lanzamiento de los eléctricos Tvascan y Terramar el año que viene, seguidos del Urban Rabel, cuyo nombre podría cambiar y adoptar alguna referencia a la ciudad de Barcelona. Con estos coches, el objetivo es vender 500.000 unidades al año. Griffiths lo ha dejado claro: «El futuro es Cupra».