VW se replantea el futuro de Seat (hasta cambiarle el nombre)
El fabricante alemán sopesa lanzar la marca española hacia un segmento premium y que sea absorbida por la enseña Cupra
El éxito de ventas de Seat lleva a Volkswagen AG –su matriz— a plantearse el futuro de la filial. Tras haber invertido más de 4.000 millones de euros desde 2013 en la marca, el fabricante alemán no se satisface con superar los 500.000 coches vendidos al año: quiere incrementar la rentabilidad. Por ello, tiene sobre la mesa un boceto para reposicionar la firma en el segmento premium e incluso rediseñar su emblema, que pasaría a quedar engullida por Cupra.
El portal Autocar informa de que el propio Herbert Diess, presidente del grupo Volkswagen, insinuó el cambio para mediados de la próxima década en el pasado salón del automóvil de Frankfurt. Llegaría de la mano de una nueva familia de modelos, planteados para plantar cara a marcas como Alfa Romeo y que impulsarían a la compañía española en nuevos mercados como Norteamérica.
Preguntado por el cambio, un portavoz de Seat respondió que el conglomerado «debate habitualmente sobre el rol y los proyectos de todas sus marcas; estos planteamientos son habituales y necesarios». Y añadió: «En estos tiempos de cambio, cada actor de movilidad está redefiniendo su futuro. Creemos que Seat y Cupra están en una buena posición para aprovechar al máximo este impulso».
La nueva Seat pasaría a competir con marcas como Alfa Romeo
Según el citado medio, la nueva imagen de Seat obedecería a una reformulación del portafolio de marcas del grupo, que pasaría por diferenciarse de Skoda y posicionarse por encima de la propia Volkswagen. El propio Diess dijo que la mejor opción para sobrevivir era convertirse en una marca más emocional y competir con, por ejemplo, Alfa Romeo.
El futuro cuadra con el camino seguido. «Como una de las marcas de automóviles con el perfil de cliente más joven de Europa, Seat ha logrado establecerse como una marca emocional, accesible, expresiva y orientada al diseño», añaden desde la empresa. Mientras, el abanico de productos vira desde vehículos como el Seat Ibiza a automóviles con más valor añadido como la apuesta SUV con el Arona, el Ateca y el Tarraco.
La renovación también llegaría motivado por el débil funcionamiento en países teóricamente estratégicos como Italia y Francia y por la necesidad de incrementar todavía más el margen de la venta de los coches españoles.
Diess ya advirtió a Seat
De hecho, en la presentación de resultados de 2018, Diess, celebró el incremento de las entregas hasta las 518.00 unidades, el 10,5% más, pero puso el foco en el retorno sobre la inversión. “De cara al futuro, Seat está concentrada en generar un retorno al nivel del grupo”, señaló.
El primer ejecutivo del grupo que también engloba a Audi y Skoda añadió que el rendimiento sobre la inversión ya fue del 13,2% durante el pasado ejercicio. “Ya no está lejos del objetivo del grupo”, comparó. Para el año 2025, el objetivo del conglomerado es situar el porcentaje en el 15%.
Seat tiene trabajo por delante para mejorar la métrica –que, pese a todo, está por encima del 11% que promedia Volkswagen Group–. Entre 2013 y 2017, la inversión fue de 3.300 millones de euros, la mayor parte destinada a la ofensiva de producto. Una porción inferior se dedicó al desarrollo de “nuevos servicios” para convertirse en “una empresa de referencia en la digitalización, la conectividad y la movilidad inteligente”, justificó el fabricante con sede en Martorell hace un año. En 2018, la cifra rondó los 1.000 millones de euros.
Diess lanzó un aviso a todas las marcas: “El retorno sobre la inversión se convertirá en nuestra labor más importante, en el futuro será incluso más importante que el rendimiento de las ventas”. La rentabilidad sobre las ventas fue del 2,5%, frente al 1,9 % en 2017, también lejos del 5,8% que promedia el conglomerado.