Volkswagen aparta a Seat del ‘proyecto Argelia’ para poner a Skoda

El conglomerado automovilístico redefine su futuro en el conflictivo mercado del norte de África y vuelve a dejar fuera a Seat de un proyecto estratégico

Una imagen de la fábrica de Seat en Argelia.

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Inmersa en la carrera por el coche eléctrico, Seat sufrió la pérdida de varios proyectos dentro de Volkswagen en el último año. Desde el estallido de la pandemia, el conglomerado alemán retiró a la automovilística de distintas iniciativas; desde la expansión en China hasta el desarrollo de nuevas tecnologías. El último relevo conocido se produce en el mercado argelino, que a partir de ahora gestionará Skoda, otra de las marcas del grupo, en detrimento de la compañía española.

Según explican fuentes cercanas a Seat, Volkswagen decidió que la empresa basada en Martorell (Barcelona) dejase de ser el representante del gigante del automóvil en Argelia. El cambio se produjo en enero tras meses de turbulencias en el país, no solamente causadas por el coronavirus.

Con la industria saliendo ya de la crisis sanitaria, la recuperación de Argelia hubiese podido ser un impulso más tanto para la marca como para la fábrica de Martorell, que producía los modelos que luego se acababan de ensamblar en el norte de África. «Antes se producían allí el Seat León, el Seat Ibiza, el Seat Ateca, un modelo de Volkswagen y otro de Skoda; ahora con Skoda gestionando la instalación, los modelos cambiarán», lamentan las mismas voces consultadas.

El ‘proyecto Argelia’ estaba tocado desde finales de 2019 por la crisis política en el país

Tampoco será sencillo recuperar las ventas. A finales de 2019, el mercado del norte de África prácticamente se cerró debido a la crisis política en el país. El año antes, la organización que preside Wayne Griffiths había conseguido ensamblar hasta 22.000 vehículos en el centro de Relizane. No obstante, los volúmenes jamás se llegaron a recuperar tanto por la inestabilidad argelina como por el estallido de la Covid-19.

Además, Volkswagen busca ahora un nuevo socio local –la ley del país obliga a que los coches se terminen de fabricar allí—después de que el antiguo director de la planta fuese detenido bajo acusaciones de corrupción.

Seat entierra así un proyecto que ya estaba tocado en los últimos meses. De hecho, el pasado mes de octubre, el presidente Pedro Sánchez visitó Argelia y, recién aterrizado en el cargo de primer ejecutivo, Griffiths optó por no asistir a la misión en el país. Seat sí estuvo presente a través de otros directivos.

Sin embargo, se habían depositado muchas esperanzas en el centro de Relizane cuando la iniciativa arrancó. En 2017, Luca De Meo, entonces presidente de la automovilística, celebraba el aterrizaje en Argelia como «un buen ejemplo de internacionalización; un proyecto de grupo que liderará Seat». Cuatro años después, es Skoda el que toma el relevo.

Seat se queda fuera de China

El retroceso en Argelia es solo un caso más de la pérdida de fuerza de Seat dentro de Volkswagen AG –que también engloba a Volkswagen, Skoda, Audi y Porsche–. En el lapso de tiempo entre el adiós de De Meo (enero de 2020) y la llegada de Griffiths (septiembre de 2020), la firma vio como se quedaba fuera de varios proyectos estratégicos dentro del conglomerado. Para empezar, el primer eléctrico de la española se lanzará finalmente bajo la marca Cupra y no con el nombre Seat.

Además, el grupo germano retiró hace un año la elaboración de la plataforma de coches eléctricos pequeños del grupo que se iba a liderar desde Martorell. El proyecto iba a destinado a los vehículos de cero emisiones de menos de cuatro metros y debían realizarlo alrededor de 300 ingenieros del centro técnico de Martorell. ​Sin embargo, el diseño y el desarrollo se realizarán finalmente en Wolfsburgo (Alemania).

Pero más allá de la zancadilla a la explosión eléctrica de Seat, Volkswagen también puso el freno a otros proyectos de la marca en los últimos meses. El más notorio, el aterrizaje en China de la mano de una joint venture con JAC Automobile Group. La marca española debía liderar el proyecto, pero el grupo que dirige Herbert Diess decidió apartarla tras postergarse su entrada en el mercado del gigante asiático.

Además, desde el comité de empresa denunciaban que se estaba dificultando el desarrollo de Seat en Latinoamérica a través de las plataformas del grupo. “Estamos vendiendo coches importados, pero no renunciamos a fabricar en la región”, contestaban desde la empresa hace meses.

Carles Huguet

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