Vodafone irrumpe en la carrera por los activos que Bruselas obligará a Orange y MásMóvil a poner en venta
El operador rojo está a la expectativa de lo dictamine Bruselas con la gran fusión, porque entiende que su situación en España debe ser tenida en cuenta debido a su gran tamaño y posición
Vodafone España quiere mantenerse como uno de los operadores de telefonía de referencia en España, algo que por peso y facturación demuestra. Eso le lleva a sentirse como un actor relevante en todo lo que sucede en torno a la fusión entre Orange España y MásMóvil que espera veredicto de la Comisión Europea. De esta forma, la compañía dirigida por el portugués Mário Vaz estará atenta a los ‘remedies’ que se impongan para validar la operación.
Hasta la fecha, todo el ruido mediático sobre las empresas que aspiran a hacerse con los activos que tendrán que poner en el mercado Orange y MásMóvil para obtener el ‘0k’ de Bruselas se centraba en Digi, Avatel, Finetwork y Adamo. Pero hay un invitado más.
Según ha podido conocer ECONOMÍA DIGITAL en fuentes del sector, Vodafone estaría presionando en círculos regulatorios a nivel europeo para que la compañía no sea descartada ‘de facto’ en la potencial pelea que pueda existir por los ‘remedies’. Asimismo, desde el operador rojo están trasladando el mensaje de prudencia ante las decisiones que se tomen para que la situación no se convierta en un regalo para alguno de esos operadores alternativos y, de esa forma, se vuelva a un escenario de ‘guerra comercial’ alocada donde nadie resulta ganador.
En estos momentos, dentro del sector, se da por hecho que la fusión tendrá ‘luz verde’. Pero también se asume que habrá imposiciones regulatorias. Se trata de los citados ‘remedies’, que consiste en que Orange y MásMóvil deben deshacerse de infraestructura, redes o activos para que otras compañías accedan a ellos. De esta manera, entienden los organismos supervisores, se garantiza la competencia.
Estos ‘remedies’, que todavía están por determinar, pueden ser de diversas clases. Activos de red, como torres o redes; o activos menos tangibles, como es el caso de las frecuencias de espectro. Y sería en este segundo apartado donde Vodafone no quiere darse por descartado. En concreto, los dos fusionados tendrían espectro de radio duplicado, por lo que deberán desprenderse de una parte. Esa será una ventana de oportunidad.
En todo caso, está por ver cuál es la decisión definitiva de Vodafone. Sobre todo, porque en primer lugar habrá que saber cuáles son los requerimientos que se hacen desde Bruselas, y hasta qué punto son de exigentes. Así, a nivel de redes, según fuentes del sector consultadas por este medio, sería raro que el operador intentase algún movimiento. Quizá, como se ha mencionado, por el lado de las frecuencias o acuerdos mayoristas estarían las preferencias.
Desde la compañía mantienen la cautela y explican que lo más importante es que se tome una decisión que no dañe el mercado. Básicamente, estiman, porque se trata de una región -España- donde ya hay competencia suficiente, como se muestra en el crecimiento de algunos operadores alternativos. Por lo tanto, confían en que todas las acciones que se tomen no se encaminen a la creación de compañías infladas de manera relativamente artificial y que, al final, eso perjudique al sector.
Vodafone: un objetivo claro
Esta irrupción de Vodafone España en el contexto de la fusión entre Orange y MásMóvil es un síntoma más de lo que intenta transmitir la compañía desde hace meses: los malos momentos han quedado atrás, y es hora de iniciar la remontada.
Desde la filial española, ahora incluida en el ‘cluster’ europeo junto a otras regiones de menor tamaño, nunca han negado que los últimos años han sido complicados. Eso se demuestra en el cambio de CEO, Mário Vaz por Colman Deegan; o el mazazo que supuso no ser la otra parte en el matrimonio con MásMóvil. Pero intentan dejar todo eso atrás, incluida la mala racha, también, en el desempeño comercial.
Bajo este escenario, se prevé que la compañía haga algunos anuncios relacionados con su futuro el próximo día 24 de julio. Será cuando el grupo presenté los resultados financieros trimestrales y, aprovechando la situación, se presente la nueva hoja de ruta del operador rojo para las próximas fechas.
En clave nacional, recientemente, Vodafone ha tenido un gran cambio. Ha llegado Federico Colom, un histórico del sector que, entre otras funciones, llega con la obligación de dar un vuelco comercial y de marketing. Sobre todo, se trata de poner en valor el potencial que todavía tiene la compañía y que, en los últimos trimestres, parece haber perdido lustre entre la opinión pública.
La exposición a ‘dimes y diretes’
Vodafone es una compañía que en España ingresa más de 4.000 M€. Tiene más de 11 millones de clientes móviles; más de 3 millones de usuarios de banda ancha; y más de 1,5 millones de abonados en su servicio de televisión.
Esas son las magnitudes que presenta el operador rojo al mercado que, sin embrago, desde hace algunos meses prestan más atención a los rumores sobre posibles compras, ventas o fusiones. Unos ‘dimes y diretes’ que, además, en algunas ocasiones son relativamente contradictorios. Así, la propia valoración de la compañía, según Bloomberg, ha llegado a ser idéntica que la propia totalidad de la división española.
Con estos condicionantes, Vodafone intentará salir de este crecimiento plano que ha tenido, por ejemplo, en el negocio de la banda ancha, franja de negocio donde existen los clientes más ‘premium’; ya que en el último año el saldo ha sido prácticamente de cero. Ese es el gran objetivo de la compañía: volver a la senda del crecimiento y terminar de llevar al positivo la curva de ingresos.