Vodafone lee la cartilla a Artur Mas en Madrid 

La segunda operadora de España, Vodafone, ha defendido ante el President catalán Artur Mas que tienen que ser un player más en la gestión de las telecomunicaciones de la Generalitat cuando termine el concurso de privatización que está en marcha. En una reunión en Madrid la semana pasada, los directivos de Vodafone reprocharon al político la estructura de la telefonía pública actual, donde los servicios de voz están en manos de una sola operadora. “Es un monopolio que no es ni normal, ni sano y rompe todas las leyes de la competencia”, en palabras del director territorial de Catalunya, Albert Buxadé.

En este sentido, ha dejado claro que la telefónica no pierde nada por no tener a la Generalitat en su cartera de clientes. “Nunca ha estado”, detalla. Pero cuando se reparte un pastel que asciende a unos 580 millones de euros en total, según los cálculos del propio Govern, no se quieren quedar al margen. Sobre todo porque tienen el foco puesto “en una parte pequeña, hablamos de unos cinco o seis millones de euros”.

Y sacan pecho con un tema muy sensible en el entorno de crisis actual: la inversión que una compañía internacional como Vodafone puede hacer en Catalunya. Especialmente si se parte de casi cero como en estos momentos, destaca el directivo.

Oferta del diálogo

Por otro lado, Buxadé ha aplaudido el modelo de privatización que ha escogido la Generalitat a través de diálogos competitivos entre privados. “Es un proceso bastante bueno y el calendario se cumple”, señala. Por el momento, han tenido una reunión “con 10 personas del Govern y 10 de Vodafone donde explicamos cómo vemos las cosas”, reconoce. En los próximos meses esperan sentarse unas cuatro veces más con el Ejecutivo catalán.

Para la adjudicación final, que será en junio, deja claro que su oferta es muy buena “en servicios de voz fija y móvil y en el acceso a Internet”. Pero también se presentarán en más ámbitos del concurso. Por el momento van solos, pero no descartan incluir a más partners a lo largo del proceso. “Esto es lo bueno de los diálogos competitivos, que nada está cerrado”, afirma.