Vivendi prepara su entrada en el consejo de Prisa tras la escalada de poder

El grupo de Vincent Bolloré irrumpió en Prisa con el 7,6% y escaló en unos días hasta el 9,9%

Junta General de Accionistas de Prisa (2019). Foto de Archivo

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Ha pasado exactamente una semana desde el aterrizaje de Vivendi en Prisa, pero el terremoto provocado con su llegada todavía hace temblar los cimientos del grupo de comunicación y del resto de la prensa española. La empresa francesa propiedad de Vincent Bolloré está acostumbrada a irrumpir en el accionariado de otras compañías en situaciones delicadas, pero ha llegado a Prisa en son de paz y de la mano de Amber Capital. Tiene claro que su apuesta por el dueño de El País y la Cadena SER es a largo plazo y con sentido industrial.

La primera prueba de ello es que el grupo galo aumentó su participación en apenas tres días (del 7,6% al 9,9%) y se quedó rozando el porcentaje necesario para tener que solicitar el plácet de Moncloa. Ahora, con la esperanza de recibirlo si quiere seguir aumentando su porcentaje, la compañía dueña de Canal+ también sabe que se ha ganado un puesto en el consejo de administración.

Así lo indican distintas fuentes consultadas, que coinciden en que la llegada de Vivendi no solo ha cambiado directamente el equilibrio de fuerzas dentro de la compañía, asegurando el rumbo que quiere imponer Amber Capital. También ha relegado a Banco Santander a un papel secundario.

La situación ha cambiado en apenas unos meses. El hombre fuerte de Amber, Joseph Oughourlian, que se pasó años reclamando atención a la entidad presidida por Ana Botín, ya tiene un socio necesario que le ayude en varios frentes. El primero de ellos es la gestión, con la exploración de sinergias. Vivendi es el dueño de Canal+, la plataforma de vídeo Daylimotion y la agencia de publicidad Havas, entre otros; Prisa cuenta con El País, La SER, Santillana y un largo listado de medios en España y Latinoamérica. Las opciones para cooperar son extensas.

El otro objetivo que anhela Amber es que con Vivendi la compañía cristalice valor. O lo que es lo mismo: vender activos que no son estratégicos, hacer rentables lo que sí lo son, recortar deuda y que así el precio de la acción suba para que el fondo activista pueda recuperar su dinero invertido. Y para conseguirlo no hay apenas líneas rojas, pues la compañía ya ha vendido en el último año sus radios en Argentina, Santillana en España, Media Capital en Portugal y va camino de hacer lo mismo con su participación en Le Monde en Francia.

Oughourlian siempre ha remarcado que su presidencia será temporal, pero su interinidad puede ser más o menos extensa en función del rendimiento económico de su inversión. Desembolsó 300 millones por una compañía que hasta hace unas semanas apenas capitalizaba 650 millones, por lo que el inversor francés de origen armenio debe esperar.

La llegada al consejo, un paso natural

La llegada de Vivendi al consejo no es urgente, porque Oughourlian ya se aseguró la mayoría en el órgano de decisión semanas atrás y, además, el reglamento interno de la compañía da margen para tratar este tema.

Los encuentros del consejo, de acuerdo a la documentación consultada, no tienen fijados una periodicidad por la que deban producirse, sino que tienen la obligaciones de celebrar un mínimo de reuniones: ocho al año o una al trimestre.

Hay que tener en cuenta un tercer factor. El consejo de Prisa se redujo hace meses y ahora lo componen 12 miembros (antes eran 13). La situación es idónea para incorporar a un representante de Vivendi sin agitar todavía más al otro bloque, es decir, sin que unos ejecutivos sustituyan a otros. 

Otro motivo que no se le escapa a nadie es la aritmética. Si miembros como el grupo Herradura o el grupo el catarí International Media Group tienen un sillón con menos de un 6% del capital social, los de Bolloré cuentan con más derechos de voto y razones para sentarse en el consejo de administración.

Los portavoces oficiales de Prisa y Vivendi fueron preguntados al respecto, pero evitaron hacer declaraciones.

Vivendi, ¿a por el plácet de Moncloa?

Con Vivendi confirmado como un socio a largo plazo para Prisa, queda por saber hasta dónde está dispuesto a llegar. La compañía ya ha confirmado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) cuál es su posición exacta (9,936%) a través de Vivendi SE, pero en el mercado se espera que puedan dar un golpe todavía más fuerte sobre la mesa.

Así, El Confidencial publicó este jueves que la intención de Vivendi es escalar hasta el 20% del capital. Para ello será necesario el sí de Moncloa, que habilitó un mecanismo anti-opa con motivo del coronavirus, para evitar que inversores oportunistas se hicieran con el control de empresas españolas estratégicas. Y Prisa, que cuenta con la radio más escuchada del país y el diario más leído en papel, además del más emblemático, lo es. Fuentes de Moncloa explicaron que todavía no han recibido ninguna solicitud.

La influencia política en Prisa nunca se debe dejar de lado. Las fuentes consultadas coinciden en que la llegada de Vivendi no ha sido mal recibida por Pedro Sánchez, ni mucho menos. El perfil político de Bolloré, un hombre cercano a Nicolás Sarkozy y sin sintonía con Emmanuel Macron, no encaja necesariamente en el espíritu de Prisa, cercano al centro izquierda y al PSOE, pero tampoco se espera que su llegada suponga un giro en la línea editorial de los medios del grupo.

Pero para llegar al 20% de Prisa, Vivendi no necesitará únicamente el visto bueno del Gobierno, sino también el de accionistas. El free float de Prisa (las acciones libres en circulación) es bajo, por lo que no será descabellado que Vivendi se tenga que sentar negociar con Santander o los Polanco para comprarles su parte.

Otra opción es comprar los títulos de accionistas de referencia que tienen una posición puramente financiera y sin sentido estratégico, como el fondo estadounidense Melqart (4,6%) o el activista Polygon (1,1%). No hay que olvidar que la llegada de Vivendi se produjo gracias a la colaboración de HSBC, que llevaba tiempo en la rampa de salida de Prisa. La entidad británica era accionista desde que capitalizó deuda en acciones por la mala situación del grupo. Ahora apenas tiene un 0,4% del conglomerado de medios.

Cristian Reche

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp