Urgoiti, con un pie fuera de la presidencia de Pescanova
La salida de Damm y Luxempart del consejo y la toma de control de la banca ponen al presidente contra las cuerdas
Sacó adelante Pescanova su plan de rescate con el apoyo del 63,6% del pasivo y dejó a su presidente, Juan Manuel Urgoiti, con un pie dentro y otro fuera de la compañía. Propuesto por la cervecera catalana y el fondo luxemburgués, Urgoiti fue elegido en la junta de accionista del 12 de septiembre del pasado año para tender puentes entre la banca y el grupo de Demetrio Carceller en la tensa negociación para sacar del atolladero a la pesquera y fijar una quita sobre la ingente deuda acumulada.
El plan de rescate aprobado este viernes, sin embargo, estará pilotado por la banca acreedora. La negociación fracasó, Damm y Luxempart claudicaron y la banca logró rebajar la quita sobre la deuda al 60%. Con la aprobación del convenio, José Carceller (Damm) y François Tesch (Luxempart) harán efectiva su “renuncia irrevocable” como consejeros de la compañía. La ecuación deja en una difícil posición a Urgoiti. Se mantiene en el cargo sin sus dos principales valedores en el consejo de administración y para presidir una compañía cuya hoja de ruta dirigirán los principales acreedores, entre ellos, Sabadell, La Caixa, Novagalicia y Banco Popular.
Remodelación del consejo
La banca acreedora, por el momento, guarda silencio, ocupada en buscar un socio industrial para afianzar el plan de rescate de la compañía, si bien advierten que no se descarta una remodelación “al completo” del consejo de administración, donde permanece también Yago Méndez, uno de las patas en las que se apoyó Carceller para sacar adelante su proyecto para la pesquera.
Otras fuentes, señalan que Urgoiti podría continuar hasta la próxima junta de accionistas, donde se aprobará el nuevo modelo de negocio de la compañía fijado en el convenio.
Tensiones
En contra de Urgoiti juegan también las tensiones generadas en la negociación del plan de rescate de Pescanova. El ex presidente de Banco Gallego provocó malestar por su defensa del proyecto de Damm mientras iba in crescendo la guerra con la banca acreedora. Llegó a la presidencia, tras el descalabro de Manuel Fernández de Sousa, defendiendo una quita del 70%, lo que sentó mal en algunas de las entidades con más deuda atrapada.
Con el nuevo convenio en marcha, el futuro de Pescanova pasa por un nuevo socio industrial y, posiblemente, el nombramiento de un nuevo consejero delegado. La función conciliadora que Carceller había asignado a Urgoiti queda en un segundo plano.