Unilever, la matriz de Frigo, se muda a la periferia de BCN para ahorrar unos 700.000 euros al año en alquiler
La multinacional británico-holandesa deja la Illa Diagonal para trasladarse a un edificio de Viladecans
La multinacional Unilever, que agrupa grandes marcas de alimentación y limpieza como Frigo, Knorr, Flora, Rexona y Dove, ha dejado las oficinas que tenía en el centro comercial Illa Diagonal de Barcelona para mudarse a Viladecans, a las afueras de la capital. La empresa ha dejado unos 6.000 metros cuadrados de oficinas por un edificio entero de 7.000 metros cuadrados, de nueva construcción, pero retirado del centro de la ciudad.
Con la operación, la empresa, con más de 400 empleados, ahorrará unos 700.000 euros anuales de alquiler, según informan fuentes cercanas a la operación inmobiliaria. El coste del alquiler de la antigua sede ascendía a unos 100.000 euros mensuales (1,2 millones al año) pero ahora la empresa sólo destinará unos 40.000 euros (480.000 euros) a este concepto y dispondrá de más espacio y mejores instalaciones. La compañía no ha querido confirmar ni desmentir las cifras de la operación.
Antes de la mudanza, la multinacional negoció con el centro comercial la rebaja del alquiler, estimado en unos 18 euros el metro cuadrado. L’Illa aceptó una bajada de precio pero no en la cuantía que exigía la multinacional, que encontró en Viladecans una oferta inmejorable.
Más lejos, pero más barato
Los gestores del edificio, ubicado en el Viladecans Business Park, habían intentado atraer, sin suerte, a grandes empresas, pero la lejanía del centro de Barcelona era un factor que pesaba en las negociaciones. Para compensar los traslados más largos, la compañía contará con restaurante y hasta salón de peluquería con descuento para los empleados. Pese a las mejoras, algunos trabajadores han mostrado su descontento con la nueva ubicación.
La huida del centro es un fenómeno en auge entre las grandes empresas que buscan ahorro en los alquileres. La plaza Europa, en el límite entre Barcelona y L’Hospitalet, ha atraído a empresas como KPMG, Puig, Gallina Blanca y Werfen a un precio de mercado que ronda los nueve euros por metro cuadrado, la mitad del centro de Barcelona, aunque las zonas más alejadas como los edificios empresariales de Viladecans, a pesar de ofrecer precios más baratos, tienen dificultades para llenar sus espacios.