Unicaja fulmina a Menéndez
Unicaja Banco tiene hasta finales de julio para solventar su crisis de gobernanza, según los plazos del Banco Central Europeo
Las aguas siguen revueltas en Unicaja Banco. El banco andaluz ha celebrado este mismo jueves un consejo express en el que se ha pactado la salida del actual consejero delegado de la compañía, Manuel Menéndez. Desde hace varias semanas, fuentes del sector daban por hecha la salida del CEO del banco después de que este perdiera el apoyo de gran parte de la cúpula directiva.
Tal y como ha comunidad Unicaja a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, el «objetivo» de la salida de Menéndez es «avanzar de manera más ágil y eficaz en la definición del modelo de gobernanza del banco«. El CEO ocupará este puesto hasta que la entidad andaluza tenga a un sustituto.
Pese a que desde Unicaja Banco siempre han sostenido que la entidad estaba cumpliendo con lo pactado en el proceso de fusión con Liberbank, la realidad es que la evaluación de Menéndez como CEO de la compañía contaba con una vocación de que el directivo salga del banco.
Pese a que la salida de Menéndez contaba con unos plazos (hasta el 30 de julio), el banco presidido por Manuel Azuaga ha preferido agilizar la destitución del CEO para así avanzar en la configuración de la nueva cúpula directiva.
Unicaja Banco da el primer paso para solventar la crisis
Sea como fuere, Unicaja Banco ha dado el primer paso en la resolución de una crisis interna que se extiende por más de un año. La compañía, además de abordar la salida de Menéndez como CEO, tiene que cubrir los cuatro huecos que hay vacíos en el Consejo. Y es que, en los últimos meses se han sucedido varias dimisiones de consejeros independientes, lo que ha sido sinónimo de una pérdida de apoyo para Menéndez.
Tal y como explicó ECONOMÍA DIGITAL, al banco malagueño le esperan dos meses de continuas negociaciones y búsqueda de consejeros que cubran los vacíos actuales. Pese a esto, parece que el banco prefiere agilizar la salida del consejero delegado antes que cubrir los cuatro puestos vacantes en el Consejo.
Con la salida de Menéndez, Manuel Azuaga, presidente de Unicaja, pasará a tener funciones no ejecutivas, por lo que también habría que cubrir su puesto. Por supuesto, la salida del CEO obliga a la entidad bancaria a buscar un nuevo directivo que cubra el puesto de ‘número 2’ en el banco. Sea como fuere, el cese de Menéndez acentúa un proceso que contaba con unos tiempos y una fecha límite.
Unicaja cuenta hasta finales de julio para solucionar su crisis de gobernanza
Si bien es cierto que el BCE había intercedido en este caso para tratar de solventar la crisis de gobernanza en la entidad, el banco contaba hasta el próximo 30 de julio para valorar la idoneidad de Menéndez, como también, oficializar la pérdida de funciones ejecutivas de Azuaga. Con ello, la mayoría de las funciones que, actualmente, recaen sobre el presidente, irán a parar al consejero delegado.
Aunque, según los plazos del BCE, el banco tiene hasta agosto para fraguar su nueva cúpula directiva, la compañía ha agilizado los trámites, y ha comenzado a solventar el que ha sido el mayor de los problemas de la entidad en los últimos años.
Pese a que el banco ha rendido bien en el plano comercial, los expertos coinciden en que la crisis de gobernanza ha deteriorado la imagen de Unicaja Banco. Tal y como aseguran fuentes financieras a este medio, la guerra interna que se ha desarrollado en el seno del banco en los últimos meses, ha afectado «de manera directa a la imagen de la empresa», lo que podría condicionar «futuras operaciones corporativas».
Aun hay camino por recorrer
Unicaja Banco sabe de la problemática que genera un conflicto interno, además de que están advertidos por el regulador europeo. Es por ello por lo que la entidad quiere adelantar trabajo para llegar a agosto con la cúpula renovada y con la crisis de gobernanza enterrada.
Aunque la salida de Menéndez se antoja como el primer paso para solventar la guerra interna de Unicaja Banco, la compañía andaluza aun tiene varios frentes abiertos, principalmente el de la cobertura de los cuatro sillones vacíos en el Consejo.
Está por ver si el posible cese del CEO cae con buen pie en el mercado de valores. Como explica Nuria Álvarez, analista de Renta4, «la salida de Menéndez sería acogida» por los inversores, puesto que el mercado concibe que es un primer paso para solventar la que ha sido la gran falla interna de la entidad en el último año y medio.