Unicaja Banco se asoma al abismo: tiene un mes para evitar que el cesado Menéndez asuma todo el poder
El banco tiene la opción de solicitar una prórroga al Banco Central Europeo para evitar que el actual CEO asuma las funciones de Azuaga
Unicaja Banco debe agilizar el nombramiento del nuevo CEO sino quiere que Manuel Menéndez, quién sigue siendo consejero delegado del banco, asuma las funciones de Manuel Azuaga, actual presidente ejecutivo de la compañía con sede en Málaga. Aunque el pasado 1 de junio se anunció el cese del directivo procedente de Liberbank, a día de hoy, sigue existiendo la posibilidad de que este asuma las funciones ejecutivas del actual presidente a partir de agosto.
El motivo reside en el pacto de fusión que hace dos años firmaron Unicaja Banco y Liberbank, en el cual se detalla que, dos ejercicios después de la rúbrica de ambas entidades, el presidente de la compañía (Manuel Azuaga) pasaría a ocupar la presidencia no ejecutiva de Unicaja Banco, mientras que el CEO (Manuel Menéndez) sería reevaluado y tomaría las funciones ejecutivas del banco. Es decir, el consejero delegado asumirá las labores del presidente ejecutivo de la entidad.
La problemática de esta historia reside en que el banco sigue inmerso en una crisis de gobernanza que arrastra desde principios del pasado curso y que se ha saldado con la salida de varias personalidades históricas de la entidad, como Braulio Medel, así como con el cese de Manuel Menéndez como CEO del banco. Pese a ello, y como detallan fuentes conocedoras del caso, el movimiento del banquero exLiberbank es un «cese en diferido». Es decir, pese a que Unicaja Banco oficializó la salida del directivo, este mantiene sus funciones hasta que el banco incorpore al nuevo CEO de la entidad.
Unicaja Banco trabaja contrarreloj
Hoy en día, Manuel Menéndez, aunque eventualmente, sigue siendo el consejero delegado de la compañía andaluza y, además de ello, Unicaja debe cumplir con lo estipulado en el pacto de fusión, y más sabiendo que el Banco Central Europeo (BCE) tiene la mirada posada en la crisis de gobernanza que, todavía hoy, tiene la firma malagueña. Es decir, si el banco no acelera en la incorporación del sustituto de Menéndez, este pasará a tomar las funciones ejecutivas de Azuaga, quien pasará a ocupar la presidencia no ejecutiva.
Es decir, si no hay movimiento por parte del banco en lo que resta de mes, la cúpula directiva de Unicaja Banco estará cubierta con un presidente no ejecutivo y con un CEO cesado que tendrá las funciones ejecutivas del anterior máximo mandatario. Fuentes financieras remarcan a ECONOMÍA DIGITAL que este «es el mayor problema que tiene el banco sobre la mesa ahora mismo».
«Aunque sea por poco tiempo, es ilógico que Unicaja pueda tener a un CEO cesado con las funciones del actual presidente»
Pese a la ilógica que desprende este caso, a cada día que transcurre y el banco no define quien será el nuevo CEO, las posibilidades de que Menéndez pase a ser el consejero delegado con las funciones del actual presidente crecen. Todo ello contando con que el directivo está cesado de su cargo y lo ocupará hasta que la compañía defina quién a su sustituto. Pese a ello, y como expresan fuentes consultadas por este medio, «aunque sea por poco tiempo, es ilógico que Unicaja pueda tener a un CEO cesado con las funciones del actual presidente».
Alimentaría los problemas de gobernanza
El mercado lo asume como una situación que no beneficiaría a la brecha de gobernanza que tiene el banco. La compañía andaluza remarcó tras el cese del banquero que trabajarían en la búsqueda e incorporación de una personalidad que se adapte al cargo y que sirva para «avanzar de manera más ágil y eficaz en la definición del modelo de gobernanza del banco». Pese a ello, el tiempo se le está echando encima. Unicaja Banco trabaja a contrarreloj en la incorporación de un directivo que cubra el vacío que dejará Menéndez y que valga para cerrar la crisis de gobernanza que todavía hoy ostenta la firma. La fecha clave: el 31 de julio.
Tal y como define el pacto de fusión entre entidades, dos años después de la operación entre bancos, el CEO, tras una reevaluación, deberá asumir las funciones ejecutivas del presidente, mientras que quien esté en la presidencia, pasará a tener funciones no ejecutivas. Esos dos años van a vencer al término del mes, y Unicaja Banco llega a su fecha límite con un CEO cesado que sigue en el cargo hasta que entre un nuevo directivo y con el BCE sin perder detalle de la evolución de la crisis de gobernanza que tiene la compañía.
Las alternativas de Unicaja
Una de las opciones que se le abre a Unicaja es pedir una extensión del plazo a la institución con sede en Frankfurt. Se trata de una posibilidad, que, como apuntan fuentes financieras, sería lo más «lógico«. Pese a esto, no hay constancia de que el banco andaluz haya realizado dicho movimiento. Tal y como explican fuentes conocedoras del caso, “sí no hay un cambio de plazo, ocurrirá”.
Por otro lado, Unicaja Banco podría evitar que Menéndez tomará posesión de las funciones del actual presidente si incorpora a un nuevo CEO en lo que resta de mes y, por supuesto, si el BCE da el ‘ok’ al directivo que entre.
Sea como fuere, por el momento, el banco no ha movido ficha. Fuentes internas explican que «se esperaba que todo fuese más rápido». Pese a ello, y habiendo pasado más de un mes desde que la entidad malagueña anunciase el cese de Menéndez, Unicaja no ha avanzado ni si incorporará a un nuevo CEO en los próximos días, ni tampoco si pedirá una prórroga al BCE para encontrar a ese directivo que supla al banquero procedente de Liberbank.
De lo único que hay constancia es de que la plantilla quiere que, quien ocupe el cargo, sea un hombre de la casa, e Isidro Rubiales tiene todas las papeletas para pasar a ser el nuevo consejero delegado, tal y como informó ECONOMÍA DIGITAL.